Matt King, played by Clooney, is the protagonist in the tale. The setting is Hawaii and he is a proud father and husband. Matt is a wealthy man, however, the source of his wealth is his lineage - he is a descendant of Hawaiian royalty. Kauai Island is where he has control over 25,000 acres of virgin land that is untouched and magnificent. Despite his elevated status, Matt remains humble and down-to-earth.
As a lawyer, he financially provides for his family while following his father's philosophy of earning a livelihood through honest work. Matt and his cousins have received proposals for the property, with some contemplating selling to a corporate conglomerate from Chicago while others considering a Kauai-based developer.
At the beginning of the movie, we are enlightened with expository voice-overs highlighting how Matt needs to balance his family's desires with the welfare of the community. Although voice-overs are often thought of as a cop-out in films, it is surprisingly efficient in this film and provides significant insights into the narrative, setting up anticipation for what is yet to come.
In just a matter of minutes into the movie, it is unveiled that Matt's significant other has encountered a grave mishap while boating, rendering her in a comatose state within an ICU. This news is distressing and dismaying for Matt, as he endeavors to unite his two daughters; the susceptible and young Scottie, aged 10, and the older, cynical, and disrespectful 17-year-old named Alex, played by Shailene Woodley.
Matt's situation goes from bad to worse when he discovers his wife's infidelity with a younger real estate agent. Throughout the story, Matt's emotional turmoil is depicted as he juggles conflicting feelings of rage and disappointment while coming to terms with his wife's current condition.
Payne genuinely and authentically captures the emotionally complex story without making it overwhelming.
Despite its realistic portrayal, The Descendants exaggerates a crucial aspect of one of the movie's important bonds, resulting in Matt's parenting appearing inadequate and incompetent. Payne depicts Alex as a furious and rebellious daughter, but goes too far in her characterization.
The continuous crudeness and disrespect from her behavior caused me to lose interest. Despite their deepening bond, she and her clueless partner treated Matt like an old pal at a bar. Although Woodley's acting was impressive, I couldn't fully connect with her character because of weak writing that destroyed the positive interactions between them. The lack of character development disappointed my expectations.
Despite the excessive emphasis on one relationship, I found the portrayal of Matt and his wife's relationship to be lacking in depth. Although the necessary details were supplied, I longed for a more substantial understanding of their bond. Given that we are not shown any scenes of them prior to the incident, this desire is understandable.
Neighbors and family conversations divulge all aspects of their marriage. Employing this method of storytelling is clever albeit left me wishing for more details.
Throughout the movie, Payne highlights the significance of a particular line spoken during a dialogue between Matt and a fellow character. The line states that Everything just happens, and it appears to be a central theme that resonates throughout the film. However, I personally struggle to accept this concept. For instance, when I consider Matt's relationship with his daughter, Alex, I cannot believe that her disrespectful behavior simply occurred without reason.
Her parents' inadequate parenting contributed to the person she has become. The extramarital relationship of his spouse was not a mere coincidence. Her imprudent choices and inability to control herself resulted in the infidelity. Payne could not convince me of the notion that everything simply occurs, as some have argued.
As previously stated, there are some outstanding performances present in the film. Clooney portrays a composed and restrained character and presents one of his most commendable performances. Although I have already noted Woodley's exceptional work, Miller's portrayal is also notable. Despite the odd casting choice of Matthew Lillard, other actors like Robert Forster and Beau Bridges deliver brief but powerful performances. The utilization of Hawaii as a setting was also notably impressive.
While we catch a few glimpses of the island's beauty, Payne portrays it mainly as a genuine place where ordinary people reside - a society that experiences similar difficulties and tribulations as every other state. The fusion of its distinctive features with shared experiences is incredibly impactful.
The Descendants managed to handle heavy themes with authenticity and care, despite the occasional stint of poor creative direction that strips away the likability of a complex character. Despite this setback, the film still demonstrates glimpses of greatness. Ultimately, I found myself emotionally invested in the fates of these characters.
The potency of The Descendants is handled masterfully, with a compelling premise and standout scenes. Regrettably, several hiccups in the screenplay prevent it from achieving the status of a bona fide masterpiece.
Matt King, interpretado por Clooney, es el protagonista de la historia. El escenario es Hawái y él es un orgulloso padre y esposo. Matt es un hombre rico, sin embargo, la fuente de su riqueza es su linaje: es descendiente de la realeza hawaiana. La isla de Kauai es donde él tiene control sobre 25,000 acres de tierra virgen que está intacta y espléndida. A pesar de su estatus elevado, Matt sigue siendo humilde y con los pies en la tierra.
Como abogado, mantiene económicamente a su familia mientras sigue la filosofía de su padre de ganarse la vida a través del trabajo honesto. Matt y sus primos han recibido propuestas para la propiedad, y algunos contemplan venderla a un conglomerado corporativo de Chicago, mientras que otros consideran un desarrollador con sede en Kauai.
Al comienzo de la película, nos iluminan las voces en off expositivas que destacan cómo Matt necesita equilibrar los deseos de su familia con el bienestar de la comunidad. Aunque las voces en off a menudo se consideran una escapatoria en las películas, son sorprendentemente eficientes en esta película y brindan una visión significativa de la narrativa, lo que genera anticipación para lo que está por venir.
En cuestión de minutos de la película, se revela que la pareja de Matt se ha encontrado con un grave percance mientras navegaba, dejándola en un estado comatoso dentro de una UCI. Esta noticia es angustiosa y consternada para Matt, ya que se esfuerza por unir a sus dos hijas; el susceptible y joven Scottie, de 10 años, y el mayor, cínico e irrespetuoso de 17 años llamado Alex, interpretado por Shailene Woodley.
La situación de Matt va de mal en peor cuando descubre la infidelidad de su esposa con un agente inmobiliario más joven. A lo largo de la historia, se describe la agitación emocional de Matt mientras hace malabarismos con sentimientos contradictorios de ira y decepción mientras acepta la condición actual de su esposa.
Payne captura genuina y auténticamente la historia emocionalmente compleja sin hacerla abrumadora.
A pesar de su representación realista, The Descendants exagera un aspecto crucial de uno de los lazos importantes de la película, lo que hace que la crianza de Matt parezca inadecuada e incompetente. Payne representa a Alex como una hija furiosa y rebelde, pero va demasiado lejos en su caracterización.
La continua grosería y falta de respeto de su comportamiento hizo que perdiera el interés. A pesar de su vínculo cada vez más profundo, ella y su despistado compañero trataron a Matt como a un viejo amigo en un bar. Aunque la actuación de Woodley fue impresionante, no pude conectarme completamente con su personaje debido a la débil escritura que destruyó las interacciones positivas entre ellos. La falta de desarrollo del personaje decepcionó mis expectativas.
A pesar del énfasis excesivo en una relación, encontré que la representación de la relación de Matt y su esposa carecía de profundidad. Aunque se proporcionaron los detalles necesarios, anhelaba una comprensión más sustancial de su vínculo. Dado que no se nos muestra ninguna escena de ellos antes del incidente, este deseo es comprensible.
Vecinos y conversaciones familiares divulgan todos los aspectos de su matrimonio. Emplear este método de narración es inteligente, aunque me dejó deseando más detalles.
A lo largo de la película, Payne destaca la importancia de una línea particular pronunciada durante un diálogo entre Matt y otro personaje. La línea dice que todo simplemente sucede, y parece ser un tema central que resuena a lo largo de la película. Sin embargo, personalmente me cuesta aceptar este concepto. Por ejemplo, cuando considero la relación de Matt con su hija, Alex, no puedo creer que su comportamiento irrespetuoso simplemente ocurrió sin razón.
La crianza inadecuada de sus padres contribuyó a la persona en la que se ha convertido. La relación extramatrimonial de su cónyuge no fue una mera coincidencia. Sus elecciones imprudentes y su incapacidad para controlarse dieron como resultado la infidelidad. Payne no pudo convencerme de la noción de que todo simplemente ocurre, como algunos han argumentado.
Como se dijo anteriormente, hay algunas actuaciones sobresalientes presentes en la película. Clooney retrata a un personaje sereno y sobrio y presenta una de sus actuaciones más encomiables. Aunque ya he señalado el trabajo excepcional de Woodley, la interpretación de Miller también es notable. A pesar de la extraña elección de reparto de Matthew Lillard, otros actores como Robert Forster y Beau Bridges ofrecen actuaciones breves pero poderosas. La utilización de Hawái como escenario también fue notablemente impresionante.
Si bien echamos un vistazo a la belleza de la isla, Payne la retrata principalmente como un lugar genuino donde reside la gente común, una sociedad que experimenta dificultades y tribulaciones similares a las de cualquier otro estado. La fusión de sus características distintivas con experiencias compartidas es increíblemente impactante.
Los Descendientes lograron manejar temas pesados con autenticidad y cuidado, a pesar de la escasez ocasional de una mala dirección creativa que elimina la simpatía de un personaje complejo. A pesar de este contratiempo, la película aún muestra destellos de grandeza. En última instancia, me encontré involucrado emocionalmente en el destino de estos personajes.
La potencia de The Descendants se maneja con maestría, con una premisa convincente y escenas destacadas. Lamentablemente, varios contratiempos en el guión impiden que alcance el estatus de obra maestra de buena fe.