The making of the movie is a motivating tale in its own right. With only ten crew members, many of whom fulfilled multiple duties, it was completed in just twelve days. Sims chose to shoot on site near his hometown of Kingsland, Arkansas amid a frigid start to winter. The majority of the film's scenes occurred at night.
Sims always manages to unleash his creativity even though he faces tight budget constraints.
In a 1973 rural Arkansas, a thrilling suspense story unfolds as Frank (played by Michael Ray Davis) plans for an afternoon hunt with his grandson D (played by Thor Wahlestedt). Despite the cryptic protests of Frank's wife (Elise Rovinsky), who seems concerned about something more than just an old man and a young boy going hunting, the true nature of her worries remain unclear. However, there are still many unanswered questions in this tale by Sims.
Rather than imparting knowledge, he intelligently lets us absorb fragments of information as we go.
Frank, like many stubborn men, pays no attention to his wife's appeals and heads to the woods with D. They think they've hit a deer, but instead find out that they've unintentionally slain their neighbor, Marion Mitchell (Thomas Moore), who has a turbulent background with Frank's family, upon closer inspection.
While D suggests involving the police, Frank opts to conceal the corpse further into the dense forest. Their judgment calls hold significant ethical repercussions, as it happens to be one of many multifaceted choices.
The film is accompanied by an ominous feeling as Frank and D are taken further away from their home. The audience is aware that the situation will not end well. Sims chooses to reveal the backstory through fragmented conversations and occasional flashbacks, some of which are more successful than others.
While things become increasingly bleak, we witness young D's naivety being eroded in every subsequent scene.
Sims' skillful creation of tension and ambiance contributes to our general discomfort. His use of captivating cinematography plays a significant role. Despite the majority of the film set in the darkness of night, Sims manages to convey a believable sense of environment. The landscapes capture a striking balance between beauty and ominousness.
The effectiveness of it all is heightened by Justin Slaughter's unassuming yet remarkable musical composition.
Sims' skillful cinematography immerses us into the carefully crafted setting of Come Morning, where a straightforward yet captivating narrative unfolds. The film's deliberate pacing keeps us engaged without wasting a moment of its concise 80 minute runtime.
A good storyteller with a clear vision can triumph even on a meager budget, as seen in the film that conveys the sentiment of financial constraints.
La realización de la película es una historia motivadora por derecho propio. Con solo diez miembros de la tripulación, muchos de los cuales cumplían múltiples funciones, se completó en solo doce días. Sims eligió filmar en un sitio cerca de su ciudad natal de Kingsland, Arkansas, en medio de un frío comienzo del invierno. La mayoría de las escenas de la película ocurrieron de noche.
Sims siempre se las arregla para dar rienda suelta a su creatividad a pesar de que se enfrenta a restricciones presupuestarias estrictas.
En un Arkansas rural de 1973, se desarrolla una emocionante historia de suspenso cuando Frank (interpretado por Michael Ray Davis) planea una tarde de caza con su nieto D (interpretado por Thor Wahlestedt). A pesar de las crípticas protestas de la esposa de Frank (Elise Rovinsky), que parece preocupada por algo más que un anciano y un niño que van de caza, la verdadera naturaleza de sus preocupaciones sigue sin estar clara. Sin embargo, todavía hay muchas preguntas sin respuesta en este cuento de Sims.
En lugar de impartir conocimientos, inteligentemente nos permite absorber fragmentos de información a medida que avanzamos.
Frank, como muchos hombres obstinados, no presta atención a las súplicas de su esposa y se dirige al bosque con D. Creen que han golpeado a un ciervo, pero descubren que sin querer mataron a su vecina, Marion Mitchell (Thomas Moore) , que tiene antecedentes turbulentos con la familia de Frank, tras una inspección más cercana.
Mientras D sugiere involucrar a la policía, Frank opta por ocultar el cadáver más adentro del denso bosque. Sus juicios tienen repercusiones éticas significativas, ya que resulta ser una de las muchas opciones multifacéticas.
La película está acompañada por un sentimiento siniestro cuando Frank y D se alejan cada vez más de su hogar. El público es consciente de que la situación no acabará bien. Sims elige revelar la historia de fondo a través de conversaciones fragmentadas y flashbacks ocasionales, algunos de los cuales tienen más éxito que otros.
Si bien las cosas se vuelven cada vez más sombrías, somos testigos de cómo la ingenuidad del joven D se erosiona en cada escena posterior.
La hábil creación de tensión y ambiente por parte de los Sims contribuye a nuestro malestar general. Su uso de una cinematografía cautivadora juega un papel importante. A pesar de que la mayor parte de la película transcurre en la oscuridad de la noche, Sims logra transmitir una sensación creíble del entorno. Los paisajes capturan un sorprendente equilibrio entre belleza y ominosidad.
La eficacia de todo esto se ve reforzada por la composición musical sencilla pero notable de Justin Slaughter.
La hábil cinematografía de Sims nos sumerge en el escenario cuidadosamente diseñado de Come Morning, donde se desarrolla una narrativa sencilla pero cautivadora. El ritmo deliberado de la película nos mantiene enganchados sin perder un momento de su tiempo de ejecución conciso de 80 minutos.
Un buen narrador con una visión clara puede triunfar incluso con un presupuesto exiguo, como se ve en la película que transmite el sentimiento de las limitaciones financieras.