Harry Burns and Sally Albright share a story of a unique relationship that takes them on a winding road. In 1977, fresh out of the University of Chicago, they had their first encounter. Harry was seeing a friend of Sally's, and they decided to take a drive back to New York City together.
Throughout their journey, the pair engaged in several thought-provoking discussions that highlighted their contrasting views on romantic partnerships. Despite some heated debates, they ultimately reached their destination in the bustling metropolis of New York City and parted ways with a sense of relief.
Harry and Sally's paths crossed after a lapse of 5 years at the airport in the movie. During this time, both of them have undergone some changes in their lives and have modified their opinions regarding relationships. After that, we fast-forwarded another 5 years to another unplanned encounter. Once more, their circumstances have shifted, and it is clear that their ideas about relationships have grown.
Harry remains humorous and anxious, but his confidence and arrogance have diminished since his introduction. In contrast, Sally begins as lively and enthusiastic, but eventually reveals herself to be more trusting and innocent. The crux of the movie lies in observing how these two individuals with distorted beliefs about relationships adapt to the challenges of actuality.
Perhaps the key to happiness is within reach, yet they remain unaware.
This movie is a true success, according to me, and there are multiple key factors attributing to its greatness. One of these factors is the script, written by Oscar nominee Nora Ephron. Her writing is brilliant, cutting and realistic in its accurate portrayal of the characters. The performances by Crystal and Ryan are noteworthy, but the real credit goes to Ephron for her expert storytelling. Director Rob Reiner also deserves recognition for his part in bringing this film to life.
Reiner's filmmaking was at its prime during a time when he drew inspiration from his life as a single man after divorce. Unlike his recent movies, this period produced impeccable cinematic works.
Billy Crystal and Meg Ryan’s performances were pivotal to the success of the project. They portrayed characters that were relatable and captivating, from the first scenes they appeared in. The chemistry between Crystal and Ryan was delightful and drew us in effortlessly. Ryan’s infectious smile complemented Crystal’s dry humor impeccably, making it impossible to resist their charm.
These two individuals possess an undeniable genuineness that leaves no room for skepticism. The casting for their roles is impeccable.
While Harry and Sally Crossed Paths may, at times, excessively prolong its central inquiry regarding whether the two titular characters will eventually unite, certain individuals may become mired in the multitude of exchanges between various personages. However, I personally remain of the opinion that this is a laudable romantic comedy that adeptly navigates both its characters and their circumstances, even after all this time.
A tale about two troubled individuals who blindly trust their flawed perception of love instead of choosing an effortless solution that's within their reach. It's a narrative that captivates me.
When Harry Met Sally (1989)
Spanish
Harry Burns y Sally Albright comparten la historia de una relación única que los lleva por un camino sinuoso. En 1977, recién egresados de la Universidad de Chicago, tuvieron su primer encuentro. Harry estaba viendo a un amigo de Sally, y decidieron tomar un viaje de regreso a la ciudad de Nueva York juntos.
A lo largo de su viaje, la pareja participó en varias discusiones que invitaron a la reflexión y destacaron sus puntos de vista contrastantes sobre las asociaciones románticas. A pesar de algunos debates acalorados, finalmente llegaron a su destino en la bulliciosa metrópolis de la ciudad de Nueva York y se separaron con una sensación de alivio.
Los caminos de Harry y Sally se cruzaron después de un lapso de 5 años en el aeropuerto de la película. Durante este tiempo, ambos han sufrido algunos cambios en sus vidas y han modificado sus opiniones respecto a las relaciones. Después de eso, adelantamos otros 5 años a otro encuentro no planificado. Una vez más, sus circunstancias han cambiado y está claro que sus ideas sobre las relaciones han crecido.
Harry sigue siendo divertido y ansioso, pero su confianza y arrogancia han disminuido desde su presentación. Por el contrario, Sally comienza siendo vivaz y entusiasta, pero finalmente se revela más confiada e inocente. El quid de la película radica en observar cómo estos dos individuos con creencias distorsionadas sobre las relaciones se adaptan a los desafíos de la actualidad.
Tal vez la clave de la felicidad esté al alcance de la mano, pero no se dan cuenta.
Esta película es un verdadero éxito, según yo, y hay múltiples factores clave que se atribuyen a su grandeza. Uno de estos factores es el guión, escrito por la nominada al Oscar Nora Ephron. Su escritura es brillante, cortante y realista en su representación precisa de los personajes. Las actuaciones de Crystal y Ryan son dignas de mención, pero el verdadero mérito es de Ephron por su experta narración. El director Rob Reiner también merece reconocimiento por su papel en dar vida a esta película.
El cine de Reiner estaba en su apogeo durante una época en la que se inspiró en su vida de soltero después del divorcio. A diferencia de sus películas recientes, este período produjo obras cinematográficas impecables.
Las actuaciones de Billy Crystal y Meg Ryan fueron fundamentales para el éxito del proyecto. Interpretaron personajes con los que nos identificamos y cautivadores, desde las primeras escenas en las que aparecieron. La química entre Crystal y Ryan fue encantadora y nos atrajo sin esfuerzo. La sonrisa contagiosa de Ryan complementó impecablemente el humor seco de Crystal, haciendo imposible resistirse a su encanto.
Estos dos individuos poseen una autenticidad innegable que no deja lugar al escepticismo. El casting para sus papeles es impecable.
Si bien Harry y Sally Crossed Paths pueden, a veces, prolongar excesivamente su pregunta central sobre si los dos personajes principales eventualmente se unirán, ciertos individuos pueden verse atrapados en la multitud de intercambios entre varios personajes. Sin embargo, personalmente sigo siendo de la opinión de que esta es una comedia romántica loable que navega hábilmente tanto por sus personajes como por sus circunstancias, incluso después de todo este tiempo.
Una historia sobre dos personas con problemas que confían ciegamente en su percepción defectuosa del amor en lugar de elegir una solución sin esfuerzo que está a su alcance. Es una narrativa que me cautiva.
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