Sentirnos diferentes al arreglarnos un poco...damas y caballeros.

Esta reflexión surgió a raíz de la inspiración que me dieron las condiciones que estamos enfrentando actualmente a nivel mundial. Nos hemos visto en la necesidad de quedarnos mucho más tiempo dentro de casa para cuidar nuestra salud. Pero ¿Qué pasa cuando nos quedamos mucho más tiempo en casa? En nuestra casa nos sentimos cómodos. Consideramos que podemos ser nosotros mismos, podemos estar vestidos de manera informal, si no queremos estar vestidos no nos vestimos, si queremos andar en bata lo hacemos, como sea. El hecho es que en nuestra casa no le damos mayor importancia a nuestra apariencia porque es nuestro espacio para sentirnos en libertad y darnos la comodidad que nos haga sentir bien.

En esta cuarentena hemos perdido el hábito de arreglarnos porque ya no debemos salir con tanta frecuencia como antes ¡Esa condición para arreglarnos la perdimos! Nos arreglábamos para visitar a nuestra familia, para salir al trabajo, para ir a hacer mercado, para salir un rato a entrenar.

Algunas personas llegamos a perder, en algún momento, ese hábito de arreglarnos ¿Qué pasa con ese hábito? Los quiero invitar a retomar el hábito de arreglarnos, aunque sea un poco. No tiene que ser necesario vestirnos formalmente, maquillarnos, peinarnos, colocarnos tacones. Lo que sí quisiera es que, por lo menos, nos arreglemos un poco. Aunque no vayamos a salir de casa ¡La condición que yo propongo es ‘‘Me voy a arreglar para sentirme bien’’! Porque cada vez que nos arreglamos nos sentimos magníficos, diferentes, relucientes. Pensamos que nos vemos bonitos bañados, afeitados, con el cabello peinado, con una ropita que no esté rota, sucia o manchada ¡Nos sentimos bien!

La situación se ha vuelto complicada para todos. La pandemia ha significado muchos cambios y emociones juntas, que no siempre han sido emociones buenas. A veces nos sentimos mal porque no podemos salir y hacer las cosas que hacíamos antes con total normalidad. Eso nos hace sentir tristes porque ya no puedo ir a comer sopa los domingos, con mi familia. No puedo ir a trabajar en la oficina que me gustaba tanto.

El encierro nos puede afectar mucho, sin duda. Pero, por lo menos, si vamos a estar en casa es importante que busquemos conectarnos con aquello que nos motive, inspire, nos haga sentir contentos, nos produzcan una sonrisa y le devuelva la magia de vivir cada día. Vivir es bellísimo, pero vivir encerrados nos baja el ánimo.

Una de mis propuestas para elevar ese ánimo es arreglarnos un poco la apariencia, sin necesidad de exagerar. Tampoco es necesario tomarnos fotos, subirlas a las redes sociales para compartirlas con nuestros amigos y conocidos. Simplemente para que tú te sientas bien contigo y con tu apariencia. No estoy tratando de decir que la única forma para que te sientas bien es arreglándote. No, porque si a ti te gusta tu cuerpo como es, tú te vas a sentir bien de la forma que sea. Pero, a todos nos pasa que cuando nos arreglamos nos sentimos un poco mejor ¡De eso estoy 100% segura! Y el que no lo crea, cuénteme en los comentarios ¿Por qué crees que no es cierto?

El objetivo hoy es subir el ánimo. Busco animarlos y darles ideas para mejorar sus días. Juguemos un rato con nuestra apariencia. No hace falta disfrazarnos ni exagerar, a pesar de que pasamos el mes de octubre no quedarnos con los disfraces de Halloween. No implementen este hábito, vamos a implementarlo únicamente en Halloween. No tiene por qué ser un solo día de bienestar ¡Procuremos que sea para la vida diaria! Que sea una vida de bienestar. Una vida con mejor ánimo. Que cada año se vuelva un hábito, porque nos vemos bien y nos sentimos un poquito mejor. No estoy diciendo que el arreglarnos un poco nos vaya a eliminar todo lo que haya que resolver en nuestra vida, pero sí nos ayudará a subir el ánimo.

No tiene que ser todos los días, por lo menos con un día a la semana que ustedes se arreglen diferente van a sentirse diferentes ¡Quiero que me cuenten si se sintieron diferente! Quiero saber qué les pareció. Inténtenlo y cuéntenme. De verdad creo que se pueden sentir mucho mejor.

Por ejemplo, a mi me gusta estar en mi casa poco presentable. Me encanta estar en franelilla, monito, con cholas; es decir, me tocan la puerta sin avisarme antes y me tengo que ir a cambiar inmediatamente. Esa es ropa con la que no me gusta salir a la calle. Yo me siento cómoda así, pero si todo el tiempo me visto de esa manera, lo que me pasa es que comienza a caerse mi ánimo. Inmediatamente que me doy cuenta que me bajó el ánimo decido que me arreglaré un poco más. Eso me ayuda a sentirme mejor, así ha sido siempre. Se los propongo porque ya lo intenté y sí me sentí mejor. Posiblemente a ustedes también los ayude ¡Hagan la prueba! Si tienes otras propuestas también me encantaría leerlas.

_{Todas las imágenes son de mi propiedad, la primera imagen con aplicación canva, la segunda desde mi celular Samsung J4.}