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En pleno siglo veintiuno las costumbres alimenticias de la población han derivados en consumos nada beneficiosos proteicamente para ellos, razón por la cual los nutricionistas han tenido que hacer malabares para orientar a las personas en cuanto a la necesidad de ingerir alimentos que contengan proteínas esenciales para la buena salud.
Muchos han fracasado ante la avalancha de la publicidad de corporaciones que han logrado transformar la comida llamada chatarra en importante para la dieta de todos o ante las campañas mediáticas de dietas que más que ayudar empeoran la situación al no poseer estas, el equilibrio adecuado para que los cambios alimenticios no terminen siendo una solución peor que el problema.
Sin embargo en el área deportiva, especialmente entre los fisiculturistas, por razones obvias, estas recomendaciones sufrieron efecto, y los suplementos proteínicos pasaron a ser importantes para su preparación física, dando como resultado la creación de atletas con mayores capacidades.
Debido a esto, esta moda emigró a otras disciplinas y en poco tiempo el boom traspasó las barreras del deporte y llegó a los hogares, impactando tanto a las personas que deseaban perder peso como quienes querían ganarlo.
La salud en cierto momento, ante la realidad de una población cada vez más enferma por razones del sedentarismo propio de los modernos empleos y la diversificación del Internet, volvió a ser importante.
Los métodos más rápidos y sencillos llegaron a ser caballeros salvadores de esas perdidas almas que intentaban recuperar un estado estable de salud para no engrosar la larga lista de sujetos que por razones diversas habían adquirido alguna enfermedad o eran presa de los modernos males ocasionados por la deficiencia de proteínas, que llevaban a decenas de dolencias que iban desde hipertensión hasta Alzheimer.
La invasión de suplementos proteicos llegó y la moda del fitnes, los ejercicios en aparatos novedosos en la propia casa, el gimnasio y la práctica deportiva sirvieron para tratar de tomar el nivel necesario a la población, mientras que por otro lado las dietas se transformaron en un filón inimaginado de alternativas que desafiaron al mejor inventor del mundo, dada la creatividad de las mismas, muchas de ellas dirigidas por personas o empresas no capacitadas en el área.
Para ambos grupos el apoyo proteico se hizo necesario y las proteínas de soya, huevo y suero de leche se convirtieron en las principales como suplemento a la alimentación.
Los debates se hicieron interminables y aún mantienen ese calor que mezcla la nutrición con otras especialidades médicas y se alimenta de experiencias positivas y negativas, lo que da a este una permanencia de muchos años más.
Hay quienes afirman que los suplementos y batidos proteicos terminarán sucumbiendo ante una nueva moda, son estos los que pensaron que los escándalos de los esteroides anabólicos que aparecieron en cierto momento y englobaron muchos atletas importantes en varios deportes, serían el verdugo de estos, pero terminaron derrotados ante la continuidad de ellos en los diversos estratos sociales; y hay quienes sostienen que contrariamente los mismos apenas están en la punta de su expansión ya que son una necesidad de salud pública que cada vez se hará más urgente y cotidiana.
Lo cierto del caso es que aunque ambas tendencias poseen argumentos sólidos para sus exposiciones, la globalización y los nuevos adelantos tecnológicos en cuanto a comunicación han llevado estos a traspasar las fronteras y se encuentran presentes en todos los continentes del mundo.
Sea moda o necesidad sin dudas los suplementos proteicos llegaron para quedarse y atender una franja, cada vez más ancha, de población que ha despertado a los malos hábitos alimenticios o a los estragos que produce el sedentarismo, por lo que es importante que todos se informen sobre estos y las diversas características que poseen, de forma tal que no sean pescados en su buena fe y caigan en manos inescrupulosas que en lugar de mantenerles o mejorar la salud se la deterioren.
English version
In the twenty-first century the eating habits of the population have derived in consumption not beneficial for them protein, which is why nutritionists have had to juggle to guide people as to the need to eat food containing protein essential for good health.
Many have failed before the avalanche of advertising of corporations that have managed to transform the food called junk in important for the diet of all or before the media campaigns of diets that rather than help worsen the situation by not possessing these, the right balance so that the food changes do not end up being a worse solution than the problem..
However, in the sports area, especially among bodybuilders, for obvious reasons, these recommendations were affected, and protein supplements became important for their physical preparation, resulting in the creation of athletes with greater capabilities.
Because of this, this fashion migrated to other disciplines and in a short time the boom crossed the barriers of sport and reached homes, impacting both people who wanted to lose weight and those who wanted to gain it.
Health at a certain moment, faced with the reality of an increasingly ill population due to the sedentary nature of modern jobs and the diversification of the Internet, was once again important.
The quickest and simplest methods became knights saviors of those lost souls who were trying to recover a stable state of health so as not to swell the long list of subjects who for various reasons had acquired a disease or were prey to the modern evils caused by protein deficiency, which led to dozens of ailments ranging from hypertension to Alzheimer's disease.
The invasion of protein supplements arrived and the fashion of the fitnes, the exercises in new apparatuses in the own house, the gymnasium and the sport practice served to try to take the necessary level to the population, while on the other hand the diets were transformed in an unimagined reef of alternatives that challenged the best inventor of the world, given the creativity of the same ones, many of them directed by people or companies not qualified in the area.
For both groups protein support became necessary and soy, egg and whey proteins became the main dietary supplements.
The debates became endless and still maintain that heat that mixes nutrition with other medical specialties and feeds on positive and negative experiences, which gives this a permanence of many more years.
There are those who affirm that protein supplements and shakes will end up succumbing to a new fashion, these are the ones who thought that the scandals of anabolic steroids that appeared at one time and included many important athletes in various sports, would be the executioner of these, but ended up defeated before the continuity of them in the various social strata, and there are those who argue that contrariwise the same are barely at the tip of their expansion because they are a public health need that will become increasingly urgent and daily.
The truth of the matter is that although both tendencies have solid arguments for their expositions, globalization and new technological advances in communication have led them to cross borders and are present in all continents of the world.
Whether it is fashion or necessity, without a doubt, protein supplements have arrived to stay and attend to a wider and wider segment of the population that has woken up to bad eating habits or the ravages caused by sedentarism. Therefore, it is important for everyone to be informed about these and the diverse characteristics they possess, so that they are not fished in good faith and fall into unscrupulous hands that instead of maintaining or improving their health deteriorate it.