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Cuando buscamos la definición de “Valores”, nos encontramos con que su significado cambia de acuerdo al área donde nos ubiquemos, pero la esencia continúa inalterable sea cual sea la forma o manera como lo utilicemos.
Siempre gira su definición en torno a un costo o a un balance, que deja una referencia sobre el objeto o la acción ejecutada, una idea, a veces desproporcionada, de la capacidad necesaria para llevarla a termino.
No escapa a esos conceptos o enunciados la cuantificación de los actos que efectuamos de acuerdo a ciertas normas o leyes, tanto de orden social, político, religiosos o moral, el cual definimos como los valores humanos, especie de legado que vamos sembrando en las generaciones que nos preceden por medio de la educación, la convivencia familiar, los medios y la teología y que representan el espejo donde miramos a medida que el tiempo nos va relegando a posiciones mas sedentarias.
Pero a medida que pasan los siglos, con su espada de la tecnología, se van bifurcando las formas de recibir esa herencia y el receptor de las mismas consigue con que la información que antaño venia de un canal especifico, tiene ahora vertientes equidistantes y antagónicas, por lo que el mensaje debe ser procesado siguiendo parámetros diferentes a los que hace algún tiempo poseíamos.
Los valores, en esencia, no se van a perder, como muchos lo anuncian, simplemente van a cambiar de óptica e importancia e iran sumando otros mas acordes con el tiempo que se vive.
Es tarea de los mismos emisores del mensaje ir convirtiendo este en actual, utilizando las herramientas que tiene a mano para el momento, sin perder la esencia original pero haciéndose comprensible para la nueva óptica que tiene ahora el receptor.
Nos olvidamos continuamente que una vez estuvimos en la posición de nuestros predecesores y que fuimos tan rebeldes o mas que ellos mismos, que utilizamos nuestra propia escala para inventarnos nuevos motivos y que dentro de ellos mezclamos las enseñanzas aprendidas en la casa y las conseguidas en el medio exterior, creando una nueva visión de cuantificar los valores.
Es común oír decir por allí, que todo tiempo pasado fue mejor o que los jóvenes carecen de lo que antes era importante como por ejemplo, la formalidad, la caballerosidad o el sacrificio, necesario en aquellos tiempos dada la situación convulsionada que se vivía.
Pero caemos en la trampa de buscar culpables a la perdida de algunos valores sin darnos cuenta que los mismos simplemente han pasado a un plano menos importante gracias a los mecanismos que el receptor utilizó para procesar la información recibida.
Que la posición geográfica del individuo es importante nunca ha sido descartada, de acuerdo al país o la religión la escala tiene diferentes escalones con mensajes, en esencia, parecidos pero en posiciones variables.
El sacrificio humano tiene diversas formas de ser visto en todos los continentes, ya que la religión se encarga de darle matices diferentes a este y otros hechos y así sucesivamente la sociedad, el entorno, el régimen político o la educación van a actuar sobre el legado de los valores que reciben los niños, jóvenes y adultos de diferentes razas o sexos.
Por la misma razón, cuando nuestros hijos, con la magia de Internet o de la comunicación a distancia por variados medios, tienen contacto con ese conglomerado de posiciones, no a la mano en nuestra época juvenil, necesita un catalizador o un filtro que con sus propias palabras le descifre la manera como extraer del medio extraño la esencia de los valores importantes que pueden mezclarse sin un método represivo.
Vamos perdiendo contacto con el mundo en donde giran los ideales de ellos, cuando no están acordes con los nuestros, navegamos en un mar extraño a la hora de confrontar problemas generados por los cambios, y nos convertimos en perfectos extraños cuando intentamos entablar una comunicación que deja de ser bilateral porque buscamos imponer nuestras ideas, ya que tienen el aval de una educación que resultó ser buena, pero en tiempos ya pretéritos donde no se poseía la información del actual momento.
Como padres sufrimos en muchos casos el olvido de ser hijos y de poder ser amigos de nuestros progenitores, para lograr una valoración exacta de las acciones y terminamos frustrados o frustrándolos al sentirnos incomprendidos.
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Quizás el método mas original y difícil para muchos, es tener la minuciosidad de contrastar que dentro de este mundo moderno los valores se han perpetuado cambiando de formas pero no de fondo y que el lamento quejumbroso de algunos acerca de la perdida de estos, no es mas que la ceguera momentánea, en muchos casos por orgullo, de no querer traspasar los limites que una vez inventamos para violar.
A muchos temas hemos echado en un saco para pasarlos a ser innombrables o tabúes y nos tropezamos con la curiosidad que provoca que sean colocados en el tapete de una manera irreverente por nuestros hijos, como rebeldía o como una asociación para pedir explicación de la prohibición de los mismos.
El sexo, la droga, la Prostitución, las enfermedades venéreas, el aborto, el desnudo, la pornografía, las religiones antagónicas, los ideales no acordes con el medio o los propios métodos o condiciones usados en nuestros hogares eran temas no aceptados por los padres y las sociedades, y los que cruzaban esa frontera estaban en la orilla opuesta de las cosas que debían hacerse, sin tener explicación o información sobre la razón por la que no se debía ejecutar.
Pero resulta que las mismas han pasado a ser ahora cotidianas, como resultado de esa represión pasiva aplicada y ha provocado la desvirtuación del fondo de esos problemas.
A los padres del siglo XXI les resultará mas fácil conseguir el equilibrio con sus hijos que a los del siglo XXIII y así sucesivamente, pero todos tienen como tarea fundamental el seguir transmitiendo los valores esenciales que sustentan a la humanidad, utilizando el método mas fácil de todos en las relaciones interpersonales, “La Comunicación”.
Si no aprendemos y enseñamos a nuestros predecesores a comunicarse de manera directa para la obtención de resultados menos agresivos entonces estaremos perdiendo el vehículo que nos lleva a la exploración mas profunda del sentimiento y a la verdadera perdida del fondo de los valores que debemos perpetuar.
Estamos obligados a entablar ese puente generacional que separa las orillas, utilizando las herramientas con las que se trabajan ahora, echando a un lado la forma de transmitir el mensaje pero manteniendo el fondo del mismo.
Se debe despertar a la realidad de que los problemas no se solucionan atacando los mismos, sino evitando que se conviertan en tales o en casos extremos buscando el punto donde se hace mas comprensible o vulnerable, como lo es la concientizacion del mismo por parte del afectado, utilizando la paciencia, comprensión e inteligencia.
Los valores, como las monedas, ganan y pierden, pero a diferencia de las segundas, se perpetúan ya que representan la base fundamental de la humanidad.
English versión
When we look for the definition of "Values", we find that its meaning changes according to the area where we are located, but the essence remains unchanged whatever the form or way we use it.
Its definition always revolves around a cost or a balance, which leaves a reference to the object or the action carried out, an idea, sometimes disproportionate, of the necessary capacity to carry it out.
The quantification of the acts that we carry out according to certain norms or laws, of social, political, religious or moral order, which we define as human values, a kind of legacy that we are sowing in the generations that preceded us through education, family life, the media and theology, and that represent the mirror in which we look as time relegates us to more sedentary positions, does not escape these concepts or statements.
But as centuries go by, with its sword of technology, the ways to receive that inheritance are bifurcated and the receiver of the same gets that the information that once came from a specific channel, now has equidistant and antagonistic sides, so the message must be processed according to different parameters than those we had some time ago.
The values, in essence, are not going to be lost, as many announce, they are simply going to change of optics and importance and they will be adding others more in accordance with the time that is lived.
It is the task of the senders of the message themselves to convert it into the current one, using the tools they have at hand for the moment, without losing the original essence but making it understandable for the new optics that the receiver now has.
We continually forget that once we were in the position of our predecessors and that we were so rebellious or more than they were, that we used our own scale to invent new motives and that within them we mixed the teachings learned at home and those achieved in the outside environment, creating a new vision of quantifying values.
It is common to hear people say that all times gone by were better, or that young people lack what was important before, such as formality, chivalry or sacrifice, which was necessary in those times due to the convulsed situation.
But we fall into the trap of looking for blame for the loss of some values without realizing that they have simply moved to a less important level thanks to the mechanisms that the receiver used to process the information received.
That the geographical position of the individual is important has never been ruled out, according to the country or religion the scale has different steps with messages, in essence, similar but in variable positions.
Human sacrifice has different ways of being seen in all continents, since religion is in charge of giving different nuances to this and other facts and so on society, environment, political regime or education will act on the legacy of values received by children, youth and adults of different races or sexes.
For the same reason, when our children, with the magic of the Internet or of the communication at a distance by varied means, have contact with that conglomerate of positions, not at hand in our youthful time, they need a catalyst or a filter that with their own words deciphers the way to extract from the strange environment the essence of the important values that can be mixed without a repressive method.
We are losing contact with the world where their ideals turn, when they are not in accordance with ours, we sail in a strange sea when confronting problems generated by the changes, and we become perfect strangers when we try to establish a communication that stops being bilateral because we seek to impose our ideas, since they have the guarantee of an education that turned out to be good, but in past times where the information of the current moment was not possessed.
As parents we suffer in many cases the forgetfulness of being children and of being able to be friends with our parents, in order to achieve an exact valuation of the actions and we end up frustrated or frustrating them by feeling misunderstood.
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Perhaps the most original and difficult method for many, is to have the thoroughness to contrast that within this modern world the values have been perpetuated changing of forms but not of bottom and that the complaining lament of some about the loss of these, is not more than the momentary blindness, in many cases by pride, of not wanting to cross the limits that once we invented to violate.
We have thrown many subjects into a sack to make them unmentionable or taboo and we stumble upon the curiosity that causes them to be placed on the mat in an irreverent way by our children, as rebellion or as an association to ask for an explanation of the prohibition of them.
Sex, drugs, prostitution, venereal diseases, abortion, nudity, pornography, antagonistic religions, ideals not in line with the environment or the very methods or conditions used in our homes were topics not accepted by parents and societies, and those who crossed that border were on the opposite side of things to be done, without having any explanation or information about why it should not be done.
But it turns out that these have now become daily occurrences, as a result of this passive repression applied and has caused the distortion of the substance of these problems.
The parents of the 21st century will find it easier to achieve balance with their children than those of the 23rd century and so on, but they all have the fundamental task of continuing to transmit the essential values that sustain humanity, using the easiest method of all in interpersonal relationships, "Communication".
If we do not learn and teach our predecessors to communicate in a direct way in order to obtain less aggressive results, then we will be losing the vehicle that leads us to the deepest exploration of feeling and the true loss of the bottom of the values that we must perpetuate.
We are obliged to build that generational bridge that separates the banks, using the tools with which we work now, putting aside the way of transmitting the message but keeping the bottom of it.
One must wake up to the reality that problems are not solved by attacking them, but by avoiding that they become such or in extreme cases by seeking the point where it becomes more understandable or vulnerable, such as the awareness of it on the part of the affected, using patience, understanding and intelligence.
Values, like currencies, win and lose, but unlike the latter, they are perpetuated because they represent the fundamental basis of humanity.