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Sucedió cuando yo tenía 19 años, sé que lo habitual es que pase antes, pero la verdad, de adolescente solo me interesaba dibujar manga y encontrar nuevas bandas de J-rock que escuchar, mis amigas “las enamoradas”, siempre estaban sufriendo por amor, eso me parecía una pérdida de tiempo así que nunca me interesó.
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Al entrar a la universidad, conocí a nuevas personas, entre ellos a un chico bajito y regordete al que llamaremos “C”, este, entre sus mejores amigos tenía al personaje que nos interesa; este personaje, de entrada me caía bastante mal, básicamente porque no era educado conmigo, llegaba, saludaba a los muchachos y a mí me ignoraba y eso me molestaba, hasta que un día, allí estábamos, C y yo, hablando de música, el amigo de C llegó en silencio y se sentó, yo hice referencia a un concierto de música metal muy importante al que había asistido, entonces el amigo de C cambió su postura y su gesto “¿tú fuiste? Yo quería ir pero no pude. Yo soy…” Y me dijo su nombre aunque ya yo lo sabía, pero para efectos de este post, lo llamaremos “Gris” (esto no tiene que ver ni con nuestra relación ni con su personalidad, sino más bien con su nombre de gamer).
De ese momento en adelante, Gris estuvo escribiéndome seguido, nos volvimos muy amigos y una mañana, salimos a la plaza de afuera del decanato, me pidió que fuera su novia y dije que sí, el asunto es que él tenía un amigo sumamente molesto, un Caroreño si mal no recuerdo, que nos interrumpió justo después de esto y a la vez se acercaron dos de mis amigas, así que eso dio paso para que el Caroreño se llevara a Gris. Empezó la plática de chicas:
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-¿Y ya son novios?- dijo una de ellas
-Sí- respondí
-¿Y cómo besa?- preguntó la otra (que metiches, ya sé)
-No sé, ustedes llegaron- repliqué
Luego, como muchas mujeres, empezaron a desbloquear nuevas inseguridades con frases del tipo “yo no me haría novia de alguien sin saber cómo besa” (risas), pero yo siempre fui una romántica y no quería malgastar mis besos con alguien que no me interesara lo suficiente como para novio.
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Había llegado la hora de la siguiente clase de Gris, así que se acercó a mí para despedirse explicándome lo de su clase y justo antes de irse, me besó, un beso pequeño, rápido y espontáneo, Gris es un hombre alto (1.92m) y yo (1.64m) estaba sentada sobre el filo de una jardinera, por lo que le fue sencillo solo inclinarse y besarme, él no imaginaba que ese era mi primer beso (obviamente), pero la verdad no le cambiaría nada, creo que no podía suceder de otra manera, porque así soy y esa es mi historia.
