“Muchas personas que buscan nuevos comienzos nunca han terminado con el pasado”. Byron Pulsifer.
Me encontré ayer esta frase con la que comienzo la publicación, me pareció bastante acertada, porque es evidente que hay muchas personas que intentan seguir adelante pero con un gran peso a cuestas, y esto suele sumar más complicaciones a lo que se quiere hacer, y es lógico pensar que nos retrasará enormemente el resultado.
O peor aún, puede que incluso evite la consecución de una meta específica por el hecho de que se nos haga más cuesta arriba todo por no haber superado etapas previas. Es normal que vayamos acumulando experiencias a medida que vivimos, pero el problema es que estas deben ser aquellas que nos sumen, que nos impulsen y no que nos limiten.
Hay cosas en nuestras vidas, ciertas experiencias que pretendemos olvidar pero sin hacerle frente como debe ser. Y entiendo que hay momentos específicos que preferiríamos no recordar, pero el evadir ciertas realidades no lleva a ningún buen lado.
Por ejemplo, hay tantas cosas que pudieran generarnos miedo, y por tal motivo las evitamos, es entendible, es la conducta lógica que se espera que tengamos de algo a lo que tememos, una conducta que responde a la necesidad de sobrevivencia, de resguardo, pero el detalle es que la mejor manera de poder superar cualquier cosa es enfrentándola, y asumiendo de una vez por todas que somos mucho más que eso.
Pero, sé bien que enfrentar los miedos no es algo fácil, porque en gran medida es asumir hacerle frente a lo que por años nos ha paralizado, particularmente he sido testigo de como personas se han paralizado por completo ante determinada situación, personas que siempre habían demostrada estar en una situación de liderazgo. Y no digo que por tener miedo a algo en particular dejen de ser buenos líderes, debo destacar.
Lo que quiero resaltar es el hecho de que lo lógico es que a medida que avancemos en la vida debemos ir cerrando ciclos, es decir, no podemos pasar a la edad de la adultez manteniendo la mentalidad de adolescentes, por ejemplo, porque es lógico que nos va a limitar mucho, porque no podremos asumir responsabilidades propias de la edad adulta.
De la misma manera, si hemos tenido una relación de pareja que ha llegado a su fin por algunas razones específicas que no han sido gratas, no es bueno pasar a otra relación teneniendo todo lo pasado como una gran marca, y juzgar a todos por igual, no es bueno, no es para nada sano. Asumo que en este punto ya he logrado explicarme lo que quería hacerles ver. Por ahora me despido, esperando que se encuentren todos muy bien. Saludos.