Silencio
Somos expertos en hablar antes de escuchar, a pesar de tener dos oídos y una boca; actuamos como si tuviéramos dos bocas y un oído. Evalúa si lo que dirás es más barato que tu silencio, porque si tu silencio tiene más valor, úsalo.
Existen momentos cuando se debe hablar porque se necesita ejercer defensa ante ataques injustos, se usa la voz para llamar la atención de las personas, para decir su nombre, cuando se nos pregunta por un asunto importante de la familia y el trabajo, debemos hablar para decirle nuestros síntomas al doctor en su consultorio.
Exceptuando a aquellos que físicamente tienen el impedimento de hablar y que se comunican por diferentes medios, los que hablar deben evaluar que el peso de sus palabras es muy grande. Las palabras pueden animar a una persona para que sea mejor o hundirla en la depresión si tenemos cierto grado de autoridad, como una madre hacia su hija.
Existen momentos en que nuestro silencio tiene un enorme valor y hay que ejercerlo; cuando desconocemos de un tema sobre el que otras personas están hablando, nos veremos más inteligentes callados; cuando no se nos pide opinión y quién está hablando es muy acertado en lo que dice; tienes planes evita hablar de ellos para que los envidiosos no se den cuenta.
Silencio es lo que se debe guardar hasta que el hablar sea necesario, porque entre más hablamos en vano más tontos parecemos. Hablar sin necesidad fatiga, hablar sin ser escuchado igual, dar nuestro consejo sin que lo pidan es cansador. Con el silencio nos vemos más inteligentes, más sabios.
Habla sólo si tu mensaje tiene más peso que tu silencio.
