La suerte, Miguel.
No te afanes tanto por conseguir objetivos que resultan muy difíciles ni te esfuerces por complacer a los demás y no puedes alcanzar tu propia satisfacción Miguel.
La pobreza no es pecado ni mucho menos delito aun cuando sea un factor que a veces encamina a cometer irregularidades acciones y actuaciones en esta vida.
Eres pobre. Naciste en un ambiente donde privaban las necesidades, y no sé si llamarle suerte o destino a tu vida.
Por cierto, hace unos años me encontré con un pastor cristiano y le abordé el tema de la suerte, y después de analizar la pregunta me contestó que no hallaba cómo definir a la suerte, desde el punto de vista teológico.
Y no solo a él he formulado esa pregunta, sino que a lo largo de mi existencia he mostrado muy grande interés y preocupación en cuanto al tema, y en La Biblia he leído que se "echaron suertes" en cuanto a que los vestidos de Jesús fueron repartidos echándose suertes. Mateo 27:35.
La vida puede ser injusta en cuanto, no solo a las personas, sino también a animales o lugares , por ejemplo, un perro que pertenece a una familia que lo acoge y le da todo, o un hijo que no necesita nada, ni siquiera trabajar porque su famlia adinerada le provee lo que requiere, igual un país con riquezas a otro que no cuenta con nada.
Tú, Miguel, estás en esa situación, pero con honestidad puedes surgir aunque sin estresarte ni exigirte más pues a veces las consecuencias son funestas.
Tranquilízate, Miguel, confórmate con lo que la vida te ha dado, pero ¡¡¡no dejes de luchar.