Las responsabilidades me han estado absorbiendo en los últimos dos años, he mantenido un gran peso sobre mis hombros, por mucho tiempo he estado allí para todos y ahora cuando más necesito de todos veo que muy pocos están para mí. No basta el tiempo dedicado a otros, los detalles y atenciones que di sin pedir nada a cambio, pero creo que merezco un poco de amor; ese amor que es sincero, del que también he sido presa por dar tanto a quien no lo merecía, no lo valoró, solo jugó con mis sentimientos y ahora que hago con tanto desamor, con este dolor y la desilusión que me están matando lentamente.

Pensándolo bien, lo mejor es alejarme de todo y de todos; tomar mi propio camino para sanar mis heridas, hoy será en día en el que me embarque en mi yate, la soledad será mi compañera por los rumbos que decida tomar en el inmenso mar quien me brindara su tranquilidad para ordenar mis pensamientos y sentimientos, me encontraré conmigo misma y segura estaré con mi soledad. No importa el tiempo que pase navegando en alta mar, en busca de respuestas a tanto dolor, el tiempo será mi aliado perfecto, será él quien me muestre el rumbo que debo tomar y si en el camino puedo toparme con la sabiduría, esta no estaría de más, guara de seguro mis decisiones con sabios consejos que me hará llegar insistiendo una y otra vez para que no me vuelva a equivocar.

Será este el mejor de mis viajes a lo largo y ancho del mar, disfrutaré de la mejor compañía sin importar lo que digan los demás, seremos nosotros contra el mundo luchando en una batalla de sinceridad, que pueda aclarar mi mente para poder volver a confiar, sabiendo que todo será igual porque este viaje será mi única verdad esa en la que podré ser yo misma sin nadie que me pueda juzgar.

No sé si serán días, semanas, meses o años los que estaré en el mar contemplando su belleza, la que trae a mi tranquilidad, tal vez sea ella mi destino y entonces no quedará de otra más que elegir lo mejor para mí que será continuar mi vida en la paz que me genera vivir en el mar.