Otra vez recibí una sorpresa

La verdad, parecía un día como todos. Me desperté temprano y aún con mucho sueño. Yo revisé mi celular. Eso lo hago todos los días para ver si habrá clases en el Gym que esta cerca donde vivo. Cuando leí que tendría clases dudé entre seguir durmiendo o levantarme.

Puse mi meditación matutina, hice mis estrategias de conexión. Abracé a mi perro Fito, que estaba atento por si le correspondía el paseo, o si se quedaba un rato más mientras yo entrenaba. Finalmente, me levanté y salí entre dormida y despierta. La verdad Fito me iba llevando mientras inspeccionaba y olía todo con tal detalle, que parecía un médico forense en cualquier escena del crimen.

Fito me hizo trampa. Y creo que sabía que cuando hiciera sus necesidades fisiológicas el paseo terminaría. Así, que se demoró bastante. Y mientras el sol calentaba, yo pensaba en mis actividades del día. Muchas cosas por hacer. un retraso en varias, las llamadas, los quehaceres. Yo creo que ya estaba cansada, pero no, sencillamente aun estaba adormecida.

Cuando el paseo llegó a su fin y entraba en la calle donde vivo, Yo me di cuenta de un espectáculo justo enfrente de mi casa una planta de orquídeas había florecido. Y la flor era muy hermosa. Me quedé contemplándola un buen rato. Y fui por mi teléfono para tomarle una foto a la flor nacional de Venezuela que tenía a pocos metros de distancia. Aunque ya casi no salimos de casa, son muchas las cosas bellas que pueden aparecer.