Fuí armando la trama de lo que necesitaba,
Uniendo todos los hilos hacia mi vida,
Aumentando las energías que muy adentro se acumulaban,
Concentrando la potencia hasta sentirme desmayar.
Ajusté mi mente cuando mis rodillas cedieron,
Soporté las oleadas de placer de mi poder,
Me convertí en el demonio más temido,
Ese que la independencia de los sentimientos aún manejan.
Luché entre todo lo que guardaba,
Formé mis dragones mientras el tiempo pasaba,
Los entrené para ser mis servidores fieles,
Los convertí en energía pura llena de esperanzas.
Junté la potencia que poseía mi alma,
Me armé con las habilidades que adquirí del destino,
Domé cada uno de mis dragones con fuerza,
Esa fuerza con la que hoy cabalgo mi destino.
Mientras toda nuestra fuerza es reconocida como algo que está listo dentro de nosotros para potenciarse y obrar a nuestro favor, ahí es cuando somos más poderosos.
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Nota:
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