Por un cuchillo extraviado casi se viene un ataque de pánico

in blurthispan •  2 years ago 

Era domingo por la tarde, esperaba la visita de mi apreciada amiga Amanda. Ordené la casa temprano y fui a hacer las compras correspondientes de los alimentos que cocinaría para nuestro compartir. Haría una sopa y unas arepas con revoltillo de huevo, sé que ese menú le encanta a ella y pues por ser una de mis mejores amigas quería que se sintiera totalmente a gusto en mi sereno hogar.

Llegó la hora, Amanda y yo nos saludamos con un abrazo afectuoso y otras muestras y gestos de cariño. Ella se puso ropa cómoda y las dos estábamos súper relajadas.

A los pocos minutos de su llegada me dispongo a preparar la comida y me mantengo de pie mientras tengo en mis manos en único cuchillo filoso y cortante que hay en casa. Amanda se sienta cerca de mí y conversamos de forma muy amena mientras corto las verduras para la sopa y los tomates y la cebollas para el revoltillo.

Ya cuando la comida está lista para ser servida, lavo los utensilios e instrumentos que ensucié y luego los llevo al espacio donde los guardo. Le ofrezco té de toronjil a Amanda y ella encantada con la idea me instar a querer salir un momento a cortar la planta que está en el jardín, fue cuando comencé a buscar el cuchillo filoso y que no encontraba por ninguna parte, me sentía totalmente paranoica puesto que acababa de lavarlo y colocarlo con los otros objetos y de pronto simplemente desapareció. Amanda nota que estoy buscando algo y me dice:

  • ¿Buscas el cuchillo de mango blanco?

  • Sí, ¿Cómo sabes?

  • Me dijiste que ibas a cortar el toronjil.

Busqué y busqué mil veces en el fregadero, mil veces en la mesa, mil veces donde estaban el resto de los utensilios de cocina y nada. Amanda me dice que ella también está intrigada con la cuestión del cuchillo y comienza a buscar en los mismos sitios donde ya yo lo había hecho, pero nada, seguía en su escondite.

Ya yo estaba bastante inquieta, aunque trataba de no demostrarlo, creo que mostraba serenidad aunque con mucha intriga. Para seguir con los planes de la comida y tratar de restarle importancia al tema del cuchillo salí a cortar el toronjil con una tijera, hice el té, servimos la comida y nos sentamos a comer. Amanda seguía hablando de otras cosas y yo simulaba estar en sintonía con ella pero realmente no dejaba de pensar en el cuchillo, mis axilas sudaban y mi corazón comenzaba a acelerarse, quería irme de mi propia casa, me sentía en peligro, de pronto comencé a imaginar que Amanda tenía el cuchillo escondido entre sus ropas y en un descuido me iba a atacar o que lo había escondido y cuando yo me durmiera (ella se quedaría hasta el día siguiente) iba a atentar en mi contra. Todos estos pensamientos me invadían en fracciones de segundos y me aterraban, aunque estaba súper nerviosa continuaba consumiendo los alimentos, sin embargo, los pensamientos estaban ahí taladrándome la cabeza y haciéndome dudar de una gran amiga que conozco hace años atrás y que jamás me ha demostrado acción alguna semejante a la que yo estaba imaginando.

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Por otra parte, dentro de mí, yo misma trataba de darme ánimos y hasta de reírme de mi hipótesis, pero no podía estar tranquila con la idea de aquel cuchillo filoso extraviado justamente el día en que Amanda me visita. Me decía para mis adentros, ¿Cómo puedes pensar eso de ella, por favor?

Entonces vino otra idea a mi mente: un duende robó el cuchillo y pretendía volverme loca.

Ambas ideas eran aterradoras para mí, por instantes me sumergí en mi propia película de terror, sin embargo, tratando de disimular todo el miedo que tenía, terminé de comer y seguía conversando con Amanda pero mi corazón no dejaba de latir a prisa y mis pensamientos me estaban enloqueciendo.

Al cabo de un rato, invité a Amanda a ver televisión y me recosté en la cama, ella se sentó en el sofá. Yo trataba de concentrarme en la TV pero de reojo observaba a Amanda por si intentaba algún movimiento extraño, o imaginaba que me dormía y vendrían el duende a atormentarme para siempre, realmente literalmente, pensaba que iba a enloquecer. Cómo en 4 ocasiones me levanté con la excusa de que la comida me había provocado mucha sed pero realmente iba era a buscar una y otra vez en los mismos sitios. También imaginaba que de pronto el cuchillo iba a aparecer como si nada en la mesa casi que riéndose de mí, yo me decía que si eso pasaba ya sí definitivamente tenía un problema en mi mente.

Pasadas alrededor de 3 horas luego del extravío cuchillo, por fin, ya me siento más tranquila con el tema y trato de no darle tanta importancia. Tuve un impulso, me levanté de la cama está vez sí a tomar agua y mientras abro la puerta de la nevera me quedo mirando al espacio donde estaban todos los utensilios de cocina que había usado ese día e hice algo que no había hecho en mis búsquedas anteriores, metí mi mano detrás de una bandeja y...

¿Qué creen?

Pues ahí estaba el cuchillo, me volvió el alma al cuerpo y le digo a Amanda que lo había encontrado, yo quiero ver donde (me dice ella), le muestro y pues soltamos unas risas.

                                    🔪

Gracias por leer mi relato y les pido de corazón no vayan a pensar que soy una loca melodramática, pero por una situación muy difícil que viví hace un par de años, comencé a tener ataques de pánico y a sentirme en peligro en situaciones que si me hubiesen pasado anteriormente seguro hubiese visto con otra óptica. Esta vez, por fortuna, no tuve los síntomas físicos que acompañan este tipo de ataques, sin embargo, en mi mente viví un mini infierno por unas horas . Ya poco a poco creo que voy ganándole a este tipo de situaciones que tenía meses sin sentir, al menos está vez no salí corriendo y no me quedé sin aire.

Este relato también es un ejemplo de como nuestros pensamientos influyen directamente en nuestro estado físico, sea real o ficticio lo que estemos imaginando, tiene un efecto en lo exterior.

Ahora bien para despedirme, por ahora, quiero hacerles una pregunta. ¿Ustedes creen que el cuchillo cayó detrás de esa bandeja o que en un descuido Amanda lo escondió para hacerme una mala broma?

  • Nahh! Mentiras, Amanda es un amor, no le contaré que pensé eso de ella, será nuestro secreto.

P.D: actualmente estoy haciendo las paces con el cuchillo y mis pensamientos e intentando crear nuevos anclajes en mi mente para asociar este utensilio con situaciones amenas y agradables.

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