Buscar trabajo a los 55

Los zapatos viejos lo delataban…

A pesar de haber estado tres meses sin trabajo, nunca perdió la fe en si mismo, se levantaba muy temprano, se aseaba, re escribía su curriculum con nuevas ideas que había encontrado en la internet, se lanzaba con una sonrisa en el rostro para buscar trabajo, ya había comprobado que la guía de trabajos del periódico era inútil, sólo contrataban personas menores de cuarenta años; sin embargo ahí estaba, esperando por mas de dos horas para ser atendido por recursos humanos de aquella empresa a la que había estado estudiando arduamente, su misión, su visión, sus valores, sus productos y servicios, incluso había estructurado un plan para mejorar la atención al cliente; el ruido de su estomago lo delataba también pues no había almorzado aquel día, empezaba a ponerse nervioso, si no encontraba trabajo pronto tendría que pedirle a su hijo que dejara la universidad para que lo ayudara, pero eso significaría que estaría reproduciendo su propia historia, así es que tomo la determinación de "agarrar" un trabajo de lo que sea.

Sus esfuerzos fueron en vano, su carrera trunca no le servía de nada, hablar ingles tampoco, sus treinta y cinco años de experiencia como auxiliar de recursos humanos tampoco, la edad no le ayudaba, a sus cincuenta y cinco era muy difícil acomodarse, todavía le faltaban diez años para jubilarse, su hijo estaba a la mitad de la carrera y era un alumno excelente, sería una lástima dejarlo con la carrera a medias como le había sucedido a el, el jefe de recursos humanos de la última entrevista le había dado unos pases de cortesía para el bar de los empleados que estaba cruzando la acera y decidió ahogar sus penas, vale por tres cortesías decía el pase.

-Buenas tardes señorita-, saludo amablemente a la encargada.

-Buenos días-, contestó ella con una sonrisa.

-He ido a pedir trabajo ahí enfrente y sólo he obtenido estas tres cortesías, sólo tengo una duda.-

-Si diga-, pregunta ella

-Que clase de empresa tiene también un bar para empleados?-

-oh no, este no es un bar de empleados, sólo tenemos un convenio con ellos, que le sirvo?-

Una cerveza por favor. Que voy a hacer ahora? se preguntaba mientras tomaba lentamente su cerveza, hasta casi quedar caliente, el bar era un lugar muy tranquilo, le llamó la atención que la mayoría de las personas ahí eran mas bien mayores, había una rockola, mesas para jugar dominó, muchos cuadros antiguos colgados de las paredes, unos abanicos de techo que rechinaban constantemente y que eran prácticamente inútiles; entonces se le ocurrió una idea para no llegar a casa con las manos vacías.

Señorita, le habló de nuevo a la encargada.
Estos abanicos hacen mucho ruido y casi no echan aire.

Si, son muy viejos, pero el dueño no quiere deshacerse de ellos, porque dice que son "vintage"

Oiga, y no le interesaría que se los limpie y engrase para que trabajen bien.

A ver deje le pregunto, está ahí atrás en la oficina.

Minutos mas tarde, sale un anciano de aspecto muy severo y cansado, pero que aún lucia muy fuerte.

-Buenas tardes joven-, le dice el anciano.

-Me comenta la señora Carmen, que usted quiere dar mantenimiento a estos abanicos- agrega.

-Si señor, darían mejor servicio con el mantenimiento adecuado-

-Muy bien, pues empiece con este de aquí y ya veremos, en la partes e atrás ahí espacio, herramientas y grasa-

Sin perder tiempo, se sube a una silla con un desarmador en la mano y se dispone a darle mantenimiento, después de desarmarlo por completo limpiarlo y engrasarlo, lucía bastante diferente, las partes metálicas brillaban realmente, las partes de madera habían sido tratadas con limpiador especial para madera finas y el motor casi no hacía ruidos, al parecer todas esas horas de dedicación a su pasatiempo por artilugios antiguos habían dado frutos, sabía desarmar motores, cuidar la patina de artefactos antiguos entre otras muchas habilidades. El anciano, al ver la calidad del trabajo quedó realmente impresionado, había observado detenidamente las manos del "joven" y no le parecía que fuera alguien que se las ensuciara muy seguido.

-Muy buen trabajo, me has dejado gratamente impresionado-
-a que te dedicabas antes- le preguntó

-Fui auxiliar de recursos humanos, por treinta y cinco años, hasta que me despidieron- le contestó.

-Muy bien, y no te gustaría trabajar conmigo- le pregunta el anciano.

-Quiero que te encargues de recursos humanos del bar y del hotel que está frente a la plaza que esta en la siguiente cuadra-

-Pero yo sólo soy auxiliar, y sólo hice la mitad de la carrera en administración- agregó el "joven",

-Mira, creo que eres el candidato perfecto, no te importa ensuciarte un poco para que las cosas se hagan correctamente, tienes experiencia, eres muy joven y la carrera la terminas en dos años si te aplicas-

-Bueno, tal vez me veo joven, pero tengo cincuenta y cinco, no lo quiero engañar-

-Cincuenta y cinco? yo tengo casi setenta y además también voy a regresar a la universidad para terminar también mi carrera, mañana hablamos con mu ahijado el rector de la universidad- agregó el anciano mientras esbozaba una enorme sonrisa...