Sin embargo, dejare la duda en mi corazón por lo que pudiera ser. La duda no intentara lastimarme; siempre podre soñarte y me invade un fugaz regocijo al pensarlo así, porque allí en mis sueños podrás ser mía y nada más ha de importarme. Que graciosa fortuna esta, que cruzo nuestros caminos para alejarte suavemente en mi ser y brindarme de esta nueva vida, otras quedaron las esquirlas del desconsuelo y el hierro candente del desaliento.

Sé que no eres para mí, no podría merecer toda esa dicha. Mi mayor ambición no habrá jamás de alcanzarte, me basta con la suavidad cálida de tu voz que enloquece mis sentidos. Después de tanto imaginarme al mar, ahora que por fin siento que estas aquí no me da miedo morir en tus orillas, sin jamás penetrar en tus aguas, porque este gran amor, el podrá existir más allá de mí.

Así, todo lo que he perdido, los mil años que te he esperado no han sido suficientes para anunciarme tu llegada. Estarás aquí para el breve instante de mis anhelos. Y te mirare cuando pongas distancia en los dos para alejarte por los senderos que nunca habré de compartir. Mucho me duele que, tú, también perderás.

Eres criatura de luz, creada en el crisol de las tormentas para ser amada; nadie, más que yo, veré la gema que ocultas en ti. Nadie podrá llevarte a navegar con el viento luminoso de tus estrellas ni podrá comprender lo especial de tus misterios.

Las fotografías fueron tomadas con mi celular Realme

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