Reflexiones de un poeta
brillo ausente de luz en la oscuridad de mi habitación,
lejos de conciliar el sueño y perturbado por el silencio,
invadido por los recuerdos tristes de mi corazón.
Es la soledad una compañera indeseable,
me visita a diario sin tener invitación, sin ningún tipo de pudor
entra sin anunciarse y se instala a mi alrededor,
juega con mi mente y me incita al dolor.
Me describe un mundo de sufrimiento, rabia y rencor,
mejor estar solo que acompañado de personas sin valor,
ese pensamiento me causa desesperación
y hace de mi tranquilidad una intensa frustración.
Una batalla constante anidada en mi cerebro,
una guerra infinita que me consume de a poco.
Miro a mi alrededor y me pierdo en el vacío,
cuatro paredes no bastan para contener mi quejido.
Oigo llantos en la sala y me levanto perdido,
desconcertado por la tranquilidad de la madrugada,
pienso por un instante en lo que me he convertido,
un alma solitaria, abandonada y sumergida al olvido.
¿Un té de manzanillas calmará esta ansiedad?
Un tranquilizante quizás resulte más efectivo,
pero de tantos que he tomado me siento adormecido
y aún sigo escuchando esos extraños sonidos.
Veo gente a mi entorno y escucho voces por doquier,
¿Estoy perdiendo la cordura o alucino sin saber?
Tengo miedo de vivir, estoy bajo mucha presión,
solo quiero descansar y dejar de sentir desesperación.
Necesito pronto una salida, me urge revertir la situación,
debo sacar de mi casa quien perturba mi emoción,
sin importar lo que cueste, mi salud mental está primero,
basta de alejarme del mundo y de los amigos sinceros.
Necesitaré de aliados que me permitan ganar la guerra,
leales soldados capaces de tomar las armas sin miedo,
amigos fieles que me rodeen de su compañía y afecto,
y una tripulación que no abandone el barco ante la tormenta.
Así lograré vencer mis miedos y alejar la soledad,
podré conciliar el sueño y retornará mi tranquilidad,
mi vida se llenará de brillo y mi habitación se iluminará,
jamás volveré a estar solo y mi cabeza dejará de alucinar.