Hombre trabajador

-Siete tamales es una exageración- me decía mi madre, mientras trataba de acabar con el último bocado. El día anterior no había comido nada por tratar de vender un paquete de libros ha un precio exorbitante, había recorrido a pie, casa por casa, toda la colonia que se me había asignado, sin lograr vender nada, y a quien se le ocurre tratar de vender estos carísimos libros a precio de diez salarios mínimos en una localidad donde la mayoría gana apenas uno y medio por semana, dejen les comento como pasó.

Tenía apenas dieciocho años cumplidos, quería dejar de vender periódico para dedicarme a algo mas prometedor, un amigo me contó que, como vendedor le iba bastante bien, que al principio batalló, pero que ahora sólo necesitaba trabajar cuatro horas diarias para sacar para el chivo (los gastos de la semana), el lunes me levanté muy temprano para buscar el periódico mas gordo en la sección de empleos, me dispuse a buscar algo que pudiera hacer una persona con solo la secundaria terminada, después de unos minutos, lo encontré:

"Oportunidad única, trabajo de tiempo completo o medio tiempo
inicie su carrera como vendedor, requisitos: secundaria terminada,
sólo necesita cuatro horas diarias"

La felicidad me inundó, me dije a mi mismo al fin voy a aprender una profesión que me permita luego continuar mis estudios, con un poco de suerte podré hacer la preparatoria y luego quien sabe, tal vez me vuelva abogado. Mi mente empezó a crear una historia en la que me iba muy bien, con final feliz, como en las historias de la televisión.

Al llegar a la entrevista de trabajo, el encargado me dijo que habría una selección de personal muy difícil, que sólo los mejores lograrían una vacante, que si era perseverante, tal vez lo lograría, pues se veía que tenía muy buen porte, yo por supuesto me sentí halagado, todo un profesional de las ventas me decía que seguramente yo tenía futuro en su empresa.

La entrevista fue grupal, nos dijeron a grandes rasgos las características de los libros, ponían especial atención al encuadernado, y a la calidad de la impresión, lo brillante de las imágenes, pero ningún comentario del contenido, nos decían, -nos se les ocurra leerlos, pues van a perder mucho tiempo- bueno, no creo que tuvieran que decirlo a la mayoría no les interesaba leer, estábamos aquí para ganar dinero, después de todo era un a oferta de trabajo.

Después de bombardearnos con ideas de superación personal, nos citaron al siguiente día para una prueba de campo, se trataba de tratar de vender un paquete de libros en pagos, obtener el enganche y la firma del contrato, para que luego el cobrador se presentara todos los sábados a cobrar la parcialidad, nos comentaron que si no queríamos caminar tanto, intentáramos vender el paquete a un familiar que tuviera dinero, que seguramente todos teníamos algún tío o padrino que pudiera pagarlos, yo decidí que no venderle a mis familiares, era un reto que no podía rechazar.

Pero, ¿que pasó durante ese día?
tal vez no me lo crean