Cuando estuve de viaje por la hermosa ciudad de Medellín hice buenas amistades con los Paisas (terminó usado en Colombia para referirse al gentilicio de esa localidad), y cuando le preguntaba por sitios turísticos, algunos me nombraban el parque botánico, otros el parque pies descalzos pero todos me hablaron del Peñón de Guatapé, al escuchar de los maravillosos relatos de ese sitio no dude en pensarlo para ir a conocer la famosa piedra.
Ya camino al lugar desde las lejanías de puede ver la grandeza de la piedra, parecía algo increíble, al llegar es muy notable la gran cantidad de turistas de diferentes países en la misma aventura.
Aquí comienzo a calentar mis piernas para prepararme a subir hasta la cima, no puedo imaginar como fue escalada la roca sin escaleras, se podría decir que fue alguien muy arriesgado quien lo hizo.
Antes de subir se puede observarlas características de la roca y las reglas a cumplir. La altura es de más de 200 metros y son 659 escalones, pero para mi que no estoy acostumbrado a usar escaleras, parece que fueran 1.000 escalones los que subí para llegar a la cima, en el camino se ven personas sentadas en los escalones tomando un segundo aire para seguir, otras no logran llegar y se regresan, pero cada vez que subía un escalón la vista era mucho más hermosa.
Después tantos escalones llegué a la cima, con la garganta seca fui a comprar una bebida y me recomendaron una cerveza, pero me tomé 5 para refrescarme.
Luego de unos minutos de descanso mire a mi alrededor y vi que todo lo que me habían dicho del Peñón era cierto, es completamente un paraíso, usaría todos los términos calificativos para describir este sitio. Ver las aguas calmadas del río desde las alturas y que el viento te rose la cara, realmente no tiene precio.
Después de admirar por tanto tiempo el bello paisaje entre al restaurante a comer, el sitio cuenta con una gran vista de todo el horizonte donde se puede visualizar una buena parte de río.
Ir a Guatapé fue uno de los mejores momentos de mi vida, conocer, ver y disfrutar de tanta belleza en un mismo lugar hace que estos recuerdos sean inolvidables, aunque subir esas escaleras es algo agotador, vale la pena esforzarse para llegar a la cima y pasar un hermoso día, creo que no soy el único que ha ido y no quiera quedarse a vivir en ese sitio…