Fuente
Se encuentra en un cuarto del hospital.
Una noche de alcohol y farras ha provocado que estrelle su automóvil contra un árbol.
Todo es borroso en su cerebro.
Recuerda a alguien cruzando la calle en la oscuridad y él tratando de evitar atropellar la figura, alertado por el grito de su novia que iba al lado suyo.
Luego el impacto y el infierno.
Despertó en una camilla de ambulancia, con sangre en su rostro y el sabor de esta en su boca.
A su lado inerte, su novia en igual condición.
Recuerda los gritos de los paramédicos diciendo.
-No responde.
Y minutos después la frase lapidaria.
-La perdimos, ha muerto.
El corazón casi le estalla y pierde el conocimiento de nuevo.
Siente una mano que le acaricia el brazo.
Abre los ojos y su vista es borrosa.
Cree ver a su novia parada al lado de la cama.
Intenta moverse pero las piernas no le responden.
-Quédate tranquilo, todo está bien.
“¿Está muerto y no lo sabe? Se pregunta.
El dolor lo hace gritar y una enfermera corre a su cuarto y le inyecta un calmante.
En pocos minutos se duerme y cuando despierta su vista está más clara.
Allí, sentada a su lado en una silla, dormida, está ella.
Ideas difusas cruzan por su cabeza.
Tal vez esté esperando que muera para llevárselo.
Un doctor y una enfermera entran a la habitación.
-Debe esperar afuera –le dicen a su novia despertándola.
Ella hace lo indicado y su confusión crece.
El doctor le habla.
-Has sido afortunado en quedar con vida, pero tardarás un tiempo en poder caminar.
Balbucea.
-¿Y ella? –señala hacia su novia parada en la puerta como la muerte que espera a su victimario.
El doctor cree que haba de la enfermera y le responde.
-Ella es la enfermera de guardia.
Con un supremo esfuerzo vuelve a preguntar.
-La que está en la puerta.
El doctor mira hasta allá y le pregunta.
-¿No la reconoces?
Él le responde.
-Sí, pero está muerta.
La enfermera le dice.
-Yo la veo viva.
-Los paramédicos la declararon muerta. –Le responde.
Ella entonces como si un bombillo se le prendiera en el cerebro entiende su confusión.
-Llegó sin signos vitales y pensamos que lo estaba, pero de repente revivió en la camilla de emergencias cuando esperaba ser llevada a la morgue. Casi mata del susto a todos los que estaban allí.
El doctor interviene.
-Parece que tiene un extraña condición llamada Síndrome de Lázaro.
Cierra los ojos y piensa.
“¿Será una zombie?”