A nivel mundial, se ha vivido uno de los años más duros de esta época, para muchos solo quedarse en casa queda.
La angustia y ansiedad invaden el alma de quienes solian ir y venir con rumbo o sin el, por los caminos.
De quienes tienen fobia al encierro. De quienes trabajan para llevar a sus casas sustento. De quienes temen por sus vidas y aquellos que les falta alimento.
Sin duda alguna, lo que sucede en el mundo ha cambiado a la humanidad.
Humanidad que se creía libre en medio de un encierro y al ser libre, se cree encerrada.
Quizás no tengamos la libertad para movernos de un lugar a otro como antes. Ir de vacaciones, caminar en la playa mientras nuestros pies son acariciados por su arena tibia.
Sin embargo somos libres, aún sin darnos cuenta, libres aún entre cuatro paredes. Tenemos libertad de nuestro tiempo, para leer, escribir, dedicar a la familia, aquella que justo el tiempo es lo que menos dedicamos.
Ya no hay necesidad de andar acelerados, corriendo y estresados, por que el reloj no se detiene y las horas se volvieron nuestras enemigas.
Vivimos una supuesta libertad, porqué el estres del día a día, nos robo la capacidad de pensar por nosotros mismos, de obrar según nuestros deseos.
¿Cuántas veces quisiste escribir un libro?
¿Cuántas veces deseaste dibujar, pintar, iniciar un curso o simplemente quedarte durmiendo más horas?
Viviamos esclavos de una falsa libertad que nos pinto la estructura llamada sistema.
Hoy, en lugar de quejarte o lamentarte por lo que no puedes hacer, comienza a ser libre aún cuando estes encerrado. Libre de pensamiento, libre de espíritu e inicia esa meta que habías dejado a un lado por falta de tiempo.
¿De que vale la libertad de tránsito, si no puedo ir a donde quiero, sino a donde estoy obligado a ir?
Hay quienes por ir a donde quisieron, encontraron incluso el final de sus caminos. Un viaje sin retorno, a causa de no querer aceptar lo que vivimos.
Existen quienes temen a salir de lo habitual y por enden, llevan tanto tiempo encarcelados al conformismo y la rutina, que no se han dado cuenta de todo lo que pueden hacer, cuando ya no existen las cadenas.
Ríe más, sueña más, disfruta más, por que luego que todo pase y la rutina nos invada nuevamente, desearas... estar encerrado en libertad.
La imágen utilizada fue tomada de Pixabay, el texto es de mi total autoría.
