Enfrentar el día a día supone una buena dosis de paciencia, sin ella no es posible enfrentar los distintos avatares que se suscitan diariamente. También es necesario tener fe, creer que es posible cambiar una situación nefasta, no hacerlo implica caer en frustraciones que no son para nada saludables.

 

Es normal que en un día se presenten percances, y también lo es tener a mano las estrategias para resolverlos. El problema se agudiza cuando las estrategias se ven obstaculizadas por elementos que parecieran puestos como parte de un ardid para acabar con la salud mental de la gente. En estos casos salir airosos de las vicisitudes es un triunfo con doble puntaje.

 

Entonces hablamos de héroes y heroinas, esos que sin amilanarse se enfrentan a luchar contra lo que se interponga y salen a flote de todas las situaciones. ¿Acaso te imaginaste alguna vez que esas hazañas que leíste o viste en algún comic podrías cumplirla tú en tu rol de ciudadano? Estoy segura de que no.

 

El venezolano es un héroe, sin lugar a dudas, tanto el que emigró como el que se quedó en el país, cada día se enfrenta a nuevas hazañas, son grandes desafíos los cuales logra vencer para de nuevo enfrentarse a otros y a otros y a otros sin pausa. Cuánta paciencia hemos desarrollado, si alguna vez nos hubiesen planteado que podríamos vivir de la manera que lo estamos haciendo con seguridad nos habríamos negado y habríamos dicho que eso era imposible. Pero la realidad supera toda expectativa, cuando creemos que algo está pronto a resolverse, se presenta con mayor fuerza.

 

Indudablemente que la templanza también es otro ingrediente que se ha sumado a nuestra conformación psíquica y emocional. Nos vamos volviendo de acero, de eso no cabe dudas. Pero hay algo que no hemos perdido ni perderemos, que es el sentido del humor y la fe en Dios. Esto pasará, y airosos habremos consolidado una marca personal de orgullo y fortaleza. Mientras tanto, no nos desesperemos, busquemos aferrarnos a lo que sí tenemos y agradezcámoslo.

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@charjaim