El Nido que nunca dejo de brillar -Cuento-

Hace millones de años, dos pajaritos se encontraban en lo alto de un árbol observando la grandeza de los dinosaurios y el mundo que los rodeaba, eran tan pequeños, que nadie los veía, estos pequeños pajaritos debido a los grandes depredadores que existían en el momento, realmente no estaban seguros en ningún lado, sin embargo la copa de los grandes árboles los hacía sentir más seguros, desde allí veía a los grandes dinosaurios carnívoros y a los no tan grandes que también eran de gran peligrosidad.

También veían a los grandes dinosaurios que de las hojas de los árboles se alimentaban, un dia poco a poco hoja a hoja hicieron un pequeño niño más debajo de la copa del árbol, las lluvia habían estado muy fuerte y para proteger a su pequeños huevos, estas dos criaturas hermosas, echaron raíces ramas abajo.

Construyeron el nido más hermoso que se ha visto, con las mejores ramas y hojas de pino estaban en aquel hermoso nido, los dinosaurios desde abajo veían como una pequeña luz brillaba dentro de las ramas de ese árbol.

Un día los huevos que en nido crecían decidieron ver a luz de día, todos admirados por la luz que diariamente alumbraba el nido, miraban hacia el árbol brillante que resplandecía por la luz que del nido emanaba, asi que cautivados por esa luz, todos los dinosaurios que por esa zona hacían su vida silvestre fueron testigos del nacimiento de aquellos hermosos pichones, los cuales volaron al poco tiempo y abandonaron a sus padres, estos hermosos pajaritos vieron como sus crías salieron a darle vida al bosque, sin embargo su nido nunca dejo de brillar, pues lo que se construye con esfuerzo, dedicación y amor, siempre resplandece, ni los más terribles glaciales extinguieron a esta pareja de aves que hasta el día de hoy vemos a sus descendientes por nuestras casas volar.