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English
Return to the Halo (part 18)
Twenty-four ships, led by the cruiser Radamantis, captained by Vice Admiral Almeida, left on impulse less than thirty thousand kilometers from the alien planet. The largest fleet ever mobilized by humans, in a military action, since the Cepheus war. More than five hundred Inus drones and three hundred multipurpose fighters accompanied the fleet of heavy attack craft on a mission to land and take up positions on the seemingly lonely world, which for some reason had an important part in the aliens' military strategy.
The planet was completely uninhabitable for humans, in fact, its terraforming would have been unthinkable, given its excessive gravity. It was decided to send robot drones to thoroughly scan the surface and ocean floor for traces of the aliens, while a command station would be set up at point L2 in its orbit, from where surveillance of the planet would be maintained, in expectation of alien incursions.
While this was happening, a new team of probes and reconnaissance drones was mobilized to head from BN34 to the fourth most important node of the quantum network of the crystalloderms. A planet in the interior of the globular cluster.
The probes departed on impulse two light years from the planet, first because of the difficulties of plotting a course for travel at velocities greater than c, within a space with a large population of super massive bodies, such as the globular cluster, and second, to avoid the remote sensors of the multiple alien spacecraft that appeared highlighted as nodes of the network, in the vicinity of this node and in general of the entire star cluster.
As before, BEATRIZ, the robotic probe in charge of this mission, fired a dozen drones that were remotely guided by it, through a quantum link, the drones gained momentum and slipped away, using different routes among the minefield of super giant stars, unfortunately four of them, Unfortunately four of them were destroyed on their way, being crushed by the gigantic gravitational forces, however the remaining eight, managed to reach their destination, showing the images of a planet with a devastated atmosphere and a burned and cracked surface, full of craters and strange buildings, destroyed and abandoned.
-Whatever happened there is not due to the orbiting red giant, the distance is too great for its flares to cause that kind of damage, besides, the magnetic field is too intense for it to cause that kind of damage if hit by one, - BEATRIZ explained, in her transmission to BN34, which was simultaneously followed by Almeida and his team in the Radamantis.
-That damage is not caused by flares, but by directed plasma impacts, -said Almeida.
-What are you suggesting, Vice Admiral, that the planet was bombarded, to the point of calcining its entire surface, - said Sorencen, who was watching attentively the images transmitted by the drones.
-It seems so, Mr. President, but that does not seem to be the result of a simple attack, -answered Almeida-. It must have been many years of almost continuous bombardment, - he said -. These are the remains of a war that must have lasted a long time.
-Let me interrupt, gentlemen, -said BATRIZ, through the link-. One of the drones has found the source of the quantum signal of the crystalloderm network, I transmit the images of the site.
It was what had been a city, completely devastated by a massive bombardment with plasma weapons. The few remains of buildings that were still standing had been heated to such an extreme that the silicates on their surface crystallized and shone in the light of the drone's projectors, causing flashes that at times blinded the device's sensors. In the midst of all that destruction were also the remains of at least twelve destroyed alien ships, scattered around the place.
-This is the remains of a great battle, - said De Sousa.
-Yes, Senator, and from the disintegration of the hydrogen isotopes, it seems to have occurred no less than thirty-eight thousand years ago, -said BEATRIZ-. As the vice admiral said this planet has been under bombardment for several thousand years, it seems that this has been going on for the last three hundred and fifty to four hundred thousand years.
-Unbelievable, a war that has lasted more than three hundred thousand years, - exclaimed De Sousa.
-That is not the most worrying thing, - said Almeida -. What really worries me is that whoever it is that attacked our ships has more than three hundred thousand years of combat experience.
Spanish
Regreso al Halo (parte 18)
Veinticuatro naves, encabezadas por el crucero Radamantis, capitaneado por el vicealmirante Almeida, salieron de impulso a menos de treinta mil kilómetros del planeta alienígena. La mayor flota jamás movilizada por los humanos, en una acción militar, desde la guerra de Cefeo. Más de quinientos drones inus y trescientos cazas multipropósito, acompañaban a la flota de naves de ataque pesadas, en una misión de desembarco y toma de posiciones en el, aparentemente solitario mundo, que por alguna razón tenía una importante parte en la estrategia militar de los alienígenas.
El planeta era completamente inhabitable para los humanos, de hecho, su terraformación habría sido impensable, dada su excesiva gravedad. Se decidió enviar drones robots para que exploraran a fondo la superficie y el lecho oceánico en busca de rastros de los alienígenas, mientras que se establecería una estación de comando en el punto L2 de su órbita, desde donde se mantendría la vigilancia del planeta, a la espera de incursiones alienígenas.
Mientras esto sucedía, se movilizó un nuevo equipo de sondas y drones de reconocimiento que se dirigirían desde BN34, al cuarto nodo en importancia, de la red cuántica de los cristalodermos. Un planeta en el interior del cúmulo globular.
Las sondas salieron de impulso a dos años luz del planeta, primero por las dificultades de trazar un curso para el desplazamiento a velocidades superiores a c, dentro de un espacio con gran población de cuerpos super masivos, como el cúmulo globular y segundo, para evitar los sensores remotos de las múltiples naves alienígenas que aparecían resaltadas como nodos de la red, en los alrededores de este nodo y en general de todo el cúmulo estelar.
Al igual que antes, BEATRIZ, la sonda robótica a cargo de esta misión, disparó una docena de drones que eran guiados a distancia por ella, a través de un enlace cuántico, los drones adquirieron impulso y se escabulleron, usando diferentes rutas entre el campo minado de estrellas super gigantes, desafortunadamente cuatro de ellos, fueron destruidos en su trayecto, al ser triturados por las gigantescas fuerzas gravitacionales, sin embargo los restantes ocho, lograron llegar a destino, mostrando las imágenes de un planeta con la atmosfera arrasada y una superficie calcinada, y agrietada, plagada de cráteres y extrañas edificaciones, destruidas y abandonadas.
―Lo que haya ocurrido allí, no se debe a la gigante roja que orbita, la distancia es muy grande como para que sus fulguraciones puedan causar ese tipo de daño, además, el campo magnético es muy intenso, como para que, de ser alcanzados por una, pueda ocasionar ese tipo de daño ―explicó BEATRIZ, en su transmisión a BN34, que era simultáneamente seguida por Almeida y su equipo en el Radamantis.
―Ese daño no es causado por fulguraciones, son impactos de plasma dirigido ―dijo Almeida.
―¿Que sugiere vicealmirante?, que el planeta fue bombardeado, hasta el extremo de calcinar toda su superficie ―dijo Sorencen, que veía con atención las imágenes transmitidas por los drones.
―Así parece señor presidente, pero eso no parece resultado de un simple ataque ―respondió Almeida ―. Debieron ser muchos años de bombardeos casi continuos ―dijo ―. Estos son los restos de una guerra que debió durar mucho tiempo.
―Permítanme interrumpir señores ―dijo BATRIZ, a través del enlace―. Uno de los drones ha encontrado el origen de la señal cuántica de la red de los cristalodermos, transmito las imágenes del sitio.
Se trataba de lo que había sido una ciudad, completamente devastada por un descomunal bombardeo con armas de plasma. Los pocos restos de edificaciones que aún permanecían en pie habían sido calentados a tal extremo que los silicatos de su superficie se cristalizaron y brillaban ante la luz de los proyectores del dron, causando destellos, que por momentos cegaban los sensores del aparato. En medio de toda aquella destrucción se encontraban también los restos de al menos doce naves alienígenas destruidas, dispersas por el lugar.
―Se trata de los restos de una gran batalla ―dijo De Sousa
―Sí senador y por la desintegración de los isótopos de hidrógeno, parece que ocurrió hace no menos de treinta y ocho mil años ―dijo BEATRIZ ―. Como dijo el vicealmirante este planeta ha estado bajo bombardeo durante varios miles de años, según parece, esto ha ocurrido por los últimos trescientos cincuenta a cuatrocientos mil años.
―Increíble una guerra que ha durado más de trecientos mil años ―exclamó De Sousa.
―Eso no es lo más preocupante ―dijo Almeida ―. Lo que realmente me preocupa es que, quien quiera que sea, el que ha atacado nuestras naves, tiene más de trescientos mil años de experiencia en combate.
