Good morning friends @blurt.
The reason why we do what we do matters more than the action itself. In our reading today, Jesus addressed the (Matthew 6:16-18) practice of fasting. It was common practice for the Pharisees to fast on Thursdays and Mondays. However good the intent initially was, the practice had been perverted by self-seeking attitudes which focused more on advertising their ‘piety’ and less on devotion to God. D. Martin Lloyd-Jones once said,
“Ultimately, our only reason for pleasing men around us is that we may be pleased.”
In this way, something that was intended to draw a person closer to God had been perverted into a way of gaining respect from others.
Our relationship with the Lord is private and intimate. Should the world know about it? Absolutely! The love we have for our Heavenly Father should overflow into every aspect of our lives. It should be evident on our faces and in our actions, but it should not be a way of gaining respect or admiration for ourselves. It is a false religion that focuses on our own feelings and desires instead of our God’s.
Whatever we do for our Lord should be done with pure motives. It should not be done to be seen by others. We should not seek to gain a name for ourselves through our devotion or service to God. Let us strive to serve with the attitude of a servant. Let us put aside ourselves and project Christ. May His love flow through us. May His will be played out in our lives for His glory and never our own.
Shalom
[ESPAÑOL]
Buenos días amigos @blurt.
La razón por la que hacemos lo que hacemos importa más que la acción misma. En nuestra lectura de hoy, Jesús se refirió a (Mateo 6:16-18) la práctica del ayuno. Era una práctica común para los fariseos ayunar los jueves y los lunes. Por muy buena que fuera la intención inicialmente, la práctica había sido pervertida por actitudes egoístas que se centraban más en anunciar su "piedad" y menos en la devoción a Dios. D. Martin Lloyd-Jones dijo una vez:
“En última instancia, nuestra única razón para complacer a los hombres que nos rodean es que podamos estar complacidos”.
De esta manera, algo que pretendía acercar a una persona a Dios se había pervertido en una forma de ganarse el respeto de los demás.
Nuestra relación con el Señor es privada e íntima. ¿Debe el mundo saberlo? ¡Absolutamente! El amor que tenemos por nuestro Padre Celestial debe desbordarse en todos los aspectos de nuestra vida. Debe ser evidente en nuestros rostros y en nuestras acciones, pero no debe ser una forma de ganarnos respeto o admiración por nosotros mismos. Es una religión falsa que se enfoca en nuestros propios sentimientos y deseos en lugar de los de nuestro Dios.
Cualquier cosa que hagamos por nuestro Señor debe hacerse con motivos puros. No debe hacerse para ser visto por otros. No debemos buscar ganar un nombre para nosotros mismos a través de nuestra devoción o servicio a Dios. Esforcémonos por servir con actitud de siervo. Dejémonos de lado y proyectemos a Cristo. Que su amor fluya a través de nosotros. Que Su voluntad se cumpla en nuestras vidas para Su gloria y nunca para la nuestra.
Shalom