Welcome to a new week, am believing God that this shall be a wonderful week for us all.... Amen.
Matt.11.25 - At that time Jesus said, "I praise you, Father, Lord of heaven and earth, because you have hidden these things from the wise and learned, and revealed them to little children.
Matt.11.26 - Yes, Father, for this was your good pleasure.
Matt.11.27 - "All things have been committed to me by my Father. No one knows the Son except the Father, and no one knows the Father except the Son and those to whom the Son chooses to reveal him. (Matthew 11:25-27)
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“Let another praise you, and not your own mouth; a stranger, and not your own lips.” (Proverbs 27:2)
Pride and vanity blind us to the truth and set us up for failure. When we believe we are smart, we stop looking for opportunities to learn. When we believe we are strong, we ignore our weaknesses. Those who believe they have already achieved greatness have a hard time recognizing when someone greater enters the room.
For all these reasons and more, Jesus rejoiced,
“I thank thee, Father, Lord of heaven and earth, that though hast hidden these things from the wise and understanding and revealed them to babes.” (Matthew 11:25)
We are constantly relearning what we once knew to be fact. Though that seems like something most of us have known for some time, I think the Covid pandemic really opened my eyes to how man’s ‘truth’ constantly changes. The public was told so many contradicting facts that evolved and were sometimes totally debunked in rapid succession. Many of us wondered if we truly knew anything at all.
Those of us who didn’t claim to be an expert experienced less ridicule for our changing viewpoints than those who stood in a place of authority. The ones who refused to budge on their opinions even after new evidence was introduced faced tremendous push-back from society. Their rigid response might even have cost people their lives.
From a spiritual perspective, we have the advantage of relying on an infallible source of truth. God does not lie, nor does He change. Our depth of knowledge and understanding does; however. Maintaining humility as we learn and grow in Christ keeps us pliable and useable.
We have many proverbs that remind us of this. For example, Proverbs 3:5-7 tells us,
“Trust in the Lord with all you heart, and do not rely on your own insight. In all your ways acknowledge Him and He will make straight your paths. Be not wise in your own eyes; fear the Lord, and turn away from evil.”
God uses the humble. He makes the small, great. While I love an underdog story, God doesn’t choose to use the ‘babes’ simply because He likes to use unlikely people. A few years ago, heavy winds damaged much of the area where I live. Our neighbor’s tall, strong, and old tree was badly broken. Limbs snapped and caused damage to everything they landed on.
Today, this tree is only a slim reminder of the power it once held. The massive branches are gone, leaving only a few newer limbs. Our property fared much differently. We had recently planted two pear trees and three apple trees. When the winds began, I feared they would be lost. They were so thin and tender. What I noticed through the storm inspired me though. Our young trees bent. They bowed with the wind because they were not strong enough to resist it. Today, our trees have not only survived, they have thrived. We are the same.
When we remain flexible to God’s manipulations, He makes us stronger. When we resist, thinking we know more or can do things by ourselves, our stubborn resistance causes parts of us to shatter against God’s will. If we wish to be used; if we wish to grow in knowledge and understanding of our God; we must remain flexible and humble to Him.
The proud create their own reward. The humble receive the opportunity to be used in ways they never dreamed. Let us always choose to remain humble.
SHALOM
ESPAÑOL
Bienvenidos a una nueva semana, estoy creyendo en Dios que esta será una semana maravillosa para todos nosotros... Amén.
Mat.11.25 - En ese momento Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y se las has revelado a los niños.
Matt.11.26 - Sí, Padre, porque este fue tu beneplácito.
Matt.11.27 - "Todas las cosas me han sido encomendadas por mi Padre. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera revelar. (Mateo 11:25) -27)
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“Que otro te alabe, y no tu propia boca; un extraño, y no tus propios labios.” (Proverbios 27:2)
El orgullo y la vanidad nos ciegan a la verdad y nos preparan para el fracaso. Cuando creemos que somos inteligentes, dejamos de buscar oportunidades para aprender. Cuando creemos que somos fuertes, ignoramos nuestras debilidades. Aquellos que creen que ya han alcanzado la grandeza tienen dificultades para reconocer cuando alguien más grande entra en la habitación.
Por todas estas razones y más, Jesús se regocijó,
“Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las revelaste a los niños”. (Mateo 11:25)
Constantemente estamos volviendo a aprender lo que una vez supimos que era un hecho. Aunque parece algo que la mayoría de nosotros sabemos desde hace algún tiempo, creo que la pandemia de Covid realmente me abrió los ojos a cómo la "verdad" del hombre cambia constantemente. Al público se le dijeron tantos hechos contradictorios que evolucionaron y, a veces, fueron totalmente desacreditados en rápida sucesión. Muchos de nosotros nos preguntamos si realmente sabíamos algo.
Aquellos de nosotros que no decíamos ser expertos experimentamos menos burlas por nuestros puntos de vista cambiantes que aquellos que ocupaban un lugar de autoridad. Los que se negaron a ceder en sus opiniones incluso después de que se introdujeron nuevas pruebas se enfrentaron a un tremendo rechazo de la sociedad. Su respuesta rígida podría incluso haber costado la vida a las personas.
Desde una perspectiva espiritual, tenemos la ventaja de confiar en una fuente infalible de verdad. Dios no miente, ni cambia. Nuestra profundidad de conocimiento y comprensión sí; sin embargo. Mantener la humildad a medida que aprendemos y crecemos en Cristo nos mantiene flexibles y utilizables.
Tenemos muchos proverbios que nos recuerdan esto. Por ejemplo, Proverbios 3:5-7 nos dice:
“Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te fíes de tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal”.
Dios usa a los humildes. Él hace lo pequeño, grande. Si bien me encanta una historia de desvalidos, Dios no elige usar a los 'bebés' simplemente porque le gusta usar personas poco probables. Hace unos años, fuertes vientos dañaron gran parte del área donde vivo. El árbol alto, fuerte y viejo de nuestro vecino estaba muy quebrado. Las extremidades se rompieron y causaron daños en todo lo que aterrizaron.
Hoy, este árbol es solo un pequeño recordatorio del poder que alguna vez tuvo. Las ramas masivas se han ido, dejando solo unas pocas ramas más nuevas. A nuestra propiedad le fue muy diferente. Recientemente habíamos plantado dos perales y tres manzanos. Cuando empezaron los vientos, temí que se perdieran. Eran tan delgados y tiernos. Sin embargo, lo que noté a través de la tormenta me inspiró. Nuestros árboles jóvenes se doblaron. Se inclinaron con el viento porque no eran lo suficientemente fuertes para resistirlo. Hoy, nuestros árboles no solo han sobrevivido, sino que han prosperado. Somos lo mismo.
Cuando nos mantenemos flexibles a las manipulaciones de Dios, Él nos hace más fuertes. Cuando nos resistimos, pensando que sabemos más o que podemos hacer las cosas por nosotros mismos, nuestra obstinada resistencia hace que partes de nosotros se derrumben contra la voluntad de Dios. Si deseamos ser utilizados; si deseamos crecer en el conocimiento y comprensión de nuestro Dios; debemos permanecer flexibles y humildes ante Él.
Los orgullosos crean su propia recompensa. Los humildes reciben la oportunidad de ser utilizados en formas que nunca soñaron. Optemos siempre por permanecer humildes.
SHALOM
