Since Netflix went from being a company that rented videos through postal deliveries to becoming a streaming company in 1997 and then transforming itself into the colossus that it is today in the production of audiovisual works, whether created or acquired for broadcast worldwide, the world has gone through a lot of water under the bridge. Although, to tell the truth, very quickly.
The great film productions have practically disappeared, the great actors and directors too.
It is time (since the beginning of the new millennium) for TV series. And when talking about TV series, it is impossible not to identify them with Netflix, the pioneer. Although other competitors, such as Amazon, for example, are now beginning to fight back.
But returning to the subject of series, if there is one thing that keeps producers and actors awake at night, it is when to end them in the event that they are a notable success.
The most normal thing to do is to extend the series (which was initially planned to last five seasons, now not even that). The fear of flops is too much. It goes from year to year. With the consequent deterioration of the product, often lacking a solid, defined and continuous plot line. It seems that making it up as you go along is the norm.
The case of Breaking Bad is truly atypical for several reasons. A great plot line mixing the tragic with the ironic in just the right doses, a family atmosphere (and in this case it reminds me a lot of The Sopranos) that is not too dissociated from the criminal activity of the protagonist, characters that are true archetypes in the current society in which we live, a dose of violence and sex reduced to a minimum and only when circumstances demand it, an even and outstanding performance by all the main characters, especially the son of the main protagonist Walter White and what has perhaps been the axis of the series: a planned run time of five seasons respected at all costs. Success or less.
Despite the unanimous consensus of being one of the best series of all time (alongside perhaps The Wire and The Sopranos) and despite numerous pressures, never did the writers, producers and especially Bryan Cranston the main protagonist agree to a continuation, a sequel. No matter how many millions of dollars were being spun around.
The series had a beginning, a development and an end. And that was indeed the case.
In the end the pressures were so great that it was agreed after a few years (something like they are doing now with Dexter but in this case continuing the series) to give the series not a definitive meaning because it was well finished in the way it was. But something more for the fans and followers to satisfy their anxiety.
And they found in the secondary character, a little mistreated in the series - in his role - of Jesse Pinkman (magnificently played by Aaron Paul) the ideal candidate.
Desde cuando Netflix dejó de ser una compañia que se ocupaba de alquilar videos a través de envíos postales para pasar a incursionar en el año 1997 a ser una empresa de streaming primero y transformarse luego en el coloso que es en la actualidad en la producción de obras audiovisuales, ya sea creadas o adquiridas para su difusión a nivel mundial, el mundo, ha pasado bastante agua debajo del puente. Aunque , a decir verdad, muy rápidamente.
Las grandes producciones cinematográficas prácticamente han desaparecido, los grandes actores y directores también.
Es la hora (desde inicios del nuevo milenio) de las series TV. Y cuando se habla de series TV e simposible no identificarlas con Netflix, la pionera. Aunque ahora están comenzando a darle batalla otros competidores, como Amazon, por ejemplo.
Pero volviendo al tema de las series si hay algo que quita al sueño a productores y actores es cuando terminarlas en el caso que recojan un notable suceso.
Lo más normal es alargar la serie (que inicialmente se preveía con una duración de cinco temporadas, ahora ni siquiera eso). El miedo a los flops es demasiado. Se va de año en año. Con el consiguiente deterioro del producto, muchas veces carente de una línea argumental sólida, definida y continuada. Pareciera que inventar sobre la marcha es la norma.
El caso de Breaking Bad es verdaderamente atípico por varias razones. Estupenda línea argumental mezclando lo trágico con lo irónico en dosis justas, un ambiente familiar (y en este caso me hace acordar mucho a Los Sopranos) que no se disocia demasiado con la actividad criminal del protagonista, personajes que son verdaderos arquetipos en la sociedad actual en que vivimos, una dosis de violencia y sexo reducida al mínimo y solo cuando las circunstancias lo exigen, una actuación pareja y destacada de todos los protagonistas en especial el hijo del protagonista principal Walter White y lo que ha sido tal vez el eje de la serie: una duración prevista en el tiempo de cinco temporadas respetadas a cualquier costo. Exito o menos.
No obstante el consenso unánime de ser una de las mejores series de todos los tiempos (junto tal vez a The Wire y Los Sopranos) y a pesar de las numerosas presiones, nunca los guionistas, productores y especialmente Bryan Cranston el protagonista principal aceptaron una continuación, un sequel de la misma. Por más que girar millones de dólares alrededor.
La serie tenía previsto un inicio, un desarrollo y un final. Y asi sucedió efectivamente.
Al final las presiones fueron tantas que se accedió después de algunos años (algo como se hace en estos momentos con Dexter pero en este caso continuando la serie) a darle no un sentido definitivo a la serie porque estaba bien terminada en el modo en que lo fue. Sino algo más para los seguidores y fans wue permitiera colmar su ansiedad.
Y encontraron en el personaje secundario, un poco maltratado en la serie -en su rol- de Jesse Pinkman (magníficamente interpretado por Aaron Paul) el candidato ideal.
Since the end of the main character could not be touched due to Cranston's own refusal, what better than to choose to continue developing the rest of the life of Jesse Pinkman, who had accompanied Walter White throughout the series, this time in the cinema.
When other characters in the series learned of Cranston's refusal to make a sequel, they went their own way and made Better Call Saul with Bob Odenmark, Giancarlo Esposito and Jonathan Banks among others.
It was a gold mine in terms of the Wild West and they had to know how to exploit it. However, the results never lived up to expectations.
But let's move on to El Camino, as its subtitle defines it: The Breaking Bad Movie.
Ya que no se podía tocar el final del personaje principal por negativa del propio Cranston que mejor que elegir seguir desarrollando esta vez en el cine el resto de la vida de Jesse Pinkman quien había acompañado a Walter White durante toda la serie.
Otros personajes de la serie cuando se enteraron de la negativa de Cranston de hacer un sequel de la misma, se abrieron por su cuenta e hicieron Better Call Saul con Bob Odenmark, Giancarlo Esposito y Jonathan Banks entre otros.
Era una mina de oro hablanco en términos del lejano Oeste y había que saber explotarla. Sin embargo los resultados nunca estuvieron a la altura de las expectativas.
Pero pasemos a analizar El Camino, como bien lo define su subtítulo: La Película de Breaking Bad.
The plot of this film is to answer the question: what will Jesse Pinkman's fate be after being rescued by Walter White and making a desperate escape in his former captor Todd's old car, the El Camino?
As it couldn't be otherwise given the time elapsed between the end of Braking Bad and the filming of El Camino (6 years) it was necessary to refresh the memory of the viewers. And this is done through a series of flashbacks, especially where Jesse and Mike discuss turning away from Walter White's criminal activities and fleeing to Canada to start a new life.
The film practically starts from the place where Walter and Jack's gang has been wiped out by the police in a violent shootout where they are both killed.
Jesse begins a desperate escape, always aboard his trusty El Camino.
At a certain point he discovers that the police have identified him and decides to abandon him. He first goes to the safe house where Jack's gang have hidden the loot, eliminates the guards, collects the loot and leaves.
Ed, a middleman (Saul Goodman's partner, the lawyer he had also helped escape) takes him to Alaska, not Canada as Jesse had planned, which is safer even though the weather is colder and the conditions harsher.
After leaving the El Camino the people who help him escape, well paid of course, have provided a van, and on the way across snow and ice covered roads and tracks Jesse experiences a moment of nostalgia as he remembers his long dead ex-girlfriend Jane and heads towards a new future and a new life.
El argumento sobre el que se desarrolla esta película es responder al interrogante ¿cuál será el destino de Jesse Pinkman luego de haber sido rescatado por Walter White y haber emprendido una huida desesperada y a bordo de El Camino el viejo automóvil de su antiguo captor Todd?
Como no podía ser de otra manera dado el tiempo transcurrido entre el final Braking Bad y la filmación de El Camino (6 años) era necesario refrescar la memoria de los telespectadores. Y esto se hace a través de una serie de flaskbacks, especialmente donde Jesse y Mike discuten apartarse de las actividades criminales de Walter White y huir hacia Canadá para emprender una nueva vida.
La película parte prácticamente desde el lugar donde la banda de Walter y Jack ha sido exterminada por la policía en un violento tiroteo donde mueren ambos.
Jesse comienza una huida desesperada siempre a bordo de su fiel El Camino.
A un cierto descubre que la policía lo ha identificado y decide abandonarlo. Antes va al refugio donde los malvivientes de la banda de Jack han escondido el botín, elimina a los custodios, recoge el botín y se va.
Ed un intermediario (el socio de Saul Goodman el abogado a quien también había ayudado a escapar) lo lleva a Alaska no a Canadá como había previsto Jesse, es más seguro aunque el clima sea más frío y las condiciones más severas.
Después de haber abandonado El Camino las personas que lo ayudan a huir, bien pagadas por supuesto, han puesto a su disposición una furgoneta, y durante el camino atravesando rutas y caminos cubiertos por la nieve y el hielo Jesse experimenta un momento de nostalgia al recordar a su ex novia Jane, fallecida hace tiempo, y se dirige hacia un nuevo futuro y una nueva vida.
Aaron Paul: Jesse Pinkman
Jesse Plemons: Todd Alquist
Krysten Ritter: Jane Margolis
Charles Baker: Skinny Pete
Matt L. Jones: Brandon "Badger" Mayhew
Scott Shepherd: Casey
Scott MacArthur: Neil
Tom Bower: Lou
Kevin Rankin: Kenny
Larry Hankin: Joe
Tess Harper: Diane Pinkman
Michael Bofshever: Adam Pinkman
Marla Gibbs: Jean
Brendan Sexton III: Kyle
Johnny Ortiz: Ayudante de camarero
Robert Forster: Ed Galbraith
Jonathan Banks: Mike Ehrmantraut
Bryan Cranston: Walter White
While the credit for The Walking: The Breaking Bad Movie goes to Jesse and Mike among others, I think there is a fundamental part in its development (as in Breaking Bad) of Vince Gilligan, its producer, who, without falling into false dogmatisms, tries to centralise the development of the plot in what will be the life of the second most important character of the series after the fall of the gang and its leader Walter.
And in that sense it succeeds.
Jesse had been a pathetic character throughout the development of the series, but in a certain way even sympathetic even when he falls into the hells of drugs and criminality from where he never seems to recover. However, he succeeds and manages to think of a future far from all that misery.
Vince Gilligan's talent for writing the script prevents the film from falling into pure pathos and Jesse's character from seeming cold and ruthless. On the contrary, he manages to give him a dose of humanity despite the abuses he suffered when he was captured by Jack and his gang.
However, despite the fact that Walter White is not present, except in some flashbacks, there is all the air of the acclaimed series.
If Gilligan's aim was to be able to slip into Jesse's skin, and his redemption from criminal and drug addict to normal person, he has succeeded. Even if normality is sometimes difficult to define.
What is certain is that for fans of the series (and others) the performances of Jesse and Walter will rest in the pantheon of memories of the great series. And that's no small feat.
Si bien el mérito de El Camino: La película de Breaking Bad se lo llevan Jesse y Mike entre otros, creo que hay una parte fundamental en su desarrollo (como en Breaking Bad) de Vince Gilligan su productor que, sin caer el falsos dogmatismos trata de centralizar el desarrollo del argumento en lo que será la vida del segundo personaje más importante de la serie a partir de la caída d ela banda y su líder Walter.
Y en ese sentido logra su cometido.
Jesse había sido durante todo el desarrollo de la serie un personaje patético, pero en un cierto modo hasta simpático incluso cuando cae en los infiernos de la droga y la criminalidad desde donde parece no recuperarse. Sin embargo lo logra y logra pensar en un futuro lejos de toda esa miseria.
El talento de Vince Gilligan para escribir el guión, evita que la película caiga en el patetismo puro y que el personaje de Jesse parezca frio y despiadado. Al contrario logra darle al mismo una dosis de humanidad a pesar de los abusos que había sufrido cuando fue capturado por Jack y su banda.
Sin embargo a pesar de no estar presente Walter White, salvo en algunos flashbacks, se respira todo el aire de la aclamada serie.
Si el objetivo de Gilligan era poder deslizarnos en la piel de Jesse, y su redención de criminal y drogadicto a personal normal, lo ha logrado. Aunque la normalidad a veces sea algo difícil de definir.
Lo cierto es que para los apasionados de la serie (y otros) las actuaciones de Jesse y Walter pasarán a descansar en el panteón de los recuerdos de la grande serie. Y no es poco.
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