Al fin llegaste a mi y tanto que te soñé, muchas veces pensé que no existías, ahora qué te tengo, hasta mi vida te doy y no es exageración, eres tú mi razón.

Por el mundo caminaba entre migajas, andaba mi alma perdida, sumergida en tristeza condenada en el infierno de la soledad, llevaba una carga que cada vez pesaba más.

Vivía un tormento, viendo a todo el mundo feliz, así mi dolor no encontraba explicación, la única calma que sentía era cuando me visitadas en sueños y al despertar ya no estabas.

Pero un buen día llegaste y de mi lado no te apartaste, limpiaste mis lágrimas y con amor me curaste... Mis días oscuros finalizaron y ahora soy feliz.

No quiero y no puedo dar un paso sin
tu amor, esté mundo se ha vuelto tan
oscuro y tú eres mi luz, por eso le pido
a Dios protección y que siempre nos una.

Prometo amarte tanto, que no alcanzara mi vida, para llenarte de alegrías, no sabré cómo hacer pero te prometo hacerte tan feliz como lo soy yo contigo.