VERSIÓN ESPAÑOL:
¿Cómo va la gente de Blurt?
Les aúllo el chisme por el que seguro vienen a leer a mi cueva de meditación:
Recuerdo que de todos los amigos que conocí en la escuela y en la secundaria pocos llegaron a sobrepasar los 30 años, esto se debió a un sinnúmero de factores ocurrieron en sus vidas para fallecer tan jóvenes, factores que no vienen al caso y que prefiero no mencionar para no manchar sus memorias y los recuerdos que tengo con ellos cuando solíamos reunirnos a patear una pelota en el barrio y la típica vecina chismosa nos amargaba la contienda al quejarse con justa razón porque en una oportunidad uno de los contrincantes con los que jugábamos un partido, rompió el vidrio de la sala de su casa... esos encuentros futbolísticos eran muy buenos, parecidos a los fantasiosos juegos de los Súper Campeones.
Cada sepelio al que asistí y luego regresaba a mi casa para acabar de deprimirme un poco más, mi mamá solía decirme que conocería a más gente, que haría más amigos, pero mi respuesta siempre fue que los amigos no se reemplazan por otros porque cada uno tiene su forma única de ser. Sé que ella lo hacía para darme ánimo, porque no quería verme triste, pero qué va, más recuerdos aparecían porque hasta podía escuchar la voz del nuevo difunto en la cabeza, aunque sabía que ya no estaba y que yo había ayudado a cargar el féretro hasta su última morada.
Me agarró la nostalgia de esos años y me puse a conversar con mi esposa en el desayuno, recordando los mejores momentos que viví con ellos y surgió la pregunta por la que siempre en casa, Marcela y yo tratamos de educar a nuestros hijos lo mejor posible, siendo conscientes de que podemos fallar porque como padres no somos infalibles, pero también enseñándoles que desde que se inventaron las excusas en el Edén como las palabras "es que", los seres humanos siempre vamos a proceder de distintas maneras para declararnos o no a nosotros mismos como culpables.
¿La sociedad se encargó de arrebatarles oportunidades y los mejores años de juventud y adultez?
En el camino de la vida es tentador culpar a la sociedad de nuestras fallas, fracasos o errores que traen consecuencias y, aunque esto sea repetitivo en cualquier lugar del mundo, no es así. Pienso que atribuir a las circunstancias externas al ambiente en el que crecimos o al contexto social en el que estamos inmersos la responsabilidad de nuestros errores parece a veces la salida más sencilla. Nos resulta cómodo pensar que, si algo salió mal, es porque la sociedad nos moldeó de esa manera o nos puso en un terreno lleno de trampas, pero en realidad, vivir así es simplemente esconderse de la verdad: cada uno de nosotros tiene el deber consigo mismo de sus propias decisiones.
Es innegable que el entorno nos influye, que los gobiernos basura por los que somos gobernados en cualquier lugar del mundo en el que estemos son un asco, es innegable que los modelos que vemos durante el crecimiento pueden afectarnos hasta el punto de la conducta y las emociones, pero hay una diferencia esencial entre ser influenciados y ser determinados.
Tener claro este punto es esencial para cualquier persona que quiera vivir en paz consigo misma, con la conciencia limpia, por eso es que no podemos permitir que nuestras acciones, especialmente aquellas que sabemos están mal, se justifiquen por el contexto. La sociedad no actúa por nosotros; somos nosotros quienes actuamos, quienes decidimos, quienes elegimos qué camino seguir en cada momento. Cuando delegamos nuestra responsabilidad, nos privamos de la oportunidad de aprender, de crecer, y de realmente saber quiénes somos.
Cada error tiene algo que enseñarnos y es nuestra obligación asumir el costo de lo que hacemos, aunque a veces duela. El ejercicio de culpar al exterior nos aleja de ese aprendizaje, nos vuelve débiles y nos convierte en prisioneros de nuestras propias justificaciones. La sociedad sin duda es compleja y, sí, puede ser injusta, o siempre lo es, pero eso no nos exime de ser personas íntegras. Nadie va a vivir nuestra vida ni a cargar con nuestro peso, por lo tanto, asumir nuestros actos con madurez y responsabilidad no solo nos hace mejores personas, sino que, a fin de cuentas, nos permite vivir con dignidad.
Aceptar la responsabilidad significa tomar en nuestras manos la capacidad de cambio y de mejora, de salir del lodo o fango de la pobreza mental que puede llegar a externalizarse, del convertir lo improbable para el mundo en una nueva oportunidad de surgir y ser mejores, eso nos da libertad y nos permite decir que, aunque el camino sea complicado, al menos somos dueños de nuestras propias decisiones.
Sin excusas, sin rodeos, sin quejas, sin culpables externos...
Ya los leo más tarde.
Chau.
ENGLISH VERSION:
How's it going, Blurt folks?
I am telling you the gossip that you are surely coming to read in my meditation cave:
I remember that of all the friends I met in school and high school, few of them lived to be over 30 years old. This was due to a number of factors that occurred in their lives to cause them to die so young. These factors are not relevant and I prefer not to mention them so as not to tarnish their memories and the memories I have with them when we used to get together to kick a ball around the neighborhood and the typical gossipy neighbor would spoil the match by complaining with good reason because on one occasion one of the opponents we were playing a game with broke the glass in her living room... those soccer matches were very good, similar to the fantastic Super Champions games.
Every funeral I attended and then returned home to become even more depressed, my mom used to tell me that I would meet more people, that I would make more friends, but my answer was always that friends cannot be replaced by others because each one has their own unique way of being. I know she did it to cheer me up, because she didn't want to see me sad, but no way, more memories appeared because I could even hear the voice of the newly deceased in my head, even though I knew that he was no longer there and that I had helped carry the coffin to his final resting place.
I was overcome with nostalgia for those years and I started talking to my wife at breakfast, remembering the best times I had with them and the question arose as to why at home, Marcela and I always try to educate our children as best as possible, being aware that we can fail because as parents we are not infallible, but also teaching them that since excuses were invented in Eden like the words "it's just that", human beings will always proceed in different ways to declare ourselves guilty or not.
Did society take it upon itself to rob them of opportunities and the best years of youth and adulthood?
Along the path of life, it is tempting to blame society for our faults, failures or mistakes that bring consequences, and although this is repetitive anywhere in the world, it is not so. I think that attributing responsibility for our mistakes to circumstances outside the environment in which we grew up or the social context in which we are immersed seems sometimes to be the easiest way out. It is comfortable for us to think that, if something went wrong, it is because society shaped us that way or put us in a terrain full of traps, but in reality, living like this is simply hiding from the truth: each one of us has a duty to himself for his own decisions.
It is undeniable that the environment influences us, that the rubbish governments by which we are governed wherever we are in the world are disgusting, it is undeniable that the models we see during growth can affect us to the point of conduct and emotions, but there is an essential difference between being influenced and being determined.
Being clear on this point is essential for anyone who wants to live in peace with themselves, with a clear conscience, which is why we cannot allow our actions, especially those we know are wrong, to be justified by the context. Society does not act for us; we are the ones who act, who decide, who choose which path to follow at each moment. When we delegate our responsibility, we deprive ourselves of the opportunity to learn, to grow, and to really know who we are.
Every mistake has something to teach us and it is our obligation to assume the cost of what we do, even if it sometimes hurts. The exercise of blaming the outside world distances us from that learning, makes us weak and turns us into prisoners of our own justifications. Society is undoubtedly complex and, yes, it can be unfair, or it always is, but that does not exempt us from being people of integrity. No one is going to live our life or carry our weight, therefore, assuming our actions with maturity and responsibility not only makes us better people, but, ultimately, allows us to live with dignity.
Accepting responsibility means taking into our own hands the ability to change and improve, to get out of the mud or mire of mental poverty that can become externalized, to turn what is improbable for the world into a new opportunity to emerge and be better. This gives us freedom and allows us to say that, even if the road is complicated, at least we are masters of our own decisions.
Without excuses, without beating around the bush, without complaints, without external culprits...
I'll read them later.
Bye.
En mi casa nunca faltó el entretenimiento mientras veía las jugadas de Oliver y las atajadas del arquero estrella del anime, que para Latinoamérica apareció con el nombre de Benji, esa jugada de los Koriotto es clásica, un sueño de los japoneses por estar en puestos reconocidos de la disciplina futbolística jeje.
Lobo, siempre nos vamos a excusas, de una u otra manera nos pasa, pero hay excusas que nos arrastran hacia el hecho de buscar culpables cuando somos los únicos responsables de nuestros actos, por lo menos en la mayoría de casos es así, incluso en aquellos que son amenazados para cometer crímenes, hay excepciones a la regla porque muchas personas honradas prefieren morir antes que ceder a caprichos de los malvados.
Cuando cometemos errores o fracasamos debemos vernos en un espejo para reflejar solo nuestra imagen dándonos a entender que no hay nadie ni nada externo que sea superior en culpa para llegar a suscitarse un problema, debería ser así, pero a veces pasa lo contrario y con eso tenemos que luchar día a día para desarraigar esa mala costumbre de tirar la responsabilidad que es solo nuestra en hombros o espaldas de los demás.
Gracias por la publicación, amigo lobo, muy reflexiva, es que a veces hay cosas que nos recuerdan algunas vivencias y de eso nos tomamos para comenzar a preguntarnos, para respondernos y para confesarnos.
Saludos a tu esposa, a tus hijos y a todos quienes los acompañan. Que Dios sea bendiciéndolos grandemente, lobo.
Chau 🤗🤗