Tormenta caótica... en Ciudad Caótica

Antes de cerrar la puerta del estudio llevamos con nosotros dos copitas de mezcal de calidad al que añadimos el infaltable gajo de limón y una pizca de sal (aunque no con la de chinicuiles) para obtener inspiración, entonces nos pusimos a escribir juntos un relato derivado. Dicho esto, les dejo con la historia alternativa que, para mi esposa, se centra en la pareja más querida y recordada de la deconstrucción “ReVersica”.

Tormenta caótica... en Ciudad Caótica

Después de meses de guerra y derramamiento de sangre, la justicia determinó un ganador: el pueblo. Con la ayuda de los disidentes convertidos y por órdenes expresas de Kalev, cada escuadrón liderado por un vampiro poderoso (Roderick, Claude, Zabójca, Brishen y Hristo), sacó y asesinó a todo el gobierno socialista del poder, aparentemente como que se les pasó la mano porque Todros, sus hermanos y sus primos, torturaron hasta la muerte a todos los corruptos veedores de las Naciones Unidas y los Derechos Humanos, también a los ciegos seguidores que intentaron defender la supuesta democracia para liberarla del imperio yanki, pero en mesas de negociaciones con sangre no había cabida para la injusticia hacia aquellos que hicieron por años la vida miserable a todo un país.

Kalev estaba cansado de tanto atropello hacia sus casinos, así que utilizó su nueva adquisición armamentista recién convertida haciendo tratos con otros clanes de vampiros y señores de la guerra para que se unieran a la revolución ciudadana porque todos estaban perdiendo mucho dinero debido al populismo gubernamental. Rutenij no formó parte de los asesinos como en otras ocasiones porque su elegante y diplomática manera de matar la dejó descansar por un momento después de salir del hospital, ya que se casó y se fue a una constelación en un transbordador de la NASA… es que su esposa le dijo que quería conocer las estrellas, literal. En el caso del vampi innombrable y mandamás del Bigverso, se tomó un largo descanso en Rumania porque le prometió a su mujer que, después de la boda de Rutenij, se irían también de luna de miel.

Poco a poco el orden se implantó no solo en Ciudad Caótica (que tuvo a su primera alcaldesa: Sigrid Klausman, la bruja que se casó con el teniente y encargado de escuadrón antimotines Mario Pitt), sino en todo el país porque Dieter Klausman fue elegido, dedocráticamente, como Presidente de la República.

Los viejos disidentes no se quedaron sin puestos importantes y encerrados hasta nueva orden, por ejemplo, el cura Ezequiel fue nombrado Ministro de Salud, la monja Rebe fue elegida como Ministra de Telecomunicaciones, la monja Luz aceptó el cargo de Ministra de Obras Públicas, el cura Benjamín fue nombrado como Ministro de Defensa, la monja Konstanze recibió el cargo de Ministra de Relaciones Exteriores, la monja Marcela llegó a ser Ministra de Turismo, el cura Siberian fue nombrado ministro de Transporte... Sin embargo, la monja Hilary no aceptó ningún cargo político pues no le parecía justo ser parte del gobierno cuando comenzó a salir con Kalev en planes de un futuro casorio.

Cayó una tormenta sobre toda Ciudad Caótica y el servicio de luz se suspendió en varios sectores por daños graves en las estaciones eléctricas que suministran energía. Poco a poco las reparaciones fueron devolviendo la electricidad a los afectados, dando prioridad a los pobres, el área industrial y a todos los servicios de emergencia, pero los técnicos no podían arreglar la subestación del barrio de los P por falta de pago de los recibos desde que Carlos Pizarro se autodenominó presidente del lujoso gueto y hacía el cobro personalmente para, según él, llevar todo el dinero recaudado al servicio de cobranzas de la entidad correspondiente de manera mensual.

Nunca tuvieron problemas porque Pizarro conocía muchos contactos en el Ministerio de Energía, sabía sus secretos rojos y los tenía amenazados, sin embargo, luego de la guerra civil propiciada por Kalev y los disidentes en la que pudieron derrotar al gobierno socialista, todos a quienes conocía Pizarro desaparecieron, así que por órdenes expresas del cura BigBdp, el nuevo Ministro de Energía y Recursos Naturales, los habitantes de tan prestigiosa urbanización no tendrían suministro de luz hasta que estén al día en los pagos.

Otro de los barrios afectados estaba ubicado en la Colonia Tovar que cubría toda la extensión incluso de El Centro porque los miembros de la hora del lobo, Jokilis sobre todo, tenían realizado un contrabando para todo el sector de lujosas casas en las que habitaban varios señores de la asociación de clanes chupasangres más temidos del mundo, sin embargo, para el cura BigBdp no había concesión que valga porque su gusto por escribir historias de vampiros no significaba evasión de impuestos, por lo menos no en una administración en donde hasta el presidente de la nación tenía que pagar lo que consumía.

El caso de la Colonia Tovar era más complicado de arreglar porque, aunque los vampiros líderes pagaban todo a tiempo a través de sus contadores, por órdenes estrictas de así hacerlo, no sabían que el contrabando hecho en los medidores de luz de sus mansiones incluso empezó antes de que ellos tomaran posesión del sector, pero ese desconocimiento no era excusa para el cura que dirigía con mano justa y dura el puesto que recibió... aparte de las granjas de la Colonia Tovar y los puestos de comida callejera que tenían luz por los paneles solares, solo el alumbrado público ya estaba arreglado.

—Al fin llegamos —dijo el vampi Vladic a su esposa mientras abría la puerta de la mansión.

—Estoy cansada, pero gracias por este viaje.

—No era un viaje común, era nuestra luna de miel, llena de pasión y amor, pero no es razón suficiente para no agotarse, Marlene.

El vampi quiso alumbrar el vestíbulo después de dejar la maleta en el piso y se dio cuenta del desastre energético. Quiso tomarlo con calma pero en su interior quería matar a Hristo porque pensaba que él no había girado el dinero correspondiente al contador para que realizara los pagos por los meses que se mantuvo ausente. Era la primera noche de vuelta de su luna de miel y el vampi más poderoso del Bigverso se sintió frustrado como nunca antes mientras miraba el interruptor, su esposa Marlene lo observaba con una mezcla de curiosidad y diversión.

—¿Qué pasa, cariño? Pensé que los vampiros no le temían a la oscuridad —dijo con una sonrisa.

—No es eso —refunfuñó El Innombrable—. Es que sin electricidad no puedo, no podemos…

—Los besos más sinceros se dan en la oscuridad, con eso nos basta y sobra.

—La oscuridad hace eso y más, lo que pasa es que hice una promesa y quiero cumplirla, además, no quiero volver a la era de la chispa, aunque mi edad pertenezca a ella.

—Vladic, has servido en el ejército y recibiste un duro entrenamiento, así que intuyo que estuviste en la oscuridad de una selva o de un desierto, en donde ni la luz de tus ojos podía alumbrarte, por mí ni te preocupes, en mi pueblo la mayor parte del tiempo, aparte de no tener servicio de internet porque Catflix se apoderó del mercado, la luz era lo que más escaseaba a pesar de pagar los servicios de manera reglamentaria. Ven, cariño, quítate el estrés y vamos a descansar.

—Bueno, pero mañana a primera hora llamaré a la compañía de electricidad que se encarga de este sector.

—En caso de que no se solucione el problema enseguida, pues nos vamos a otro lugar porque al parecer somos los únicos propietarios que estamos presentes aquí.

—¡Que no nos vamos a ir, Marlene!, este es nuestro hogar, tanto tú como yo, tenemos derechos a descansar y a vivir en esta mansión.

—Entonces compraremos paneles solares porque los generadores eléctricos contaminan mucho y no me gustan porque dañan el medioambiente.

Eso aparentemente aplacó al Innombrable, Marlene sabía cómo manejar a su vampiro personal, pero cuando ella se durmió, él seguía pensando sobre tal descuido que dejó sin luz a la mansión que compró para su querida esposa como regalo de bodas.

Ni bien salió el sol intentó buscar una solución a su manera, así que llamó a la única empresa que distribuía paneles solares, pero se enteró que no quedaba ninguno en stock y tampoco llegaba al país el cargamento que Roderick Klausman le compró a una empresa china. Después del desayuno, frío porque la cocina y el horno eran eléctricos y no pudieron preparar nada decente, el vampi fue a su despacho para hablar directamente con el Ministerio de Energía, pero al otro lado del teléfono, la joven no lo ayudaba en nada porque la resolución del Ministro BigBdp ya estaba en marcha y tendría que cumplirse sí o sí.

Vladic trataba de usar una voz convincente ante M, la secretaria personal del cura: “Señorita, seguro que hay algo que pueda hacer por un hombre desesperado, una simple presión en ese botón podría devolverme la felicidad”, decía con insistencia, pero nada, no consiguió una respuesta positiva, así que decidió colgar y buscar una opción más a su estilo oscuro porque sabía que su vecino, un aprendiz de cazador, contaba con varios generadores eléctricos y paneles solares, los últimos de bodega porque, como si fuera pandemia de Covid, los habitantes de Ciudad Caótica compraron varios aparatos para sustentar sus casas con luz durante la guerra, desabasteciendo el mercado nacional.

Fue hacia la casa de Napoleón y golpeó la puerta de su cantón, apenas este le abrió todavía con una palanca de juegos en la mano y su traje de Jokili porque debía practicar un baile para el carnaval, Vladic usó sus poderes de hipnosis diciendo: “dame todos los paneles solares que tienes”. Intentó influenciarlo con su mirada penetrante, pero el aprendiz de cazador, completamente ajeno al magnetismo vampírico, solo le respondió: “tú quién eres y por qué hablas tan raro?”

Las horas pasaban y nada en la casa del vampi se solucionaba, era persistente, a pesar de que Marlene le dijera más de una vez que se fueran a un hotel o a otra de las casas que El Innombrable tenía regadas por todo el país, sin embargo, el mandamás del Bigverso no quería salir de esa mansión porque a lo que él le ponía ojo de pescado no podía sancocharse y tenía que funcionar a la perfección.

Vladic llamó a Hristo para insultarlo y en menos de diez minutos el Hombre Oso apareció con todos los papeles en regla asegurándole a su jefe que había pagado los recibos de luz a tiempo, que incluso había mandado regularmente a un jardinero para arreglara las plantas y que cada semana el servicio de limpieza hacía relucir la mansión como un espejo refulgente. El búlgaro no quería quedar mal ante la pareja de recién casados, así que decidió investigar, pero cuando se las dio de electricista, una carga de voltaje lo mandó lejos, tanto, que tuvo que ser llevado al hospital de suma urgencia, aunque El Innombrable hubiese preferido matarlo por complicar más el daño.

Después de que la ambulancia se marchó con Hristo en condiciones estables, Marlene masajeaba los hombros de Vladic para tratar de calmarlo, pero nada, nada conseguía atenuar la ira de un vampi al que todo lo que se proponía le salía bien, aunque su esposa le dijera que siempre, para todo, hay una primera vez. Ella recordó lo que Alberto Medina le enseñó algunos trucos de electricidad cuando era una jovencita soltera y tenía que enfrentar apagones eternos en su pueblo, y sin mencionar el nombre de su instructor juvenil, se arremangó las mangas del vestido y fue, según ella, a arreglar el daño eléctrico diciendo que a plena luz del día sería más fácil, pero todo se salió más de control y la dueña y señora de la mansión terminó de averiar aún más el enmarañado de cables.

Por fortuna nada le pasó, solo un susto que la desmayó, pero que en un instante fue solucionado cuando ella le aseguró al vampi más enojado todavía que no era necesario que fueran a un hospital. Por lo visto, nada arreglaría el problema, así que, a las 3 de la madrugada, después de usar todos los artilugios vampíricos que poseía y que no le dieron resultado, aceptó que necesitaba un enfoque más humano, por eso, a las 8 de la mañana llamó a un electricista, le ofreció una propina suculenta y tras largas horas de investigaciones para hallar el daño, el especialista en electricidad de alto voltaje y Vladic descubrieron el contrabando en el medidor, así que hizo que la persona a la que contrató rompiera todo el cableado sin correr riesgos y lo citó para el día siguiente, cuando las cosas en el Ministerio de Energía estuvieran arregladas.

—Por fin tendremos electricidad, Marlene —dijo al verla en el jardín regando las plantas.

—Qué bueno —respondió ella al darle una rosa que cortó.

—¿Con quién hablabas?

—¿Preocupado o celoso?

—¿Con quién hablabas?

—Con Marina Klausman, quería saber cómo está su hijo recién nacido, por cierto, iré a visitarla más tarde.

—Pero si no hay nadie en esa mansión.

—Lo sé, pero como en todo el sector no hay luz, su marido la llevó junto con su bebé a otro lugar... algo que también nosotros deberíamos hacer porque todavía estamos a tiempo.

—Te dije que no, Marlene, aquí nos quedamos y es mi última palabra, además, pronto tendremos luz, tal vez hoy en la tarde ya esté resulto todo. ¡Es una promesa que debo cumplir!

—Está bien, está bien.

—¿De qué te ríes, Marlene? —pregunta algo enojado.

—Quién diría que la bondad, la necedad y la inocencia también son superpotencias que manejas, coronel.

—No es bondad, no es necedad y menos inocencia, es lógica humana. Bueno, tengo que irme de volada al Ministerio de Energía, entre más pronto hable con el encargado para que nos quite la orden de suspensión, más pronto tendremos luz —respondió.

—Pues vete, no soy yo quien te retiene, eres tú quien no se va, así que mejor deja de abrazarme por la emoción que tienes y ándate ya.

—Sí, me voy porque no tolero más estar sin aire acondicionado —dijo de espaldas mientras se dirigía a la cochera.

Marlene no pudo dejar de sonreír con cierto pesar, tampoco con cierto temor porque no pudo detener la alegría de su querido coronel, dejó que se fuera, que por un instante soñara porque creyó que era mejor así en lugar de quitarle la esperanza de tener luz en la mansión, ya que ella sabía algo de lo que su impaciente marido no estaba enterado: por boca de su mejor amiga, Marina Klausman, Marlene ya estaba al tanto de quién era el Ministro de Energía.

Pero no, eso no era lo peor, no significaba nada el hecho de que el cura BigBdp matara en su última novela vampírica al mandamás del Bigverso, situación que a Vladic no le agradó para nada cuando leyó un ejemplar, sino que el nuevo encargado de controlar la energía en Ciudad Caótica y todo el país, se había marchado al extranjero en compañía del comisionado Corcho Marcano a un campeonato de dominó, diciendo además que regresaría después de varios meses y que todos los reclamos del suministro de energía que ahora tienen impedimento serían resueltos apenas él regresara al país para arreglar toda tormenta caótica que en Ciudad Caótica se haya generado.

FIN.

🐺🐺🐺🐺🐺