Las librerías están en peligro de extinción en muchos lugares del planeta, pensar en su desaparición completa me deja con cierto aire de nostalgia porque sí suelo comprar libros físicos con cierta frecuencia durante el año.
De las librerías que frecuento sí tienen un stock hecho con materiales reciclados, pero también los costos son más altos, no sé por qué razón y pasa también con los productos veganos, tal vez se deba a la alta demanda y las empresas quieren lucrar de esto inflando las cifras y precios para los consumidores y clientes frecuentes.
Ir a una librería es un tiempo también de calidad, nos sirve para distraernos, para liberar el estrés y no quedarnos encerrados en la monotonía que puede encerrar un espacio de trabajo o incluso una casa produciéndonos síntomas de agorafobia por estar encerrados.
Los libros no deben tirarse a la basura, sino donarse si no se van a volver a leer porque tal vez tienen información un poco desactualizada, si no se donan deben ir a puestos de reciclaje de papel, pero hay quienes hacen lo más fácil: tirarlos a la basura.
Yo también suelo equilibrar mis compras entre librerías físicas y de Internet, aunque a veces la balanza se direcciona hacia el mundo de libros tradicionales y convencionales, de papel, porque en el celular y la tableta se me hace muy complicado leer y también disfrutar de la lectura, así tenga el mismo contenido.
Gracias por la publicación, Rebe, gracias por los datos interesantes y por el video sobre la imprenta de Gutenberg, eso me dio una idea más amplia.
Saludos y un abrazo para ti, para el doctor Benjamín y para toda la familia que los acompaña 🤗🤗
Dios los bendiga grandemente 😇😇
A veces la balanza se inclina hacia el papel, justamente por lo que dices, pero trato de mantenerlo todo equilibrado.
Mi preciosa Hilary: