Lunes, 2 de septiembre, 2024.
Nuevo día, nuevo inicio de semana de labores en donde la agenda está a full de actividades, en donde pareciera que todo se acumula, pero que en realidad se trata de una percepción equivocada porque queremos seguir metidos en los supuestos días de descanso, cosa que no resulta en todos los empleos y profesiones.
A veces no quiero ir al trabajo, solo a veces, esto pasa porque la mayor parte del tiempo ansío volver a mis actividades habituales fuera de casa ya que considero que así es como obtengo experiencias de vida porque existe un proceso que no debe pasar desapercibido en las relaciones interpersonales: la interacción con otros seres humanos, con los que incluso voy a tener diferencias de pensamiento, pero que en realidad es lo que va a enriquecer y a despejar el día a día.
Para mí, el trabajo ha sido una piedra angular en la construcción de las sociedades a lo largo de la historia, es la actividad que transforma la materia prima en bienes y servicios que impulsa el desarrollo económico y que, en última instancia, define gran parte de la identidad individual y colectiva de un sector.
El trabajo es el motor de progreso y el medio por el cual un ser humano avanza, cada oficio, desde el más humilde hasta el más especializado tiene un rol en la edificación de comunidades más sólidas y cohesionadas, por eso es que su influencia va más allá del simple hecho de producir porque se trata de un factor clave en la transformación que permite la movilidad social cada vez que fomenta la innovación y nos conecta con las personas.
Pero esta herramienta progresista sigue estando en el campo de batalla porque quiere conseguir justicia e igualdad: dos pilares que le falta mucho consolidar (hasta por temas de salarios por género), en donde los derechos laborales existan para mejorar la calidad de vida y dignidad de los prestadores de un servicio.
En muchos casos, el trabajo se ha convertido en una fuente de estrés y alienación, despojando a las personas de su tiempo y energía porque la modernización y la automatización han traído consigo desafíos, como el desempleo y la precariedad laboral que requieren nuevas respuestas para que el trabajo siga siendo una fuerza que nos lleve hacia adelante, y no nos haga retroceder como si fuéramos cangrejos.
En mi país he visto tantos casos de personas que exigen un trato justo en su trabajo que ya parece que ha comenzado a normalizarse el hecho del maltrato y hasta esclavitud, como pasa en algunos países en donde las fábricas o ciertas empresas reconocidas pagan menos de un dólar por el día de trabajo y encima más existe niños trabajando, pero que los gobiernos hacen caso omiso por miles de razones, tal como pasa hasta el día de hoy con algunos productos agrícolas en donde el sector infantil es el protagonista laboral:
Puede que ya pasaran más de 3 años del documental, sin embargo, nada se ha hecho por remediar la situación, es triste, pero real, y al parecer no cambiará.
El trato justo hacia los trabajadores es un pilar fundamental no solo para el bienestar individual, sino también para el desarrollo sostenible y la cohesión social de cualquier sociedad. En su esencia, un trato justo es una cuestión de dignidad humana porque todos los trabajadores tienen derecho a ser tratados con respeto independientemente de su puesto, origen o condición socioeconómica. Esto incluye salarios decentes, seguridad industrial y la posibilidad de conciliar la vida laboral con la personal, no alejarla. Cuando se garantizan estos derechos, se reconoce la humanidad de los trabajadores no como meras herramientas de producción, sino como personas con aspiraciones, necesidades y derechos.
Las condiciones laborales justas tienen un impacto directo en la salud física y mental, por eso es que son importantes los horarios razonables, descansos adecuados y un ambiente relajado son fundamentales para prevenir enfermedades y accidentes que pueden terminar en tragedia (como ocurre en la explotación minera). Además, la estabilidad en el empleo y la ausencia de acoso o discriminación contribuyen a la reducción del estrés promoviendo un sentido de propósito y bienestar en la vida diaria.
El trato justo no solo beneficia a los trabajadores, sino también a las organizaciones y la economía en general. Cuando los empleados se sienten valorados y respetados tienden a ser más motivados, comprometidos y productivos. Esto se traduce en una mayor calidad en los productos y servicios ofrecidos, así como en un menor índice de rotación de personal, lo que reduce costos de formación y mejora la continuidad en las operaciones.
Cuando los trabajadores sienten que sus ideas son valoradas y que tienen un impacto positivo en el lugar en donde se desarrollan están más dispuestos a aportar nuevas ideas y soluciones creativas, entonces se el desarrollo se impulsa y el incremento de nuevos procesos y productos de calidad producen ganancias equilibradas.
Muchas cosas positivas se puede conseguir con un trabajo estable, sin los propósitos e intenciones adecuadas solo iremos en retroceso en un mundo que se jacta de continuo progreso.
Esta fue una publicación de lunes.
Gracias por pasarse a leer un rato, amigas, amigos, amigues de Blurt.
Que tengan un excelente día y que Dios los bendiga grandemente.
Saludines, camaradas blurtinenses!!
Monday, september 2nd, 2024.
New day, new start of a work week where the agenda is full of activities, where it seems that everything is piling up, but in reality it is a mistaken perception because we want to continue being stuck in the supposed days of rest, which is not the case in all jobs and professions.
Sometimes I don't want to go to work, only sometimes, this happens because most of the time I long to return to my usual activities outside the home since I consider that this is how I obtain life experiences because there is a process that should not go unnoticed in interpersonal relationships: interaction with other human beings, with whom I will even have differences of thought, but that is actually what will enrich and clear the day to day.
For me, work has been a cornerstone in the construction of societies throughout history. It is the activity that transforms raw materials into goods and services that drive economic development and, ultimately, defines much of the individual and collective identity of a sector.
Work is the engine of progress and the means by which a human being advances. Each job, from the most humble to the most specialized, has a role in building stronger and more cohesive communities. That is why its influence goes beyond the simple fact of producing because it is a key factor in the transformation that allows social mobility every time it encourages innovation and connects us with people.
But this progressive tool is still on the battlefield because it wants to achieve justice and equality: two pillars that need much consolidation (even in terms of gender salaries), where labor rights exist to improve the quality of life and dignity of service providers.
In many cases, work has become a source of stress and alienation, robbing people of their time and energy because modernization and automation have brought with them challenges, such as unemployment and job insecurity, which require new responses so that work continues to be a force that drives us forward, and does not make us go backwards like crabs.
In my country, I have seen so many cases of people demanding fair treatment at work that it seems that mistreatment and even slavery have begun to become normalized, as happens in some countries where factories or certain recognized companies pay less than a dollar for a day's work and there are even children working, but governments ignore them for thousands of reasons, as happens to this day with some agricultural products where the child sector is the protagonist of the workforce:
It may have been more than 3 years since the documentary, however, nothing has been done to remedy the situation. It is sad, but real, and it seems that it will not change.
Fair treatment of workers is a fundamental pillar not only for individual well-being, but also for sustainable development and social cohesion in any society. At its core, fair treatment is a matter of human dignity because all workers have the right to be treated with respect regardless of their position, origin or socioeconomic status. This includes decent wages, industrial safety and the possibility of reconciling work and personal life, not alienating them. When these rights are guaranteed, the humanity of workers is recognized not as mere tools of production, but as people with aspirations, needs and rights.
Fair working conditions have a direct impact on physical and mental health, which is why reasonable hours, adequate breaks and a relaxed environment are essential to prevent illnesses and accidents that can end in tragedy (as occurs in mining operations). In addition, job stability and the absence of harassment or discrimination contribute to reducing stress, promoting a sense of purpose and well-being in daily life.
Fair treatment not only benefits workers, but also organizations and the economy in general. When employees feel valued and respected, they tend to be more motivated, committed and productive. This translates into higher quality in the products and services offered, as well as a lower rate of staff turnover, which reduces training costs and improves continuity in operations.
When employees feel that their ideas are valued and that they have a positive impact on the place where they work, they are more willing to contribute new ideas and creative solutions, then development is driven and the increase in new processes and quality products produces balanced profits.
Many positive things can be achieved with a stable job, without the right purposes and intentions we will only go backwards in a world that boasts of continuous progress.
This was a monday post.
Thanks for stopping by to read for a while, Blurt friends.
Have a great day and may God bless you greatly.
Regards, comrades blurtarians!!
Translation: Deepl.com
