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Viernes, 29 de noviembre, 2024.
Aunque mi trabajo se desarrolla en una oficina como ya lo he dicho en otras ocasiones, ayer en la noche tuve que cubrir un turno en el área de emergencias porque una de nuestras compañeras enfermeras tenía un permiso extendido, así que me ofrecí a ocupar ese puesto vacío porque las antesalas al fin de semana tenemos "casa llena" y siempre nos faltan manos dispuestas.
Tenor
Era una noche tranquila, o al menos tan tranquila como puede ser en emergencias y sobre todo en el área de críticos. Estaba terminando de ajustar la venda en el brazo de un paciente cuando vi entrar a un hombre con el rostro visiblemente maltrecho porque incluso tenía un corte en la ceja y el ojo izquierdo casi cerrado por la hinchazón... lo acompañaba una mujer que hablaba rápido, casi atropellando sus propias palabras por la ira que tenía, mientras el agraviado apenas emitía monosílabos confusos.
Mi primera impresión fue que lo asaltaron en algún lugar, así que después de lavarme las manos me acerqué para tomar sus datos porque las enfermeras de triaje estaban ocupadas con dos pacientes pediátricos, uno de traumatología y un caso obstétrico. Cuando le pregunté qué le ocurrió, su acompañante intervino de inmediato diciendo que había sido un accidente doméstico... era evidente porque hasta el lenguaje corporal del hombre golpeado contaba la misma historia, ya que sus hombros estaban encorvados y la mirada hacia el suelo, con una tensión que casi se podía palpar en el ambiente.
Mientras lo ayudaba a llegar a una de las camillas para llamar al médico de emergencias, noté que se quejaba mucho el momento en que le tocaba el brazo, era como si alguien lo hubiera sujetado con fuerza, al pedirle que se retire el abrigo en caso de tener que necesitar una vía para pasar medicación intravenosa, vi algunos moretones, para mí, no eran recientes como para que se hubiesen formado en el mismo accidente que lo llevó al hospital.
Por políticas del hospital, a menos que los pacientes en emergencias requieran asistencia extra por tener algún tipo de discapacidad o estar en estado crítico, deben estar solos, así que como él estaba consciente, le pedí a la mujer que lo acompañaba que esperara en la sala de espera, pero me contestó que como él no diría la verdad por vergüenza, ella hablaría por él, así que dijo muy claro, como si fuera una denuncia en la fiscalía, que su hermano menor era víctima de violencia doméstica por parte de la mujer con la que convive y que en esta oportunidad está vivo de milagro porque ella como su familiar más cercano tuvo que intervenir cuando él le pidió ayuda para traerlo al hospital, ya que la agresora, después de cometer semejante atropello contra el pobre marido, salió huyendo... al escuchar eso, él se puso del color de un tomate y empezó a titubear más por la vergüenza.
Tenor
Le respondí que, aunque aparentemente a nadie le importe lo que le pasa a un hombre en estos casos, la misandria, así como la misoginia, es un acto reprochable y penado por la ley que lo ampara dentro de los casos de abuso intrafamiliar, así que no debería tener miedo de la persona que tiene que recibir un castigo porque nada justifica el maltrato a otra persona, nada, nada es excusa para levantar la mano contra el ser que se dice amar... no caben celos justificados e injustificados de pareja, ni falta de provisión material, ni incumplimiento de roles dentro del hogar, ni falta de diálogos y entendimiento conyugal, ni abstinencia sexual, nada en el mundo es excusa o razón suficiente para levantar la mano, el palo, la correa, un cuchillo, etc., contra otra persona.
La hermana del agraviado me dio la razón y añadió que su hermano era un pendejo porque con la fuerza que tenía podía de un solo golpe poner fin a tanto maltrato en su hogar porque para ella, la única razón por la que deberían darse a "puño limpio" es cuando uno de los dos es víctima de maltrato físico y sexual y se tiene que actuar en legítima defensa... bueno, no es taaaan así porque la violencia genera más violencia, también porque muchas veces la justicia es injusta y suele encubrir al agresor, al ladrón, al violador, al matón, y no a quien defiende su integridad, su negocio, su familia, su mascota, etc., pero entiendo el punto y la indignación de la señora porque el cuadro era muy triste, imagino la molestia tan enorme que debía sentir esa mujer al ver a su hermano en las condiciones en las que lo llevó a urgencias.
Llegó el doctor emergenciólogo y luego de revisar al muchacho, me pidió que le suturara la herida de la ceja, limpiara la zona del ojo afectado y le inyectara un coctel de medicamentos intravenosos para luego de darle una receta que incluyó un gel tópico y la recomendación de visitar a un psicólogo clínico, enviarlo de regreso a casa... y añadió también que debería ir a la policía porque el doctor que se acercó a atenderlo fue testigo de la plática entre la hermana del paciente y yo. No puedo negar que sentí un nudito extraño en la garganta porque he visto casos así antes y me resultaba igual de doloroso.
Tenor
El hombre se quedó dormido por el efecto de los medicamentos, le entregué los papeles a la hermana y ella me agradeció, añadiendo que su hermano no regresará a ese infierno nunca más porque si lo hace, la próxima vez saldrá de allí, pero en una caja directo al cementerio. Después de un par de horas, él despertó más repuesto, aunque no dispuesto a interponer ninguna demanda como le repetía varias veces a su hermana... sin duda, él estaba atrapado en un círculo de violencia que solo se romperá el momento en el que él como víctima se presente ante la fiscalía con un buen abogado e interponga una demanda con una orden de alejamiento.
Cuando se fueron era más o menos las tres de la madrugada, mientras los veía irse al estacionamiento porque los guié hasta la farmacia para que adquirieran los medicamentos necesarios, me puse a pensar en la cantidad de hombres que, aunque en un porcentaje menor, están sufriendo en silencio el maltrato físico, psicológico y sexual por parte de sus histéricas y enfermas parejas, y no solo que sufren por la situación tan grave de misandria que sufren, sino también por un sistema machista que les ha enseñado que su dolor no importa y que lo único que tienen que hacer es proveer para su casa y complacer a una mujer en la cama.
Es curioso cómo el maltrato y la violencia de género hacia los hombres permanecen en un rincón oscuro, casi invisible del discurso social que ahora se ha centrado en los derechos para las mujeres, haciendo muchas veces que estas se aprovechen y ocurran casos como en que les cuento. La imagen de fortaleza que se espera de ellos, el peso de siglos de estereotipos que los pintan como invulnerables ha creado un muro que silencia sus experiencias porque a menudo los hombres víctimas de violencia enfrentan una doble carga: el daño de la agresión y la incomprensión de un mundo que los juzga por mostrar vulnerabilidad porque la sociedad entera no puede creer que los hombres sean maltratados, pero esto lo hace porque le conviene, porque busca agua para su molino, porque no es empática, ya que la historia nos cuenta otra cosa muy distinta, incluso el cine lo ha hecho a través de leyendas ficticias en donde los hombres han sido las víctimas de mujeres mentalmente inestables, como el caso de la película Misery, en donde su director se inspiró en un relato de Stephen King.
En un mundo que promueve la igualdad, todavía hay luchas que quedan relegadas y la misandria es una de ellas. Quiero dejar en claro que hablar del tema no implica restarle importancia a la violencia que sufren las mujeres, sino más bien ampliar la conversación, mirar todos los ángulos de una problemática que nos afecta como sociedad. Es real: un hombre que sufre abuso físico, psicológico o emocional no debería ser motivo de burla ni de incredulidad, su dolor no debería ser minimizado con frases que implican que "puede defenderse" o que "algo habrá hecho para merecerlo".
El silencio que rodea a estas situaciones nace del miedo al juicio, al ridículo, al rechazo. ¿Cómo puede alguien atreverse a buscar ayuda si desde pequeño aprendió que llorar es un signo de debilidad? Si se le enseñó que como hombre su deber es resistir, ser fuerte, aguantar. La violencia no tiene género, pero el apoyo que damos como sociedad sí parece tenerlo y ahí radica el problema, en donde más allá de las estadísticas, más allá de los casos visibles, hay una verdad que incomoda: necesitamos construir un espacio donde todos, sin importar quiénes sean, encuentren eco a su sufrimiento. Reconocer que las víctimas masculinas existen y sufren no divide la lucha contra la violencia, al contrario, la fortalece porque el objetivo final es el mismo: erradicar cualquier forma de abuso, sin importar a quién le afecte.
Escuchar a los hombres, creerles, tenderles una mano, no resta, suma, y se vuelve un recordatorio de que la empatía no discrimina y de que la justicia no debería hacerlo tampoco. El verdadero cambio empieza por ahí, por desmontar las expectativas absurdas que hemos colocado sobre los hombros de los hombres, por darles permiso de sentir, de hablar, de sanar porque el dolor es humano y también lo es la necesidad de consuelo.
Así que no es bueno minimizar este tipo de experiencias porque, aunque el mundo a veces no quiera verlo, el maltrato masculino es real y cada historia importa.
Esta fue una publicación de viernes.
Gracias por pasarse a leer un rato, amigas, amigos, amigues de Blurt.
Que tengan un excelente día y que Dios los bendiga grandemente.
Saludines, camaradas blurtinenses!!
Friday, november 29th, 2024.
Although I work in an office, as I have said on other occasions, last night I had to cover a shift in the emergency area because one of our fellow nurses had an extended leave, so I offered to fill that empty position because we have a "full house" before the weekend and we are always short of hands.
Tenor
It was a quiet night, or at least as quiet as it can be in the emergency room and especially in the critical care area. I was finishing adjusting the bandage on a patient's arm when I saw a man come in with a visibly battered face because he even had a cut on his eyebrow and his left eye almost closed due to swelling... he was accompanied by a woman who spoke quickly, almost tripping over her own words because of her anger, while the aggrieved party barely emitted confused monosyllables.
My first impression was that he had been assaulted somewhere, so after washing my hands I went over to take his details because the triage nurses were busy with two pediatric patients, one trauma patient, and one obstetric case. When I asked him what happened, his companion immediately intervened saying that it had been a domestic accident... it was obvious because even the body language of the beaten man told the same story, as his shoulders were hunched and his gaze was towards the floor, with a tension that could almost be felt in the air.
While I helped him to one of the stretchers to call the emergency doctor, I noticed that he complained a lot the moment I touched his arm, it was as if someone had held him tightly. When I asked him to remove his coat in case he needed an IV to administer medication, I saw some bruises, to me, they were not recent enough to have formed in the same accident that brought him to the hospital.
Due to hospital policy, unless patients in emergency rooms require extra assistance because they have some kind of disability or are in critical condition, they must be alone, so since he was conscious, I asked the woman who was with him to wait in the waiting room, but she replied that since he would not tell the truth out of shame, she would speak for him, so she said very clearly, as if it were a complaint to the prosecutor's office, that her younger brother was a victim of domestic violence by the woman he lives with and that on this occasion he is alive by a miracle because she as his closest relative had to intervene when he asked her for help to bring him to the hospital, since the aggressor, after committing such an outrage against the poor husband, ran away... upon hearing that, he turned the color of a tomato and began to hesitate more out of shame.
Tenor
I answered that, although apparently no one cares what happens to a man in these cases, misandry, as well as misogyny, is a reprehensible act and punishable by law that protects it within cases of intra-family abuse, so he should not be afraid of the person who has to receive punishment because nothing justifies the mistreatment of another person, nothing, nothing is an excuse to raise one's hand against the being one claims to love... there is no room for justified and unjustified jealousy of a partner, nor lack of material provision, nor failure to comply with roles within the home, nor lack of marital dialogue and understanding, nor sexual abstinence, nothing in the world is an excuse or sufficient reason to raise one's hand, a stick, a belt, a knife, etc., against another person.
The sister of the aggrieved party agreed with me and added that her brother was a jerk because with the strength he had he could put an end to so much abuse in his home with one blow because for her, the only reason why they should fight "bare-knuckle" is when one of the two is a victim of physical and sexual abuse and one has to act in self-defense... well, it's not that bad because violence generates more violence, also because many times justice is unfair and usually covers up for the aggressor, the thief, the rapist, the bully, and not for the one who defends his integrity, his business, his family, his pet, etc., but I understand the point and the indignation of the lady because the picture was very sad, I imagine the enormous annoyance that this woman must have felt seeing her brother in the condition in which she took him to the emergency room.
The emergency doctor arrived and after examining the boy, he asked me to suture the wound on his eyebrow, clean the area of the affected eye and inject him with a cocktail of intravenous medications and then gave him a prescription that included a topical gel and the recommendation to visit a clinical psychologist, sending him back home... and he also added that he should go to the police because the doctor who came to treat him witnessed the conversation between the patient's sister and I. I can't deny that I felt a strange lump in my throat because I've seen cases like this before and it was just as painful.
Tenor
The man fell asleep due to the effects of the medication. I handed the papers to his sister and she thanked me, adding that her brother will never return to that hell again because if he does, next time he will come out of there, but in a box straight to the cemetery. After a couple of hours, he woke up more refreshed, although not willing to file a lawsuit as he repeated several times to his sister... without a doubt, he was trapped in a circle of violence that will only be broken when he, as the victim, goes to the prosecutor's office with a good lawyer and files a lawsuit with a restraining order.
When they left it was around three in the morning, and as I watched them leave for the parking lot because I had guided them to the pharmacy to get the necessary medications, I began to think about the number of men who, although in a smaller percentage, are silently suffering physical, psychological and sexual abuse from their hysterical and sick partners, and not only do they suffer from the serious situation of misandry they suffer, but also from a sexist system that has taught them that their pain does not matter and that all they have to do is provide for their home and please a woman in bed.
It is curious how abuse and gender violence towards men remain in a dark corner, almost invisible in the social discourse that has now focused on women's rights, often causing them to take advantage and cases like the one I am telling you about to occur. The image of strength that is expected of them, the weight of centuries of stereotypes that paint them as invulnerable has created a wall that silences their experiences because often men who are victims of violence face a double burden: the damage of aggression and the incomprehension of a world that judges them for showing vulnerability because the entire society cannot believe that men are mistreated, but it does this because it suits it, because it seeks water for its mill, because it is not empathetic, since history tells us something very different, even the cinema has done so through fictional legends where men have been the victims of mentally unstable women, as in the case of the film Misery, where its director was inspired by a story by Stephen King.
In a world that promotes equality, there are still struggles that are relegated and misandry is one of them. I want to make it clear that talking about the issue does not mean downplaying the violence suffered by women, but rather broadening the conversation, looking at all the angles of a problem that affects us as a society. It is real: a man who suffers physical, psychological or emotional abuse should not be the subject of mockery or disbelief, his pain should not be minimized with phrases that imply that "he can defend himself" or that "he must have done something to deserve it."
The silence that surrounds these situations is born from the fear of judgment, ridicule, rejection. How can someone dare to seek help if from a young age he learned that crying is a sign of weakness? If he was taught that as a man his duty is to resist, to be strong, to endure. Violence has no gender, but the support we give as a society does seem to have one and therein lies the problem, where beyond the statistics, beyond the visible cases, there is an uncomfortable truth: we need to build a space where everyone, no matter who they are, finds an echo in their suffering. Recognizing that male victims exist and suffer does not divide the fight against violence, on the contrary, it strengthens it because the final objective is the same: to eradicate any form of abuse, no matter who is affected.
Listening to men, believing them, reaching out to them, does not subtract, it adds, and becomes a reminder that empathy does not discriminate and that justice should not do so either. True change begins there, by dismantling the absurd expectations that we have placed on the shoulders of men, by giving them permission to feel, to speak, to heal because pain is human and so is the need for comfort.
So it is not good to minimize these types of experiences because, although the world sometimes does not want to see it, male abuse is real and every story matters.
This was a friday post.
Thanks for stopping by to read for a while, Blurt friends.
Have a great day and may God bless you greatly.
Regards, comrades blurtarians!!
Translation: Deepl.com
Hola Hila, 🦊
Un caso bastante fuerte el que nos compartes... Es una pena que en la actualidad el maltrato tanto a mujeres como a hombres se a vuelto común donde al parecer las autoridades hacen poco ante los múltiples casos presentados.
Nos da mucha pena con ese joven pero esperemos que tome cartas en el asunto prontamente antes que pase a mayores, sinceramente hay tantos casos que se a escuchado o visto en Tele o redes sociales donde las cosas han terminado muy mal y eso no es lo ideal.
Por otra parte, te felicitamos por el buen trabajo que desempeñas en la rama de la salud, seré sincero, son pocas las personas como tú que hacen las cosas de corazón, que ayuda al prójimo y no como otros que si no ven un interés personal no ayudan para nada... pero bueno... Sigue así con tu forma de ser.
Gracias por compartirnos tu escrito...
Saludos para ti y tu familia.
Chau.
🐺🐺🐺🐺🐺