[Esp/Eng] El arte de medirse // The art of measuring oneself

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Han pasado un poco más de dos meses que no he escrito en Blurt, es que ni en mi cuaderno de poemas he podido plasmar ideas porque el bloqueo ha llegado a mí debido a los dos cursos en los que estuve concetrada al 100%, el uno era el de conducción (ese duró poco, así que ya tengo mi licencia) y el otro (el que se terminó ayer), era referente a mi carrera y el cargo que ocupo en el trabajo.

Ahora ya estoy libre, así que bueno, tengo la oportunidad de compartir algo más que lecturas y uno que otro comentario.

Hace rato estaba viendo el resumen de las olimpiadas que han causado tanta controversia incluso por su mala organización, pero como me aburrí muy rápido, me puse a limpiar mi habitación acompañada de la música porque es bien conocido que esta tiene efectos terapéuticos en cuanto al estado de ánimo si sabemos escogerla de la lista de nuestros gustos o preferencias. En mi lista apareció una canción que no había escuchado hace mucho, pero definitivamente me hizo sonreír por los recuerdos que aparecieron en mi cabeza.

Mi compañero del trabajo ha sido víctima del ciberacoso incluso con un proceso extorsivo, creo que, como le dije a él, fue demasiado confiado, y más en una época en donde hay maneras extorsivas que en esta era de lo digital se han convertido en una preocupación importante para las autoridades y cómo no, para familias.

A diferencia del acoso tradicional, el ciberacoso puede ocurrir en cualquier momento, hora y lugar, alcanzando a las víctimas a través de sus dispositivos personales por no saber medirse, por no poner un freno a lo que se puede decir y lo que no, a lo que se puede publicar o no, a lo que se puede compartir y lo que no. Mi compañero de trabajo está experimentando altos niveles de estrés debido al estado de hipervigilancia que tiene por los ataques de pánico.

Creo que el ciberacoso en un alto porcentaje la misma persona se lo busca y puede llegar a tener un impacto devastador en la autoestima y la autopercepción. Los comentarios negativos y las amenazas pueden hacer que las víctimas duden de su valía y habilidades propias, aparte de que aparece (como un fantasma que no se va), el miedo al juicio y la estigmatización por parte de los conocidos si esa información sale a la luz pública.

Las plataformas de redes sociales y las tecnologías digitales no tienen la culpa de lo que a ellas se sube, pero sí deberían implementar de verdad políticas y herramientas robustas para detectar y prevenir este tipo de atropellos que incluyan mecanismos de reporte accesibles y una moderación constante y efectiva del contenido.

Publicar aspectos de nuestra vida privada en las redes sociales puede ser un arma de doble filo. Aunque estas plataformas nos permiten compartir momentos especiales y conectar con otros, también nos exponen a riesgos que a menudo subestimamos. La delgada línea entre lo que es íntimo y lo que es público puede convertirse en un territorio peligroso si no sabemos mediar nuestras acciones.

Cuando compartimos detalles personales, como nuestra ubicación, rutinas diarias o aspectos íntimos de nuestras relaciones, abrimos una puerta a personas que podrían aprovecharse de esa información. A veces, en nuestra búsqueda por recibir validación o atención, olvidamos que no todos los ojos que nos ven tienen buenas intenciones.

Medirse en lo que compartimos no es solo una cuestión de protegernos a nosotros mismos, sino también de preservar la calidad de nuestras relaciones y la autenticidad de nuestras vidas. La privacidad es un bien valioso, y al aprender a protegerla, no solo evitamos ser vulnerables a la maldad de otros, sino que también cultivamos una vida más centrada y consciente.

Al final del día, lo que publicamos en redes sociales se convierte en parte de nuestra narrativa pública, una narrativa que puede ser manipulada, distorsionada o utilizada en nuestra contra. Por eso, es esencial reflexionar sobre qué parte de nuestra vida queremos realmente compartir y qué parte preferimos guardar solo para nosotros y para aquellos en quienes confiamos plenamente.

El arte de saber medirse en las redes sociales no se trata de renunciar a la autenticidad o de vivir con miedo, sino de ser selectivos y conscientes, priorizando nuestra seguridad y bienestar emocional. La prudencia, en este sentido, se convierte en una forma de autoconservación en un mundo donde la exposición constante puede tener consecuencias devastadoras.

El proceso de sanidad para creer, para volver a confiar en nosotros mismos y en los que nos rodean puede evitarse si tan solo seguimos el consejo que día a dia las autoridades nos dan por televisión porque se han visto casos inverosímiles, en donde hasta la muerte ha estado involucrada.

No seamos parte del problema, sino de la solución al mismo.

Gracias por pasarse a leer un rato, amigas, amigos, amigues de Blurt.

Que tengan un buen fin de semana y disfruten al máximo de su potencial como seres humanos.

Saludines, camaradas blurtinenses!!

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It's been a little over two months since I last wrote on Blurt. I haven't even been able to put any ideas down in my poems notebook because I've been blocked due to the two courses I was 100% focused on. One was driving (that one didn't last long, so I already have my license) and the other (the one that ended yesterday) was about my career and the position I hold at work.

Now I'm free, so well, I have the opportunity to share something more than just readings and a few comments.

A while ago I was watching the summary of the Olympics that have caused so much controversy even for their poor organization, but as I got bored very quickly, I started cleaning my room accompanied by music because it is well known that it has therapeutic effects on the mood if we know how to choose it from the list of our tastes or preferences. On my list appeared a song that I had not heard for a long time, but it definitely made me smile because of the memories that appeared in my head.

My coworker has been a victim of cyberbullying, including an extortion process. I think, as I told him, he was too trusting, especially in a time when there are extortion methods that in this digital age have become a major concern for authorities and, of course, for families.

Unlike traditional harassment, cyberbullying can occur at any time, hour and place, reaching victims through their personal devices because they do not know how to measure themselves, because they do not put a stop to what can and cannot be said, what can or cannot be published, what can and cannot be shared. My coworker is experiencing high levels of stress due to the state of hypervigilance he has due to panic attacks.

I believe that cyberbullying is a high percentage of the person themselves who is asking for it and can have a devastating impact on self-esteem and self-perception. Negative comments and threats can make victims doubt their own worth and abilities, apart from the fact that it appears (like a ghost that won't go away), the fear of judgement and stigmatisation by acquaintances if that information becomes public.

Social media platforms and digital technologies are not to blame for what is uploaded to them, but they should really implement robust policies and tools to detect and prevent this type of abuse, including accessible reporting mechanisms and constant and effective moderation of content.

Posting aspects of our private lives on social media can be a double-edged sword. While these platforms allow us to share special moments and connect with others, they also expose us to risks that we often underestimate. The fine line between what is intimate and what is public can become dangerous territory if we don't know how to mediate our actions.

When we share personal details, such as our location, daily routines, or intimate aspects of our relationships, we open a door to people who could take advantage of that information. Sometimes, in our quest for validation or attention, we forget that not all eyes on us have good intentions.

Being mindful of what we share is not just a matter of protecting ourselves, but also of preserving the quality of our relationships and the authenticity of our lives. Privacy is a valuable commodity, and by learning to protect it, we not only avoid being vulnerable to the evil of others, but we also cultivate a more centered and conscious life.

At the end of the day, what we post on social media becomes part of our public narrative, a narrative that can be manipulated, distorted, or used against us. That's why it's essential to reflect on what part of our life we ​​really want to share and what part we prefer to keep only for ourselves and those we fully trust.

The art of knowing how to measure yourself on social media is not about giving up authenticity or living in fear, but about being selective and aware, prioritizing our safety and emotional well-being. Prudence, in this sense, becomes a form of self-preservation in a world where constant exposure can have devastating consequences.

The healing process to believe, to trust again in ourselves and in those around us can be avoided if we just follow the advice that the authorities give us on television every day because they have seen incredible cases, where even death has been involved.

Let us not be part of the problem, but of the solution to it.

Thanks for stopping by to read for a while, friends of Blurt.

Have a great weekend and enjoy your potential as human beings to the fullest.

Regards, comrades blurtarians!!

Translation: Deepl.com

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