Pueblo chico Infierno grande [10]
«Abrí los ojos al oir el hermoso trinar de un ruiseñor que estaba posado en una rama del enorme árbol de mangos que tenemos en el jardín al frente de la casa, los rayos solares entran fulgurantes por la ventana iluminando el rostro de mi amada Belinda, Bela la dueña de mi corazón que seguía dormida a mi lado cubierta por un halo de serenidad que la hacía lucir como un Santa, me acerque un poco y le di un beso, luego otro, y otro más para que despertara tratando de tener suerte, y la tuve!!! Bela abrió sus parpados y me miró con ese par de bellos ojos color miel que solo los puede poseer una Diosa, me sonrió pícaramente invitándome a seguir adelante, mis brazos se escabulleron debajo de las sabanas buscando el calor de su cuerpo, Dios santo como amo a mi mujer...»
-Jefe, jefe Sabina, jefe despierte!!!.
No mate a Rolando de vaina!!! por despertarme de tan hermoso sueño, tal vez era una premonición de que está noche iba a recuperar a mi esposa Bela. Luego de preparar café me serví una taza y añadí un par de analgésicos para mi dolor de espalda, mi pierna mala también me estaba doliendo, Rolando me había despertado para informarme que el doctor Rubio había confirmado mis sospechas de que el suicidio de Santiago fue una puesta en escena, en realidad había sido asesinado, el problema es que solo tenía la certeza de que fue una de sus amantes secretas y no tenía la menor idea de cual de todas ellas y mucho menos el porque.
Después de mi conversación con Carmen María en la capital habían quedado descartadas todas las amantes que se le conocían, las madres de sus hijos que le habían costado a Santiago la elección a Alcalde.
Un rayo de luz me iluminó “la elección”, claro el beneficiario de ese rumor fue Arnoldo que ganó la alcaldía, pero como pudo descubrir mi concuñado ese oscuro secreto de Santiago si yo que era su mejor amigo y hasta su mamá doña Eloisa no sabíamos nada, además si fue Arnoldo el responsable de divulgar el rumor como se conecta ese hecho con la muerte de Santiago 3 meses después!!!, -Puta madre!!!-, grite y aunque hubiera preferido servirme un trago de ron me serví otra taza de café, necesitaba estar enteró para la serenata de Bela en la noche.
Repase mis últimas interacciones con Santiago antes de su muerte, una semana antes me tomé unos rones con mi compadre en la finca, en esa conversación me había dicho que tenía la sospecha de haber dado con la mujer que corrió el rumor de las madres de sus hijos, eso descarta aparentemente a Arnoldo, pero como siempre reservado mi compadre no dijo ningún nombre o dio una seña que pudiera ayudarme a identificarla.
Fui un poco más atrás en mis recuerdos y unos días antes de eso Bela y yo colaboramos con Santiago que recibió la visita en su fábrica de los niños de la escuela de San Casimirito, hicieron un recorrido y luego terminaron en el río cercano bañándose mientras nosotros les preparamos una parrillada, no se para que mi compadre organizó esa visita de los niños, pero era un hombre inteligente y astuto, como más pudo mantener ocultas a sus amantes por tanto tiempo, al final no pude determinar si ese recuerdo tenía relación con la sospechosa de Santiago, pero ese día el estuvo muy atento de los niños todo el tiempo, yo seguía en un hoyo!!!
Al mediodía salí a almorzar y aproveché luego de pasar comprando una caja de chocolates y otro ramo de rosas para Bela, iba de regreso a la comisaría cuando me llegó un mensaje a mi celular del doctor Rubio el informe de la autopsia había Sido enviado finalmente a la
comisaría.
Lo primero que hice al entrar fue sentarme frente al viejo computador de la estación que tenía una clave de acceso que obviamente no me sabía!!!, llame a Rolando y me respondió que venía en camino, me senté en el sofá con una taza de café a esperarlo, 30 minutos y 3 tazas de café después llegó mi despreocupado ayudante y me sale con la excusa de:
-Disculpe jefe Sabina pero yo tampoco me se la clave de acceso!!!-, no lo maté en ese instante por qué Dios es muy grande.
Perdimos una hora buscando en los archivos y papeles del anterior jeje de policía de San Casimirito, el joven Juan Flores y por fin dimos con la puta clave de acceso!!!, pero mi ayudante y yo neófitos en el uso de la alta tecnología del siglo pasado e impedidos de agrandar las fotos de la autopsia en la pantalla para un mejor análisis, tratamos de imprimirlas, pero no se pudo tampoco la impresora o más bien los cartuchos de tintas de la mismas se habían secado hace años!!!
No me deje vencer por los inconvenientes envié a Rolando a la única papelería del pueblo a imprimir las imágenes de la autopsia, pero antes le hice la advertencia de que las fotos eran muy sensibles y delicadas, así que debía evitar alguna filtración de ser posible que el mismo se encargará de manipular la impresora, luego de preguntar cómo diablos se usa!!!
Después de que se marchó Rolando me senté frente al computador y leí el informe completo de arriba a abajo dos veces, según el doctor Rubio la mano cambiada donde se halló el arma no era determinante ya que mi compadre Santiago era ambidextro, pero como bien había aprendido en los cursos de criminología que tome para ascender de Sargento patrullero a detective la prueba irrefutable del homicidio era el ángulo de entrada de la bala en la sien de un suicida, así se disparará estando de pie, sentado, o acostado la bala homicida siempre entraba en un ángulo perpendicular o inferior, la bala que cego la vida de Santiago entro desde un ángulo superior!!!
Le habían disparado sin lugar a dudas, como mi compadre estaba sentado al momento de su muerte el doctor Rubio hizo los cálculos, y determinó que el asesino era una persona que media entre 160 y 165 centímetros, probablemente una mujer o un hombre de baja estatura, aseveró el experto médico forense. Adicionalmente fue hallada en la sangre de Santiago pequeñas trazas de un poderoso calmante, pero en la cantidad que había en su cuerpo solo servía para calmar sus nervios, quizás ralentizar sus movimientos para que no reaccionara a tiempo al ver el arma!!!, solo una mujer muy inteligente y astuta hubiera sido tan previsora pensé de inmediato.
Eran casi las 7 de la noche y tenía que empezar a arreglarme para llevarle la serenata de Bela, pero primero llame a Rolando por teléfono para preguntarle dónde demonios estaban las fotos de la autopsia, respondió:
-Jefe Sabina, sigo en la papelería aprendiendo como se usa la impresora para que nadie vea las fotos!!!-, Dios es grande si lo hubiera tenido a mi lado en ese momento si lo mataba!!!
Continuará…
Small Town, Big Hell [10]
"I opened my eyes to the beautiful trill of a nightingale perched on a branch of the enormous mango tree we have in the garden in front of the house. The sun's rays shine brightly through the window, illuminating the face of my beloved Belinda, Bela, the owner of my heart, who was still asleep beside me, covered in a halo of serenity that made her look like a saint. I leaned in a little closer and gave her a kiss, then another, and another to wake her up, trying to get lucky, and I got it!!!" Bela opened her eyelids and looked at me with those beautiful honey-colored eyes that only a Goddess could possess. She smiled mischievously, inviting me to continue. My arms slipped under the sheets, seeking the warmth of her body. Good Lord, how I love my wife..."
I didn't kill Rolando for nothing!!! For waking me up from such a beautiful dream, maybe it was a premonition that I would win back my wife Bela that night. After making coffee, I poured myself a cup and added a couple of painkillers for my backache; my bad leg was also hurting. Rolando had woken me up to inform me that Dr. Rubio had confirmed my suspicions that Santiago's suicide was staged; in fact, he had been murdered. The problem was that I was only certain that it was one of his secret lovers, and I had no idea which one, much less why.
After my conversation with Carmen María in the capital, all of his known lovers, the mothers of his children who had cost Santiago the mayoral election, had been ruled out.
A ray of light illuminated "the election." Of course, the beneficiary of that rumor was Arnoldo, who won the mayoralty. But how could my brother-in-law discover Santiago's dark secret when I, his best friend, and even his mother, Doña Eloisa, didn't know anything? Besides, if Arnoldo was the one responsible for spreading the rumor, how is that connected to Santiago's death three months later? "Fucking hell!" I yelled, and although I would have preferred to pour myself a sip of rum, I poured myself another cup of coffee. I needed to be alert for Bela's serenade that night.
I reviewed my last interactions with Santiago before his death. A week earlier, I had a few rums with my friend at the farm. In that conversation, he had told me he suspected he had found the woman who had spread the rumor about the mothers of his children. This apparently rules out Arnoldo. But, as always reserved, my friend didn't mention any names or provide any information that could help me identify her.
I went back a little further in my memories, and a few days before that, Bela and I collaborated with Santiago, who received a visit from the children from the San Casimirito school at his factory. They took a tour and then ended up bathing in the nearby river while we prepared a barbecue for them. I don't know why my friend arranged this visit for the children, but he was an intelligent and astute man. How else could he keep his lovers hidden for so long? In the end, I couldn't determine if that memory had anything to do with Santiago's suspect, but that day he was very attentive to the children the whole time. I was still in a hole!!!
At noon, I went out for lunch and, after stopping by, bought a box of chocolates and another bouquet of roses for Bela. I was on my way back to the police station when I received a text on my cell phone from Dr. Rubio: the autopsy report had finally been sent to the police station.
The first thing I did when I got in was sit down in front of the station's old computer, which had a password I obviously didn't know!!! I called Rolando, and he told me he was on his way. I sat on the couch with a cup of coffee to wait for him. 30 minutes and 3 cups of coffee later, my carefree assistant arrived and came up with the excuse:
-Excuse me, boss Sabina, but I don't know the password either!-, I didn't kill him right away because God is so great.
We wasted an hour searching through the files and papers of the former police chief of San Casimirito, young Juan Flores, and finally found the damn access code!!! But my assistant and I, being new to the latest high-tech technologies and unable to enlarge the autopsy photos on the screen for better analysis, tried to print them, but the printer couldn't work either, or rather, the ink cartridges had dried out years ago!!!
I didn't let the inconveniences get the better of me. I sent Rolando to the only stationery store in town to print the autopsy images. But beforehand, I warned him that the photos were very sensitive and delicate, so I had to prevent any leaks. If possible, he'd be in charge of handling the printer himself, after asking how the heck it was used!!!
After Rolando left, I sat down at the computer and read the entire report from top to bottom twice. According to Dr. Rubio, the switched hand where the gun was found wasn't decisive since my friend Santiago was ambidextrous. But as I had learned in the criminology courses I took to rise from patrol sergeant to detective, the irrefutable proof of homicide was the angle of entry of the bullet into the temple of a suicidal person. Whether fired standing, sitting, or lying down, the murder bullet always entered at a perpendicular or lower angle; the bullet that took Santiago's life entered from a higher angle!!!
He had undoubtedly been shot. Since my friend was sitting at the time of his death, Dr. Rubio did the math and determined that the killer was between 160 and 165 centimeters tall, probably a woman or a short man, the forensic medical expert asserted. Additionally, small traces of a powerful sedative were found in Santiago's blood, but the amount in his body only served to calm his nerves, perhaps slowing his movements so he wouldn't react in time when he saw the gun! Only a very intelligent and astute woman would have been so far-sighted, I immediately thought.
It was almost 7 p.m. and I had to start getting ready to deliver Bela's serenade, but first I called Rolando to ask where the hell the autopsy photos were. He replied:
-Chief Sabina, I'm still at the stationery store learning how to use the printer so no one sees the photos!!!-, God bless me if I had had him by my side at that moment if I had killed him!!!
To be continued…
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Escrito originalmente en Español, traducido al inglés utilizando Google Traslate.
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