El pueblo del “Amor” se llamaba en realidad “Amoranto”, pero una bala perdida de cañón de una de las tantas guerras civiles que azotó al país después de su independencia le borro el “anto” del letrero de madera colgado en la entrada del pueblo que nadie se ocupó en arreglar y con el pasar de los años ya no solo sus habitantes y visitantes lo llamaban con su nombre recortado hasta el jefe civil de turno colocaba en los documentos oficiales y partidas de nacimiento pueblo del “Amor”.
El pequeño y pintoresco pueblo estaba perdido en medio del país equidistante de todo, la capital, el mar, los llanos y la frontera del vecino país, atrapado entre el caudaloso rio Magdalena al norte y una tupida selva y un poco más allá la sierra nevada al sur.
Por tierra solo había tres formas de salir, al este por el viejo camino empedrado de los virreyes dónde tenías que cruzar el puente de “La Rosa” sobre un profundo cañón, los que se iban por ese camino pronto volvían decían los viejos del pueblo, al oeste muy cerca de la margen del gran rio Magdalena el viejo camino de tierra de los esclavos dónde tenías que cruzar el puente de “La Orquídea” sobre un caudaloso pero mucho más angosto afluente del Magdalena que bajaba con sus aguas claras y heladas de la sierra, los que se iban por ese camino tardaban algunos años en volver decían los viejos del pueblo, y el último camino era marcharse por el medio atravesando la selva y luego la sierra nevada, los que se iban por ese camino jamás volvían decían los viejos del pueblo.
La forma más fácil de salir y llegar al pueblo del “Amor” era a través del río Magdalena abordo de un buque de vapor, pero de lunes a viernes era más probable que te comiera un caimán esperando en el muelle a qué atracara un barco, solo los fines de semana, el sábado subiendo el rio desde Riohacha partiendo el mismo día con destino a la Perla del Caribe arribaba un buque de aspas impulsadas a vapor de la Compañía Fluvial del Caribe, la CFC y los domingos que bajaba otro de la misma compañía por el río Magdalena atacando en el muelle del pueblo y zarpaba ese mismo día rumbo a Riohacha.
Cuando se cruzaban en el rio se saludaban con sus bocinas y sus capitanes disparaban sus revólveres al cielo, hasta que quedó prohibido el saludo con las armas luego de una vez que el Capitán que se iba del pueblo del “Amor” mato al que venía, Florentino Ariza ell presidente de la CFC en ese entonces dijo que “fue un lamentable accidente”, no así Heriberto Quintales que sabía muy bien que fue por un asunto de “amores tormentosos”, lo decía con conocimiento de causa Heriberto Quintales trato durante toda su vida marcharse del pueblo casi siempre con el corazón roto hecho pedazos por algún amor no correspondido, pero siempre se quedaba atrapado en el pueblo del “Amor” cuando veía descender de alguno de los buques de la CFC unos ojos color de miel o una sonrisa más luminosa que el sol que le reparaban el corazón y el alma rota, y ya tan solo podía quedarse pensando en ellas.
El pequeño y recóndito pueblo del “Amor” era conocido desde que se tiene memoria por sus a veces intensas, otras truculentas, muchas con finales felices, otras tantas infelices, y unas pocas aún más tristes sin un final, pero siempre eran historias de amor, está es solo una de tantas.
Las gemelas Quintales [1]
El mismo día que una de las gemelas fijaba el día de su boda su primo Heriberto entraba a la casa familiar de los Quintales con el corazón roto, su primer y único gran amor no había regresado con su familia de las vacaciones que tomaban cada año en Agosto cuando se marchaban del pueblo hasta el comienzo de clases en octubre ya era 1ero de noviembre y la casa de los Salgado seguía cerrada a cal y canto.
El muchacho se recriminaba su cobardía por qué nunca tuvo el valor de comunicarle sus sentimientos a la niña de sus sueños, pero este agosto tomo coraje y después que la vio partir del muelle con su familia le escribió la más ardorosa carta de amor que podía a su edad.
Esa misma noche la rompió y escribió otra y lo mismo se repitió noche tras noche, Heriberto no paro hasta que la carta fuera perfecta, el primero de octubre la llevó consigo a la escuela el primer día de clases para dársela cuando su enemigo jurado Antonio Lombardo y rival de amor no lo viera, pero la niña que le había robado el corazón 6 años atrás no apareció, a partir de entonces luego de salir de clases iba al muelle por si llegaba en algún barco y luego a su casa con la carta en la mano con la esperanza de que hubiera retornado al pueblo por tierra.
Pero ese primero de noviembre parado al frente de la casa de su niña un viejo borracho que llevaba todo el mes viendolo parado día tras día con la carta en la mano y su cara de pendejo se compadeció del muchacho y le dijo para que no volviera:
-Muchacho mejor ya vete a tu casa y no vuelvas por qué los Salgado ya no regresarán a este maldito pueblo nunca jamás!!!
Heriberto con una determinación que no había tenido nunca saltó la cerca corrió hasta la ventana cerrada de la habitación de su niña amada y arrojó la carta por la rendija quitándose todo el peso de encima, un rato después cuando entro a su casa lo recibió su abuela.
-Donde Carajos estabas Heriberto?
-Por allí abuela, por allí.
-Esta tarde tu prima Salomé y Richardson fijaron la fecha de su boda para el día 15 de diciembre.
-Que bien abuela, ya me voy para mi cuarto.
-Un momento señorito falta que le diga una cosa usted será el encargado de llevar los anillos en la iglesia el día de la boda!!!
-Por Dios abuela tengo 13 años, eso es tarea de un niño pequeño!!!
-Bueno y tú eres el niño más pequeño de esta casa, así que no rezongues!!!
Heriberto se retiró a su cuarto y si este hubiera tenido una puerta la hubiera azotado con toda su furia, pero como su habitación no tenía una se tuvo que conformar con negarse a cenar como acto legítimo de protesta, más tarde se acostó en su cama rumiando su desventura no sabía si el viejo borracho le había dicho la verdad, al menos había tenido el coraje de entregar la carta, esa noche como casi todas desde el día que la conoció se durmió pensando en Hilda Salgado!!!
6 semanas después a las 6 de la tarde Heriberto Quintales le entregaba a su prima Salomé y a su marido los anillos de casados en el altar de la pequeña iglesia del pueblo del “Amor”, Sofia Quintales la hermana gemela de la recién casada no paro de llorar durante la boda, los 3 días que duro la fiesta y los días subsiguientes, una semana después la noche antes de partir en su viaje de luna de miel Richardson y Salomé le pidieron a la abuela Quintales permiso para llevarse a Sofía con ellos, la abuela no lo pensó mucho, el dolor por perder a su hermana gemela había resquebrajado y sumido a su nieta Sofía en una tristeza que no era saludable, así que dió su visto bueno para no tener que aguantarse ese mar de lágrimas!!!
Al día siguiente en un hermoso sábado pasado el mediodía ya que llegó con retrasó el buque de la CFC que los llevaría hasta la Perla del Caribe y de allí en un buque transatlántico hasta Europa, la abuela, Heriberto, os muchos amigos de la familia Quintales, además de los propios que había cosechado el ingeniero ingles en el pueblo despedían a Richardson y a las gemelas Quintales, estás que desde que se anunció el compromiso oficial 6 meses atrás habían dejado de usar la misma ropa por órdenes de la abuela para que Richardson no las confundiera, ese día volvieron a vestirse iguales, de azul parecían dos gotas de agua, ni la abuela Quintales pudo distinguirlas mucho menos el marido de Salomé.
Pero Heriberto no tenía tiempo para pensar en despedidas, los vestidos azules iguales de sus primas, su abuela llorando o el despistado de Richardson, el muchacho solo tenía ojos para una linda niña que bajo del barco con sus padres, cargaba una pequeña maleta y vestía un hermoso vestido rosado que hacían lucir sus rizos como el oro, le sonrió al muchacho al pasar a su lado y esa noche en su habitación sin puerta acostado en su cama Heriberto Quintales por primera vez en más de 6 años se durmió pensando en otra.
Continuará…
The town of “Amor” was actually called “Amoranto”, but a stray cannonball from one of the many civil wars that hit the country after its independence erased the “anto” from the wooden sign hanging at the entrance of the town that no one bothered to fix and as the years went by, not only its inhabitants and visitors called it with its truncated name, even the civil chief on duty placed the town of “Amor” in the official documents and birth certificates.
The small and picturesque town was lost in the middle of the country, equidistant from everything, the capital, the sea, the plains and the border of the neighboring country, trapped between the mighty Magdalena River to the north and a dense jungle and a little further on, the snowy mountains to the south.
By land there were only three ways to get out, to the east along the old cobblestone road of the viceroys where you had to cross the “La Rosa” bridge over a deep canyon, those who went that way soon returned, said the old people of the town, to the west very close to the bank of the great Magdalena river the old dirt road of the slaves where you had to cross the “La Orquídea” bridge over a mighty but much narrower tributary of the Magdalena that flowed down with its clear waters. and frost in the mountains, those who went that way took a few years to return, said the old people of the town, and the last way was to go through the middle, crossing the jungle and then the snowy mountain range, those who went that way never came back, said the old people of the town.
The easiest way to get out and get to the town of “Amor” was through the Magdalena River aboard a steamship, but from Monday to Friday you were more likely to be eaten by an alligator waiting at the dock for a boat to dock, only on weekends, on Saturdays going up the river from Riohacha, leaving the same day for the Pearl of the Caribbean, a steam-powered bladed vessel from the Caribbean River Company, the CFC, arrived and on Sundays Another from the same company went down the Magdalena River, attacking the town's dock and set sail that same day towards Riohacha.
When they passed each other on the river, they greeted each other with their horns and their captains fired their revolvers into the sky, until saluting with weapons was prohibited after one time when the Captain who was leaving the town of “Love” killed the one who was coming. Florentino Ariza, the president of the CFC at that time, said that “it was a regrettable accident,” not so Heriberto Quintales, who knew very well that it was due to a matter of “stormy loves,” he said it with knowledge of cause Heriberto Quintales tried throughout his life to leave the town almost always with a broken heart shattered by some unrequited love, but he always stayed trapped in the town of “Love” when he saw honey-colored eyes or a smile brighter than the sun descend from one of the CFC ships that repaired his broken heart and soul, and now he could only stay thinking about them.
The small and hidden town of “Love” was known for as long as we can remember for its sometimes intense, sometimes gruesome, many with happy endings, many others unhappy, and a few even sadder ones without an ending, but they were always love stories, this is just one of many.
The Quintales Twins [1]
The same day that one of the twins was setting their wedding day, their cousin Heriberto entered the Quintales' family home with a broken heart. His first and only great love had not returned with his family from the vacations they took every year in August when they left the town until the start of school in October. It was already November 1st and the Salgados' house was still closed tight.
The boy reproached himself for his cowardice because he never had the courage to communicate his feelings to the girl of his dreams, but this August he gained courage and after he saw her leave the dock with her family he wrote her the most ardent love letter he could at his age.
That same night he tore it up and wrote another one and the same thing was repeated night after night, Heriberto did not stop until the letter was perfect, on October 1st he took it with him to school on the first day of school to give it to her when his sworn enemy Antonio Lombardo and love rival did not see it, but the girl who had stolen his heart 6 years ago did not appear, from then on after leaving classes he went to the dock in case she arrived on a boat and then to his house with the letter in his hand in hope that he had returned to the town by land.
But that first of November, standing in front of his daughter's house, an old drunk who had been seeing him standing day after day with the letter in his hand and his idiotic face all month, took pity on the boy and told him so that he wouldn't come back:
-Boy, you better go home and don't come back because the Salgados will never return to this damn town ever again!!!
Heriberto, with a determination that he had never had before, jumped the fence, ran to the closed window of his beloved girl's room and threw the letter through the crack, taking all the weight off him. A while later when he entered his house, his grandmother greeted him.
-Where the hell were you Heriberto?
-Over there, grandmother, over there.
-This afternoon your cousin Salomé and Richardson set their wedding date for December 15.
-That's good grandma, I'm going to my room.
-One moment, sir, I need to tell you something, you will be in charge of wearing the rings in the church on the wedding day!!!
-For God's sake, grandma, I'm 13 years old, that's the job of a little child!!!
-Well, you are the smallest child in this house, so don't grumble!!!
Heriberto retired to his room and if it had had a door he would have slammed it with all his fury, but since his room did not have one he had to settle for refusing dinner as a legitimate act of protest. Later he lay down in his bed ruminating on his misfortune. He did not know if the old drunk had told him the truth. At least he had had the courage to deliver the letter. That night, like almost every other night since the day he met her, he fell asleep thinking about Hilda Salgado!!!
6 weeks later at 6 in the afternoon Heriberto Quintales gave his cousin Salomé and her husband the wedding rings at the altar of the small church in the town of “Amor”, Sofia Quintales, the twin sister of the newlywed, did not stop crying during the wedding, the 3 days that the party lasted and the subsequent days, a week later, the night before leaving on their honeymoon trip, Richardson and Salomé asked their grandmother Quintales for permission to take Sofía with them, the grandmother did not think much about it, the pain of losing her twin sister had broken down and plunged her granddaughter Sofía into a sadness that was not healthy, so she gave her approval so as not to have to hold back that sea of tears!!!
The next day, on a beautiful Saturday, after noon, since the CFC ship that would take them to the Pearl of the Caribbean and from there on a transatlantic ship to Europe arrived late, the grandmother, Heriberto, the many friends of the Quintales family, in addition to those that the English engineer had gathered in the town, said goodbye to Richardson and the Quintales twins. Since the official engagement was announced 6 months ago, they had stopped wearing the same clothes by orders. from their grandmother so that Richardson wouldn't confuse them, that day they dressed the same again, in blue they looked like two drops of water, not even Grandma Quintales could distinguish them, much less Salomé's husband.
But Heriberto had no time to think about goodbyes, the matching blue dresses of his cousins, his grandmother crying or the absent-minded Richardson, the boy only had eyes for a pretty girl who got off the boat with her parents, carrying a small suitcase and wearing a beautiful pink dress that made her curls look like gold, she smiled at the boy as she passed by him and that night in his doorless room, lying in his bed, Heriberto Quintales fell asleep for the first time in more than 6 years. thinking of another.
To be continued…
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