En la última publicación hemos hablado sobre la Esfinge, criatura misteriosa que se encontraba cerca de la entrada de la ciudad Tebas, y la cual proponía un enigma a sus víctimas. Recordemos que este ser había sido enviada por la divinidad (sea Hera o Apolo) en respuesta a la queja constante de Yocasta respecto a las bajas pasiones de su marido, el rey Layo; éste había raptado a Crísipo, hijo del rey Pélope, en un impulso por saciar sus bajos instintos, causando un desastre socioeconómico y político que puso a la ciudad al borde del caos. Sin embargo, la Esfinge es derrotada gracias a Edipo, quien logra adivinar el enigma que planteaba a sus víctimas.
El día de hoy hablaremos de una criatura fantástica a la cual el héroe Heracles enfrentó durante su viaje por la Argólida: La Hidra de Lerna.
¿Quién era la Hidra de Lerna en la mitología grecolatina?
Ilustración de una Hidra. Fuente: Wikipedia
En su obra Teogonía (2000), Hesiodo señala a la Hidra de Lerna como hija de Tifón y Equidna, la cual fue entregada a la diosa Hera para que la criase. Algunas versiones recopiladas por Covington Scott Littleton (2004) y Pierre Grimal (1981) señalan que la criatura vivía en la parte alta de la región de la Argólida, concretamente en el pantano Lerna, cerca de la fuente de Amímone. Otra versión, mencionada por Constantino Falcón Martínez, Emilio Fernández Galiano y Raquel López Melero (1989), señala que vivía cerca del río Anigro.
Con respecto a su apariencia, era descrita como una serpiente acuática venenosa de gran tamaño que tenía entre siete y nueve cabezas, de las cuales una era inmortal (Chevalier y Gheerbrant, 1993: 564). En otras versiones se dice que tenía cuerpo de perro o de león y cabezas humanas (Falcón Martínez, Fernández Galiano y López Melero, 1989: 330; Grimal, 1981: 243).
El enfrentamiento con Heracles
Como parte de los trabajos de purificación impuestas por Euristeo, rey de la Argólida, Heracles viajó con su sobrino Yolao hacia los pantanales para encontrar a la criatura y matarla. El héroe pronto descubrió que matarla no iba a ser fácil: Al cortar una de las cabezas, en su lugar salían dos. En medio del conflicto, Hera envía a un cangrejo de singular tamaño para distraerlo. Algunos autores, como Carlos Gaytán (1965), señalan que el cangrejo era de igual o menor tamaño que la Hidra, lo que dificultaba la tarea; otros autores, como Scott Littleton (2004), mencionan que el cangrejo era de tamaño pequeño, de modo que solo había alcanzado a picarle uno de los dedos de los pies y perece aplastado con el bastón del héroe.
Heracles y la Hidra de Lerna. Pintura de Gustave Moreau (1861). Fuente: Wikipedia
Viendo que su tío se encontraba ante una situación de vida o muerte, Yolao toma una antorcha y cauteriza las heridas del monstruo, impidiendo que vuelvan a renacer las cabezas; algunas versiones señalan que Yolao no cauteriza las heridas, sino que quema todo el bosque del pantano, de modo que la ausencia de humedad impidiera que la Hidra regenerara y multiplicara sus cabezas (Harrauer y Hunger, 2008: 401). Al quedar solo la cabeza inmortal, Heracles la decapita y la entierra debajo de una gran piedra; al ver el veneno derramado en el suelo, Heracles decide aprovechar el recurso remojando las puntas de las flechas, con la intención de usarlas en un futuro contra sus enemigos.
La Hidra, un símbolo múltiple
Hércules luchando contra la Hidra de Lerna, pintura de Francisco de Zurbarán (1634). Fuente: WikiArt
Un aspecto interesante que Jean Chevalier y Alain Gheerbrant (1993) señalan es el simbolismo de la Hidra en relación con el agua. Para estos autores, la Hidra representa los deltas de los grandes ríos, con sus múltiples vertientes, crecidas y estiajes. Sin embargo, también consideran la figura de la Hidra como un símbolo de los vicios triviales cuyas consecuencias, representadas en su veneno, pueden ser catastróficas.
Otra interpretación de su simbolismo lo ofrece Grimal (1981), quien señala que la Hidra representa el pantano de Lerna, cuyas fuentes o cabezas han sido disecadas para un uso de suelo sin determinar. Interesante es la interpretación atípica que este mismo autor nos ofrece, al señalar figura de Lerno, rey de Hidra, quien en una batalla estuvo rodeado de cincuenta arqueros; cuando uno moría, otro ocupaba su lugar.
Bibliografía citada
- Chevalier, Jean, y Gheerbrant, Alain. 1993. Diccionario de Símbolos. Barcelona. Herder.
- Falcón Martínez, Constantino; Fernández-Galiano, Emilio; y López Melero, Raquel. 1989. Diccionario de mitología clásica. Tomo I. México. Alianza Editorial.
- Gaytán, Carlos. 1965. Diccionario mitológico. México. Editorial Diana.
- Grimal, Pierre. 1981. Diccionario de mitología griega y romana. España. Paidós.
- Harrauer, Christine, y Hunger, Herbert. 2008. Diccionario de mitología griega y romana. España. Herder.
- Hesíodo. 2000. Teogonía. Trabajos y días. Escudo. Certamen. México. Alianza Editorial.
- Scott Littleton, Covington. 2004. Mitología. Guía ilustrada de mitos y leyendas del mundo. Singapur. Blume.
** Imagen del banner editada con Canva. Fuente de la imagen: Wikipedia **
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