¿Qué tal Crypto-amigos?
Hoy les comparto algunas reflexiones que nos pueden servir a todos.
De antemano, gracias por tu apoyo.
La autorregulación y la tolerancia a la frustración son dos aspectos complejos y profundamente interrelacionados del desarrollo personal.
Desde mi experiencia, creo que son mucho más difíciles de cultivar y adquirir como hábitos positivos cuando se vive solo desde joven. Esta soledad trae consigo desafíos que pueden obstaculizar el aprendizaje y la práctica de estas habilidades.
La autorregulación, en particular, se relaciona con la capacidad de controlar impulsos y esperar por recompensas mayores. Un ejemplo clásico que ilustra este concepto es el famoso experimento con los niños de seis a siete años, donde se les deja solos en una sala con una rebanada de pastel. La mayoría de ellos no puede resistir la tentación y acaba comiéndose el pastel, a pesar de que saben que, si esperan, recibirán una mayor recompensa. Este simple acto de autocontrol se convierte en un reflejo de la lucha interna que muchos enfrentamos a lo largo de la vida.
(Imagen realizada con apoyo de AI)
A lo largo de mi camino, he encontrado lecturas que han fortalecido esta habilidad en mí. "El vendedor más grande del mundo", que ya mencioné en un post anterior, fue fundamental. También creo que las fábulas clásicas, los cuentos infantiles y las biografías aportaron valiosas lecciones sobre la paciencia y la autorregulación. Recuerdo con particular emoción "Diario Corazón de un niño", donde la historia toca fibras sensibles relacionadas con la disciplina personal. A pesar de no poder señalar aspectos específicos de cómo estas lecturas contribuyeron a mi autorregulación, siento que su influencia fue significativa. Libros de autoayuda como los de la serie "El arte de..." también me ofrecieron herramientas útiles en este aspecto.
Más adelante, un libro que me impactó profundamente fue "La oración puede salvar tu vida". Lo presté y, lamentablemente, nunca regresó a mis manos. Sin embargo, espero que haya cumplido su propósito y, al menos, haya ayudado a alguien a superar momentos difíciles.
Durante mis años universitarios, experimenté una especie de pausa o tregua, y a veces incluso una discriminación hacia los libros de superación personal. En esos momentos de crisis existencial, la autorregulación se volvía aún más crucial. Algunos ejemplos concretos de autorregulación que siempre mantuve presentes fueron, por ejemplo, el compromiso de regresar a mi cuarto todos los días a dormir. Puede parecer sencillo, pero resistir la tentación de quedarme en fiestas y pasar la noche fuera de casa era un verdadero desafío. Sin embargo, siempre había excepciones, como aquellas ocasiones especiales en que amigos me invitaban a pasar la Navidad en sus casas.
Recuerdo una anécdota divertida: me reencontré con amigas de la Ciudad de México, cuya familia conocí en mi trabajo en un hotel en la costa. Cuando les conté que vivía solo, me dijeron: "Qué afortunado, nadie te reclama si llegas o no". A lo que respondí, en tono de broma: "¡Uf! Si supieras que tengo mis reglas; siempre llegar a casa antes de la medianoche. Y cuando fallo, me reprendo a mí mismo". Esta broma, más allá de su ligereza, refleja un compromiso serio con la autorregulación.
Otro aspecto de la autorregulación que me causaba ansiedad era cuando mis cuentas diarias no cuadraban. A veces, una simple discrepancia de un peso me desesperaba. Con el tiempo, aprendí a no exigirme tanto. Reconocí que llevar un diario de gastos era un buen hábito. No solo me ayudaba a recordar información importante, como nuevos clientes o proveedores, sino que también me permitía reflexionar sobre mis decisiones de compra y mis visitas a diferentes lugares. A menudo, me imaginaba lo fascinante que sería si todos llevaran un registro de sus gastos; eso generaría historias personales sobre lo que hiciste y dónde compraste, como una especie de blockchain de experiencias cotidianas.
En conclusión, la autorregulación y la tolerancia a la frustración son habilidades que requieren tiempo y esfuerzo para desarrollarse, especialmente en soledad.
A través de lecturas inspiradoras y experiencias personales, he aprendido que cada pequeño paso cuenta en el camino hacia una vida más equilibrada y consciente.
Estas habilidades no solo nos ayudan en lo personal, sino que también construyen las bases para enfrentar los retos de la vida con mayor resiliencia.
(Escrito el 23 de febrero de 2025-Hong Kong).
#SuperaciónPersonal