Pesos

De entre todas las consultas que he tenido llegó una muchacha a la que atiendo desde hace varios años, me sorprendió su visita porque no tenía que verla hoy, sin embargo, quiso con urgencia verme para saber si podía subir la dosis de sus psicofármacos. Cuando lo pregunté por la razón de su angustia, me conmovió una vez más su situación personal, ya que ha sido rechazada un sinnúmero de ocasiones en los lugares en donde se presenta para solicitar un puesto laboral de acuerdo a sus capacidades.

Ella cursa con un cuadro repetitivo de varios intentos de suicidio; esta eutimia alterada no tiene nada que ver con espectros bipolares, el ciclo menstrual, rupturas sentimentales, embarazo, posparto, lactancia, diabetes, hipotiroidismo y demás, sino por depresión mayor, en donde la sociedad y el entorno familiar que la rodea se llevan un porcentaje de responsabilidad.

Ya tiene 29 años, cuando la conocí estaba quebrada hasta lo sumo, tenía desfases importantes en cuanto a sus ritmos circadianos, infradianos y ultradianos, todo por un grupo de desadaptados que no se cansan de hacer daño, que, aunque se los eliminara con pesticidas o una simple mezcla de cal y cloruro de sodio, se reproducen como si fueran peor que la plaga de caracoles africanos.

Tiene un IMC superior a 35, lo que quiere decir que padece de obesidad mórbida y no es precisamente porque come demasiado, sino por una condición médica que afecta sus glándulas suprarrenales llamada Síndrome de Cushing, pero, ¿lo saben todos los ojos que la miran?, ¿lo saben todos los dedos que la señalan en la calle víctimas de una sociedad mercantilista y superficial?, ¿lo saben aquellos que no se cansan de ofender con epítetos amargos porque alguien usa ropa oscura, tiene barriga y cara redonda no solo con psoriasis?

¿Lo saben las empresas en donde mi paciente se presentó muchas veces para ocupar un cargo en el que podría rendir, pues está muy capacitada, hasta con una maestría, sin embargo, por el asunto del peso no tenía oportunidades laborales?, y si lo saben, ¿han dejado de lado absurdos impedimentos?

Ella sigue incluso un régimen con un nutricionista, hace ejercicio moderado porque no puede inclinarse por los de alto impacto debido a su problema de artritis e hiperuricemia ya prácticamente un paso a la gota; su condición médica es crónica y siempre le ha sido complicado encajar en una tierra que solo se ve al espejo todas las mañanas para admirarse a sí misma sin importarle por lo menos su propia familia.

Cuando me despedí de mi paciente después de un largo rato de platicar, recordé a un chico que atendí hoy con un problema de peso pero del lado contrario, pues padece de anorexia, en su caso, relacionado con uno de los TCA, trastornos psiquiátricos que atacan a la normal conducta alimentaria que como seres humanos poseemos.

Y bueno, ¿por qué se desarrollan los TCA?

Las razones son varias, desde químicas hasta sociológicas, por ejemplo, índices anormales de neurotransmisores cerebrales, generalmente relacionados con la serotonina; desajustes de neuropéptidos; la celiaquía; la distimia; el abuso sexual; las familias disfuncionales que ocasionan serios problemas psicológicos relacionados con la inseguridad; los medios de comunicación al mostrar altos estándares de lo que ahora para el mundo se considera belleza física; los gurús que abren una brecha entre el éxito y el fracaso personal.

Estos trastornos son alteraciones graves relacionadas con la perspectiva que se tiene hacia la comida. Ojo aquí: no son un estilo de vida, ya que pueden verse comprometidos órganos del cuerpo produciendo apoptosis o también muerte celular si no se tratan a tiempo. Dentro de este grupo existen más de 12 trastornos claramente identificados por sus síntomas, pero los más comunes, con los que un psiquiatra o un psicólogo se estrella en lo cotidiano son 3.

✓ ANOREXIA: Sé que la deben conocer incluso por cultura general, ya que se han presentado hasta películas en donde el tema central es esta lesión psíquica. Las personas que la padecen tienen un intenso miedo a engordar un solo gramo; huyen de los alimentos por alergia al sobrepeso; sí, todos debemos mantenernos sanos a través de lo que comemos, sin embargo, estos pacientes sobre exageran sus ideologías al punto de ocasionarle a sus cuerpos serios problemas.

Cuando se paran frente al espejo se miran como canelones, cuando en realidad sean más delgadas que un espagueti. De los trastornos mentales de este grupo, este es el que más alta tiene su tasa de mortalidad porque provoca conductas suicidas y también comorbilidades por inanición pues pueden llegar a tener ICM menor a 15. Se puede presentar de dos formas:

Purgativa (asume el uso indiscriminado de laxantes, enemas o diuréticos después de haber comido).

Restrictiva (su palabra misma la describe: el paciente no come nada y aumenta a su rigurosa dieta una dosis mortal de ejercicio físico extenuante, ya a niveles de la vigorexia). Vale la aclaración: el término anorexia también suele relacionárselo con un síntoma de enfermedad subyacente, ejemplo: la fiebre, problemas gastrointestinales, migrañas, etc...

Otro ejemplo serían las emociones debilitadas por sucesos recientes, es que, ¿quién tiene ganas de comer si se le presenta un problema?, generalmente la comida no nos pasa más allá del paladar blando, y esto no significa que la persona tenga el trastorno psiquiátrico, es solo momentáneo, pero hay que estar alerta de todas maneras y más si se trata de niñxs y adolescentes. El sexo femenino es el más vulnerable, aunque si se presenta en hombres, suele ser más compleja de tratar.

El componente psiquiátrico está relacionado con la distorsión de la imagen, el cual genera en estos pacientes depresión profunda, cuadros ansiosos, trastornos de la personalidad. Las manifestaciones clínicas por un cuadro de anorexia son muchas, pero mencionaré algunas para que tengan una idea: Osteopenia y osteoporosis; en hombres: disfunción eréctil por baja de testosterona; anemias; estreñimiento; daño cerebral y falla multiorgánica; pérdida muscular; hipoxemia.

Hipotermias; bradipnea; apneas; descenso del cortisol; hipoglicemias; pancreatitis; trastornos metabólicos; ictericias; leucopenias; gastritis; infecciones sistémicas; pelagra; acné; fragilidad capilar y ungueal, gingivitis y caries dentales; hirsutismo; arritmias y prolongaciones importantes del intervalo QT; en mujeres: infertilidad, descenso de la libido y amenorreas secundarias (ausencia total del ciclo menstrual).

✓ BULIMIA: En este caso pasa lo contrario a la anorexia pues el componente principal es la comida en exceso por tiempos cortos para luego, a través de la implementación del reflejo del vómito, regurgitar lo que ingirieron de manera voraz; existe siempre un sentimiento de culpabilidad enfermizo. Como la anorexia, quienes más padecen de este problema son mujeres de cualquier estrato socioeconómico, sin embargo, las adolescentes y jóvenes adultas son la población más atacada debido a su afán por mantener la esbeltez o sueño helénico, como suelo llamarle.

El componente psiquiátrico está relacionado con la angustia, la culpabilidad por falta de autocontrol, la compulsión, trastornos de la personalidad. Igual que la anorexia, mencionaré algunas manifestaciones clínicas en la bulimia: aspiración; neumotórax; escoriaciones de la mucosa oral; ruptura de esófago; disfonía; cefaleas; problemas renales; desequilibrio hídrico; alopecia.

Debilidad tanto de músculo liso como estriado; problemas de conducción cardiaca; esterilidad; oligomenorreas o metrorragias; desbalance hormonal; infartos cerebrales, de riñón y de corazón; bruscos cambios en el IMC; fatiga crónica; problemas intestinales, odinofagia; disfagia; inflamación de glándulas salivales; ERGE; laringitis; esofagitis.

✓ INGESTA COMPULSIVA O ATRACÓN: En este caso los pacientes que la presentan tienen periodos de ingesta descontrolada de más de 5000 calorías al día, incluso teniendo el estímulo cerebral de la saciedad en orden, sin embargo, no se inducen al vómito, ni a la toma de laxantes o diuréticos, tampoco realizan ejercicio físico pues suelen ser sedentarios, por eso, son personas generalmente que tienen sobrepeso y obesidad mórbida.

Cabe mencionar que este es uno de los trastornos más comunes en esta época de pandemia por el encierro y la aplicación de medidas restrictivas. El componente psiquiátrico está relacionado con el desbalance de la serotonina y la dopamina; con las adicciones y los síndromes de abstinencia; sentimientos de culpa y vergüenza; la irritabilidad; neurosis; ataques de ira; espectros obsesivos-compulsivos; aburrimiento; trastorno esquizotípico; también uno que otro caso relacionado con los TGD o trastornos generalizados del desarrollo; depresión severa.

Igual que la anorexia o la bulimia, algunas manifestaciones clínicas del atracón son las náuseas, vómitos; indigestiones; obesidad mórbida; diabetes, problemas del equilibrio; hipertensión; accidentes vasculares; desequilibrios hormonales y metabólicos; ERGE; ahogos; problemas cardiacos.

Para el tratamiento de los TCA se debe construir un equipo multidisciplinario, dependiendo del grado de afectación corporal, sin embargo, nunca deben faltar especialidades como: Nutrición (a través de la organización de un cuadro o tabla específica de alimentos); Medicina Interna (a través de la derivación a otras especialidades dependiendo del caso y también para que administre medicamentos idóneos en el manejo del dolor crónico y severo); Psiquiatría (a través de fármacos como los ISRS, ADT, antipsicóticos, entre otros para prevenir el acciones autolesivas y disminuir la tasa de suicidio); Psicología (a través de la Terapia conductivo-conductual, y grupos de apoyo).

El pronóstico de los TCA dependerá mucho del estado general, pero el tratamiento por regla dura aproximadamente de 5 a 6 años para evitar recaídas; algunos médicos consideran que incluso se extienda a un tratamiento de por vida por considerarse ya enfermedades con alto grado de cronicidad. La hospitalización se dará en la fase aguda, generalmente hasta que se recupere valores hemodinámicos, se nivele el IMC, etc.; ya luego un poquito más estable, a través de visitas por consulta externa.

¿Cómo identificar el problema para tomar acción?

Siempre recomiendo a los familiares de los pacientes dos palabras: Análisis integral. Apunten en una libreta signos que les hagan pensar que su pariente está pasando por un problema de anorexia, bulimia o atracón para que cuando vayan a consulta tengan sustento de lo que consideran importante, de paso, eso ayuda mucho en la construcción de una buena historia clínica. Aquí algunos:

✓ Inapetencia por varios días hasta el extremo de no comer a pesar de tener hambre.
✓ Ejercicio innecesario y extenuante.
✓ Delgadez de pómulos, cuello, hombros, muñecas.
✓ Subidones exagerados en el peso corporal.
✓ Compulsión por comer en exceso.
✓ Conceptos exagerados con referencia a la comida, a las dietas y al sobrepeso.
✓ Falta de autonomía.
✓ Introversión.
✓ Baja autoestima.
✓ Anti-sociabilización.
✓ La Pro-Ana (personas que consideran no una enfermedad a la anorexia, sino una subcultura a la que se debe apoyar como un estilo de vida).
✓ La Pro-Mía (lo mismo que la anorexia, pero forman la subcultura y apoyo con la bulimia, la consideran una práctica normal y no un desorden psiquiátrico).
✓ Inseguridad ante la vida.
✓ Compra secreta de laxantes, enemas y medicamentos que aceleren la diuresis.
✓ Trastorno dismórfico corporal.

Si notan este tipo de cambios repentinos en sus allegados es hora de que visiten un hospital o un centro de salud usando técnicas para convencer al paciente de que debe atenderse, porque como tienen desequilibrio emocional y mental van a pensar que son unos exagerados y se va a rehusar a tomar el consejo que les den; en estos casos jamás, jamás usen la agresividad, no obliguen por favor, no discutan con ellos ya que esto solo agudizará el cuadro y los pondrá en un paso más hacia la muerte en vez de hacia la restauración mental, emocional y corporal.

Mis pacientes...

A diario nos acosa la hegemonía del cuerpo perfecto lanzada a través de: comerciales con doble sentido; concursos de belleza en donde las tales reinas y reyes no aportan ningún progreso más que una que otra sonrisa fingida y promesas estériles sin sentido de la perspectiva; anuncios y desmedido uso de cirugías plásticas innecesarias, a veces devastadoras que no solo llevan a la muerte; revistas; RRSS; novelas televisadas y escritas llenas de huecas Mary Sue y fatales Gary Stu.

Nos acosan diseños de ropa; artículos de higiene personal; universidades y hasta por último los mismos salubristas que solo se enfocan en llenarse los bolsillos con cirugías extramas innecesarias. Mi paciente es una de las marginadas porque es mórbida, es una de las tantas personas en el mundo que, por un problema de salud que se externaliza es desplazada. He tratado muchas psiquis decaídas por culpa de la inconsciencia, exclusiones y exclusividades de cerebros fritos que creen tener la última palabra, que creen ser poseedores de la única verdad y facultad al decidir quién puede triunfar y quién no.

¿Cuándo aprenderemos a cerrar la boca en el padecimiento ajeno y abrirla solo para curar o si es que nos lo han pedido? ¿Hasta cuándo no dejamos de pisotear al resto para sentirnos importantes en medio de presiones sociales para ser aceptados entre las sobajaduras? ¿Hasta cuándo no dejamos los moldes de lado? ¿Hasta cuándo dejaremos de nadar junto con las corrientes del prejuicio? ¿Hasta cuándo no dejamos de ser obesos mórbidos que causan mortalidad al otro que en verdad está más sano a pesar de tener un peso elevado?

Con sinceridad, creo que nunca lo lograremos como sociedad unida y es porque tengo claro que lo que dice el escritor español Carlos Ruiz Zafón en un libro llamado El Juego del Ángel, es una realidad en un mundo amante a Narciso:

El incompetente siempre se presenta a sí mismo como experto; el cruel como piadoso, el pecador como santurrón; el usurero como benefactor; el mezquino como patriota; el arrogante como humilde, el vulgar como elegante y el bobalicón como intelectual.

Gracias por acompañarnos en esta entrada de principio a fin. Quiera mi Amo, Creador y Sustentador, permitirnos a mi esposa y a mí compartir una nueva entrada con quien desee leer.

Que tengan un próspero día, lleno de placeres, también buenos y agradables momentos, sea en el silencio de la soledad o en el bullicio amado que nos brinda la vida familiar. Que no les falte la provisión material no solo para llenar sus graneros, sino también para compartir.

Que no les falte la sanidad física para alcanzar sus metas, y, sobre todo, que no les falte nunca la empatía, la compasión y también la astucia para no dejarse atrapar de la morbilidad no solo mental, sino del corazón.

Ha sido un placer y bendición escribir para ustedes, por ustedes, con ustedes.

Atte,

La familia RebeJumper ©