Un ¡NO! a la violencia.

Hola estimada familia de #blurt. Hoy quiero abordar un tema muy importante y cada vez más inquietante: la violencia.

Aunque actualmente existen muchas formas de violencia me centraré en la que me aqueja a modo personal, la violencia en las escuelas, comúnmente conocida como bullying.

Cada vez son más los niños (as) que la sufren; cada vez son más los pequeños violentos que se suman a esta epidemia que tristemente no se reduce sino que aumenta; cada vez son más las víctimas... Entre ellas mi hijo.

Hace unos pocos días fui a su escuela a recogerlo, como tengo por costumbre. Para mi sorpresa justo minutos antes había tenido un percance con un compañerito del aula. Ese niño de solo 9 años es rey en indisciplina. Lleva tres cursos continuos acabando en la escuela, para las maestras es imposible lidiar con él y para los alumnos peor. Pero la situación actual es insostenible.

Muchas madres hemos acudido a la dirección y a otras ramas administrativas de la escuela en plan queja. En vano, la situación continúa y parece no acabar.

Excusas y más excusas; justificaciones vacías para con el violentador y abusador, porque eso es lo que es. Oportunidades que desperdicia a cada paso porque el abuso y acedio hacia sus compañeros continúa.

Realmente con mi hijo nunca había tenido problemas, algo de extrañar ya que de los 30 niños que tiene el grupo una cifra considerable ha presentado conflictos personales. El caso es que se atrevió a golpearlo sin razón.

En cuanto supe de lo ocurrido acudí a la maestra y conversé con la madre del menor, molesta pero con toda mi razón y derecho. Les expresé mi negativa a que la situación se repita y mi temor a que pueda ocurrir algún desenlace fatal con uno de sus amigos. Si bien dejé claro que al mío no puede ocurrirle nada porque las consecuencias serán catastróficas...

Expliqué que conozco mis derechos y los de mi hijo y que no dudaré en acudir a las autoridades pertinentes en busca de esa solución definitiva, que será la expulsión del menor de la escuela. Cosa que debió ocurrir desde que el susodicho comenzó a presentar problemas de violencia.

De sobra se que este tipo de niños debe ser enviado a una escuela de conducta porque atacar a los demás es su pan de cada día. Pero no acaban de tomar la decisión y la situación es insostenible.

Acoso, temor, amenazas, golpes... Es un martirio constante al que somete a los demás niños que solo buscan aprender y crecerce en la vida. Medidas que son un fracaso total, que si un psicólogo, que si estimularlo, que si ayudarlo a socializar, que si tiene derecho a ser comprendido... Y yo me pregunto:

¿En qué momento su derecho pasó a ser esencial, incluso por encima de los de los demás pequeños?

¿Cómo es posible que haya que continuar tolerando la violencia hacia los demás sin que se le acabe de explusar de la escuela?

¿Qué espera esa madre para parar la mala conducta de un hijo que desde los seis años muestra agresividad contra otros sin motivo alguno?

Pienso en el futuro que le espera y sinceramente no creo que de ahí pueda salir nada bueno... Ojalá me equivoque pero algo me dice que no.

Volviendo a la situación con mi hijo, me desahogué y le expresé todo cuanto llevaba tiempo cargando, tanto a los directivos como a la madre. Ella me miró como si no fuese culpable de nada y simplemente expresó:

-¡Ya yo no puedo con él!-

Ahí mismo casi me infarto. ¡¿Cómo es posible que no pueda con su hijo de 9 años?! No alcanzo a comprender ese tipo de respuestas que no son más que la justificación a una educación defectuosa o llena de carencias.

Respiré profundo y tragué en seco para decirle con toda la franqueza del mundo:

-Si no puedes con tu hijo es asunto tuyo. Las que si no podemos seguir soportando su desastre somos nosotras, las madres que nos desvivimos por guiar y cuidar a nuestros hijos, las que los educamos y les mostramos respeto hacia los demás.

Me miró apenada y solo bajó la cabeza.

Yo le recordé que esta era la primera vez pero también sería la última que agredía a mi hijo porque la escuela es un centro de respeto no una selva de animales salvajes. Le expliqué que no dudaré en acudir a la policía de menores para que tomé cartas en este asunto, cosa que debían haber hecho desde hace tiempo. Volteé la espalda y me fui.

Aún la impotencia no se me quita. Conversé con mi hijo, un niño apacible lleno de buenos sentimientos. Conversé con otros de sus amiguitos, con sus madres y abuelas y todos coincidimos en lo mismo, ese tipo de conducta es intolerable.

Esas caritas de los pequeños que han sufrido abusos no se me va de la cabeza, me da vueltas una y otra vez, me atormenta los sentidos.

Recuerdo que en mi tiempo de estudio rara vez se veían situaciones así y si por casualidad se daban, las medidas eran drásticas: expulsión del centro, inclusive si eran niños reincidentes los mandaban para escuelas de conducta.

Y ahora mucho se habla de los derechos y no se cuántas sandeces pero no resuelven nada. Quieren darle oportunidades a esos que no las merecen y terminan obligando a los inocentes a soportar maltrato y abusos que a largo plazo terminan afectando su estabilidad emocional...

Pero quejarse es prácticamente en vano... Esto es de locos, es incomprensible.

Eso sí, en mi caso es distinto porq soy hueso duro de roer y aunque me considero una persona extremadamente humana, rebosante de buenos sentimientos, también se defenderme y defender a los míos como leona feroz.

Espero y deseo por el bien de esa criatura que cambie su forma de actuar, que tome el buen camino. Ojalá que así sea. El tiempo lo dirá.

Me despido por hoy, deseando todo marche bien para todos en todo ámbito y haciendo un llamado a la reflexión sobre un tema tan importante como este.

Un abrazo desde mi Cuba bella hasta ese rinconcito donde palpitan sus corazones.

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