Belleza y Dulzura del campo.

Hoy regresé al campo, a ese donde viví hasta hace unos meses. Ese campo alegre y hermoso que tanto me gusta.

En el camino, ya bien cerquita de mi antigua casa, me encontré con estas vistosas "guirnaldas." Así se le conoce a estas enredaderas que florecen en los meses de diciembre y enero no solo para vestir los campos cubanos de gala con el más maravilloso vestido blanco de seda, sino también para endulzarlo.

Y es que estas florecillas tienen una característica peculiar: son la atracción especial de las abejas y gracias a ellas estos insectos logran una miel exquisita al paladar más refinado: súper dulce y tan clarita que parece transparente. Esto según los campesinos quienes en esta época reciben esta maravillosa guirnalda como un preciado regalo.

Yo en lo personal tuve la oportunidad de probar la miel en varias ocasiones y he de decir que no es rica, ¡es deliciosa! Su color se diferencia de otras mieles que suelen ser más oscuras. Aunque la verdad es que todas las mieles me fascinan.

Retomando el tema central, al ver el espectáculo que tenía delante paré la bicicleta, me aparté de la carretera y ya de pie me acerqué a contemplarlas lo más cerca que pude, con miedo, pero pudo más el deseo de fotografiar esta maravilla para eternizar el momento y claro que sí, también para compartirlas con ustedes.

Confieso que me imaginé totalmente picada por las abejas, la piel se me erizó... pero siempre escuché de los más viejos y sabios del campo que las ellas no suelen atacar si no se sienten amenazadas, con lo cual me serené un poco ya que trataría de no incomodarlas. ¡Y lo logré! ¡Salí ilesa!

Pude captar estas imágenes de las que me enamoré, pues las abejas siempre han sido de mi interés personal. Para mí son los insectos más laboriosos del planeta y su rol es fundamental. Sin ellas la polinización no sería igual y por ende los frutos tan necesarios no abundarían. Se que las mariposas y otros insectos también juegan su papel en este sentido, pero para mi las abejitas superan todo con creces.

Y qué decir de la miel, un producto tan saludable y hasta medicinal. ¡Cuántas cosas son capaces de lograr con cada paseo por las flores! Además de que adornan a la perfección.

Había tantas a mi alrededor que el zumbido era incesante. Parecían maquinarias a todo motor 😁 y yo en medio intentando no molestar a la vez que las perseguía con mi lente en modo zoom intentando captar toda su gloria.

¿Cuántas había? Imposible decir una cifra. Solo se que no exagero cuando digo que al menos cada tres flores había una diminuta amiguita voladora buscando el néctar. Y noten ustedes cuántas flores se pueden observar en este pequeño video que tomé y que subí a mi perfil de Youtube para que puedan apreciarlo. Deseaba que hubiese un silencio sepulcral para que pudieran escuchar el sonido de su aleteo y vibraciones, pero esa carretera es bastante transitada y mi deseo era un imposible. Aún así en estos pequeños segundos está la idea que les quiero transmitir.

Ante la posible preocupación que puedan mostrar por la situación peligrosa a la que decidí enfrentarme, les diré que no soy alérgica a la picadura de las abejas. Lo sé porque cuando tenía unos siete años aproximadamente fui picada por una que, sin saber cómo ni por qué, se encontraba en el baño de mi casa, justo en la blusa que me puse luego de ducharme, ajena a todo hasta que sentí el aguijón.

Lloré casi una hora, no exagero, fue doloroso, jamás lo olvidé. Pero gracias a Dios mi cuerpo no tuvo reacción alguna y solo fue uno de los tantos episodios dolorosos de mi infancia 😉😂 y nada más. A pesar de eso no me volví temerosa de estos insectos y supe que lo ocurrido fue un simple error, o casualidad, como quieran pensar.

Con el paso del tiempo aprendí acerca de su papel en el planeta y no solo las respeté sino que las comencé a admirar. Luego tuve mi propio jardín florecido en el cual las ví revolotear y al igual que las mariposas, les tomé cariño. He de decir que mis niños jugaban por doquier y jamás fueron lastimados por ninguna, máxime que frente a la casa hay una colmena natural en el tronco de un árbol. Con lo cual considero cierto el hecho de que ellas no suelen atacar a las personas a menos que se sientan amenazadas.

Esto es todo. Espero que cada una de las imágenes resulte de su agrado. A mí me fascina ver cómo se lanzan de cabeza para luego emerger y continuar revoloteando. Y esas patitas embadurnadas de polvillo mágico...

Algunas de las instantáneas pudieran parecer repetidas porque las abejas y este tipo de flores son iguales a la vista. Pero son diferentes y cada florecilla alberga una vida repleta de polen, alegría, dulzura y sobre todo: un futuro para los seres humanos.

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Imágenes propias tomadas con mi celular. Prohibida su distribución.