El cansancio es parte de esforzarte en avanzar. Es algo que a veces queremos evitar o negar, como si fuese una señal de debilidad, pero en realidad, es un recordatorio de que estamos vivos, de que estamos moviéndonos hacia algo que consideramos importante. Quiero hablar de este tema porque sé que todos hemos sentido, en algún momento, ese agotamiento que parece detenernos, pero que, paradójicamente, también nos impulsa a reflexionar y seguir adelante.
Es curioso cómo solemos asociar el cansancio con algo negativo, como si significara que estamos haciendo algo mal. Sin embargo, ¿qué sería de nosotros si nunca nos cansáramos? El cansancio, aunque incómodo, es una prueba de que estamos saliendo de nuestra zona de confort, esforzándonos por alcanzar algo que realmente nos importa. Claro, hay días en los que parece que nos pesa más de lo habitual, y eso es normal. No somos máquinas, y nuestro cuerpo y mente necesitan esos momentos para recordarnos que no todo debe ser velocidad, que también se vale pausar y recargar energía.
Avanzar no siempre es fácil. Hay días en los que sentimos que todo fluye, y otros en los que cada paso parece una batalla. Es en esos días difíciles cuando el cansancio se siente más presente, casi como una sombra que nos acompaña. Pero si miramos bien, también es una señal de progreso. Uno no se cansa de quedarse quieto, uno se cansa de avanzar, de empujar los límites, de construir algo que vale la pena.
A veces, el cansancio nos lleva a cuestionar si estamos en el camino correcto, y eso está bien. Reflexionar es parte del proceso. Tal vez no se trata de hacer más, sino de hacerlo de manera diferente. Tal vez sea un momento para reajustar nuestras prioridades, para recordarnos por qué comenzamos en primer lugar. Es en esos instantes de pausa que encontramos claridad, que volvemos a conectar con nuestra motivación.
El error está en creer que el cansancio es el fin. En realidad, es un alto en el camino, una oportunidad para revalorar lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Cuando miramos atrás, muchas veces descubrimos que los momentos de mayor esfuerzo, esos en los que sentíamos que no podíamos más, son los que nos llevaron a los logros que más valoramos. Porque avanzar no siempre se siente glorioso en el momento; a veces, se siente pesado, agotador. Pero es después, cuando vemos los resultados, que entendemos que todo valió la pena.
El cansancio también nos enseña a ser compasivos con nosotros mismos. Nos recuerda que no tenemos que ser invencibles, que está bien pedir ayuda, tomar un descanso o simplemente reconocer que estamos haciendo lo mejor que podemos. Es una invitación a respetar nuestros límites, pero también a explorarlos, a descubrir hasta dónde somos capaces de llegar cuando combinamos esfuerzo con cuidado propio.
Quiero invitarte a ver el cansancio de otra manera, no como un enemigo, sino como un compañero en este viaje de crecer y avanzar. Es una señal de que estás vivo, de que estás trabajando por tus sueños, de que estás haciendo algo significativo. Así que, cuando el cansancio toque a tu puerta, escúchalo, respétalo, pero no lo dejes detenerte. Sigue avanzando, porque al final, todo esfuerzo tiene su recompensa.
** Your post has been upvoted (25.75 %) **
Curation Trail is Open!
Join Trail Here
Delegate more BP for bigger Upvote + Daily BLURT 😉
Delegate BP Here
Upvote
https://blurtblock.herokuapp.com/blurt/upvote
Thank you 🙂 @tomoyan