Las palabras tienen un poder que a menudo subestimamos. No solo influyen en quienes nos rodean, sino que también modelan nuestra percepción de nosotros mismos. Lo que nos decimos a diario, de manera consciente o inconsciente, moldea nuestra autoestima y bienestar emocional. Cada pensamiento que repetimos y cada juicio que emitimos sobre nuestra persona se convierten en verdades que nuestra mente acepta sin cuestionar. Si nos hablamos con dureza, con críticas constantes y descalificaciones, poco a poco minamos nuestra confianza y nuestra capacidad de afrontar la vida con optimismo.

El diálogo interno que mantenemos es determinante. Cuando nos repetimos frases como "no soy suficiente", "nunca lo lograré" o "no merezco cosas buenas", estamos programando nuestra mente para que lo crea. Las palabras negativas se arraigan en nuestro inconsciente, y sin darnos cuenta, comenzamos a actuar de acuerdo con esas creencias limitantes. Nos frenamos antes de intentar algo nuevo, dudamos de nuestras capacidades y terminamos saboteando nuestras propias oportunidades.
Por el contrario, si elegimos hablarnos con amabilidad y comprensión, el efecto es transformador. No se trata de engañarnos con afirmaciones irreales, sino de ser conscientes del impacto de nuestras palabras y elegir un lenguaje que nos impulse en lugar de debilitarnos. En vez de decir "soy un fracaso", podemos reconocer "hoy no salió como esperaba, pero sigo aprendiendo". En lugar de repetir "no soy bueno en esto", podemos reformularlo como "puedo mejorar con práctica y paciencia". Son cambios pequeños en la forma de expresarnos, pero con un impacto profundo en la manera en que nos sentimos y nos enfrentamos a la vida.

El poder de las palabras también se refleja en la forma en que nos comunicamos con los demás. Lo que decimos a quienes nos rodean, especialmente a quienes queremos, puede construir o destruir. Un comentario hiriente puede dejar cicatrices invisibles, mientras que una palabra de aliento puede marcar la diferencia en la vida de alguien. La manera en que nos dirigimos a otros influye en nuestro propio bienestar, porque cuando cultivamos un lenguaje positivo y alentador, también reforzamos esas mismas actitudes dentro de nosotros.

Ser conscientes de cómo nos hablamos y hablamos a los demás es un acto de amor propio y de responsabilidad emocional. No siempre es fácil cambiar patrones de pensamiento arraigados, pero es posible con práctica y determinación. Podemos empezar por observar nuestro diálogo interno sin juzgarlo y hacer pequeños ajustes en nuestro lenguaje. Podemos elegir rodearnos de personas que nos hablen con respeto y nos impulsen a crecer. Podemos recordar que cada palabra que pronunciamos tiene un eco en nuestra mente y en la de quienes nos escuchan.
Las palabras pueden ser cadenas que nos atan o alas que nos impulsan. La elección es nuestra.

Congratulations, your post has been upvoted by @dsc-r2cornell, which is the curating account for @R2cornell's Discord Community.
Enhorabuena, su "post" ha sido "up-voted" por @dsc-r2cornell, que es la "cuenta curating" de la Comunidad de la Discordia de @R2cornell.
** Your post has been upvoted (28.43 %) **
Curation Trail is Open!
Join Trail Here
Delegate more BP for bigger Upvote + Daily BLURT 😉
Delegate BP Here
Upvote
https://blurtblock.herokuapp.com/blurt/upvote
Thank you 🙂 @tomoyan