El Enigma de las Desapariciones en el Tren (Capitulo 1) [ESP/ENG]

Rai Silva, el detective endurecido por innumerables casos sin resolver, finalmente decidió tomarse unas vacaciones. La elección de viajar en tren no fue casualidad; recordaba con cariño los viajes que solía hacer con su abuelo cuando era niño. Era su manera de desconectar del bullicio de los casos y sumergirse en una nostálgica travesía por el pasado.

El tren, con sus vagones y ventanas de cristal empañado, evocaba imágenes de tiempos más simples. Rai se acomodó en su asiento de terciopelo rojo, dejando que la suave vibración del tren y el sonido monótono de las ruedas sobre los rieles lo llevaran a un estado de relajación.

Mientras el tren avanzaba lentamente, Rai se sumía en sus recuerdos, mirando por la ventana y dejando que la brisa fresca le acariciara el rostro. Los campos verdes y los pequeños pueblos a lo largo de la ruta parecían sacados de un cuadro nostálgico. La melancolía de los días más simples llenaba sus pensamientos, y por un momento, se permitió olvidar la carga de su trabajo.

Sin embargo, la paz de Rai se vio abruptamente interrumpida por los gritos desesperados de una mujer. Una pasajera, con lágrimas en los ojos, clamaba por ayuda. Su marido había desaparecido sin dejar rastro, y la desesperación llenaba el vagón.

Rai, hastiado y decidido a no dejarse arrastrar por el trabajo incluso durante sus vacaciones, inicialmente optó por ignorar la situación. Dejó que el personal del tren se hiciera cargo del problema mientras él se reclinaba en su asiento, decidido a retomar el ansiado descanso.

El detective cerró los ojos, intentando volver a sumirse en la tranquilidad de sus pensamientos, pero el destino tenía otros planes. Poco tiempo después, otra persona desapareció misteriosamente. La intriga y la curiosidad se apoderaron de Rai, quien, a regañadientes, se vio arrastrado nuevamente al mundo de los misterios sin resolver.

Decidió abordar la situación con su astucia característica. Se dirigió hacia el personal del tren y les preguntó cuál era el problema, pero ellos lo apartaron. Rai sacó su identificación, momento en el cual todos se volcaron hacia él después de saber que era un detective. Comenzó a hablar con los testigos, a observar cada detalle del tren y a interrogar a los miembros del personal.

En eso estaba cuando vio a una mujer temblando al borde del llanto. Se acercó y le preguntó si se encontraba bien. Ella, nerviosa, suspiró y asintió con la cabeza sin decir palabra alguna. Intentó huir, pero Rai la tomó del brazo, obligándola a sentarse nuevamente.

A medida que profundizaba en la interrogación, descubrió que las personas desaparecidas no solo compartían el mismo tren, sino también una conexión más profunda. La mujer llamada Ana, estaba segura que sería la tercera víctima de desaparición y se lo confesó a Rai. Estaba tan asustada que le reveló todo.

Así fue como el detective descubrió que los dos hombres desaparecidos tenían acusaciones de asesinato, y ella había presenciado todo, aunque nunca se atrevió a denunciarlos por temor. Por esa razón, sabía que aquellos detrás de este misterio la harían desaparecer también. La verdad surgía lentamente, tejiendo un enigma más intrincado de lo que Rai había previsto. El traqueteo constante del tren se entrelazaba con la tensión que llenaba el vagón, mientras todos se enfrentaban a un enigma que amenazaba con desentrañar sus vidas...