Sobre el sexismo...

in blurt-1683810 •  3 months ago 

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Me he tomado unas merecidas vacaciones, y después de casi un mes vuelvo a escribir. Suele pasar seguido conmigo, puesto que tengo otras ocupaciones que están dentro del libro de mis prioridades, las cuales, trato siempre de mantener en orden y escribir no es una de ellas, no porque no me guste, sino porque mi cabeza a veces no da para más, o mis dedos no tienen nada que decir, y prefiero no inventar, a escribir por escribir sin son ni ton.

Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, por eso mismo es que en donde me encuentro, me siento relajada, con una taza de tinto y un masajeador eléctrico para los pies, en realidad es una maravilla de la invención humana, me lo compró mi papá en este viaje que hizo al extranjero y como creyó que era útil, ¡cuánto le agradezco el gesto!

Ah, tampoco puedo olvidar el ingrediente perfecto que me brinda una experiencia auditiva a través de unas cuantas melodías, ideales para mis momentos de mayor relax en el fin de semana... esta vez le tocó a uno de los grupos latinos que más escuché en su momento por la hermosa voz (en ese tiempo de glorias pasadas) de Jorge González.

Hace dos días terminé de leer un libro que lo tenía relegado en mi anaquel: La vorágine, del escritor colombiano José Eustasio Rivera Salas, y desde ayer estoy con otro en la cartera, el cual me trae recuerdos gratos desde la primera vez que lo leí: Eugenia Grandet, del escritor francés Honoré de Balzac.

En el entretiempo, hasta que llegaran mis compañeras para disponer de nuestra hora de almuerzo, me puse a darle una ojeada a las páginas en donde me quedé, pero me interrumpieron en lo mejor. Puse mi separador para no perder el capítulo, cerré el libro y salí sin antes dejar cerrada mi oficina.

Ya en el restaurante, comenzamos a ordenar y hasta que trajeran el pedido, noté a una de mis compañeras algo molesta, entonces le pregunté cuál era el lío y empezó a contarnos el chisme, y es que las peleas de pareja son normales en la relación, pero no hay que pasarse tampoco porque todo se torna tóxico y muy desagradable.

Ella convive con un chico desde hace varios años, ¿y qué pasó?, es muy probable que terminen separándose porque ha comenzado a notar, por parte de él, ciertas posturas sexistas relacionadas con los salarios que ambos ganan; si bien los comentarios son solo eso y deben resbalarnos de la piel sin lastimarnos, generalmente se transforman en acciones futuras que si no se frenan... bueno, pueden responderse a sí mismos.

No sé hacia dónde los lleve el conflicto, pero este es un caso en que el amor no puede solucionar todo al cien por ciento porque también se requiere de cerebro y una balanza para equilibrar las cosas en lo cotidiano y en la convivencia.

El sexismo es una problemática arraigada profundamente en nuestras sociedades, manifestándose de múltiples formas y afectando a personas de todos los géneros, aunque históricamente las mujeres han sido las más perjudicadas. Reflexionar sobre el sexismo implica no solo entender su existencia, sino también reconocer cómo se perpetúa y cómo podemos contribuir a su erradicación.

El sexismo es una barrera que limita el potencial humano, creando desigualdades que se reflejan en todos los ámbitos de la vida: profesional, personal, educativo, y cultural. En el trabajo, muchas mujeres enfrentan disparidades salariales, menor representación en puestos de liderazgo, y acoso laboral. En la educación, las expectativas y estereotipos de género pueden disuadir a niñas y mujeres jóvenes de seguir carreras en campos dominados por hombres, como la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

El impacto del sexismo va más allá de las estadísticas y cifras; afecta la autoestima, la confianza y la salud mental de quienes lo sufren. Las microagresiones diarias, los comentarios despectivos y las actitudes condescendientes son ejemplos de cómo el sexismo se infiltra en las interacciones cotidianas, minando lentamente el amor propio y la dignidad de las personas.

Reflexionar sobre el sexismo también significa reconocer los esfuerzos y avances hacia la equidad de género (dejando de lado las exageraciones o extremismos, claro) Los movimientos en pro de la igualdad han jugado un papel crucial en visibilizar las injusticias y promover cambios legislativos y culturales; las campañas de concienciación, la educación y las políticas de inclusión son pasos esenciales para construir una sociedad más justa.

El compromiso debe ser constante, creo que total y consciente, pues implica cuestionar nuestras propias creencias y comportamientos, y estar dispuestos a aprender y desaprender, a cambiar, a comprender. Significa apoyar a quienes luchan por la igualdad, amplificar las voces de las mujeres y otras personas marginadas, y trabajar activamente para crear espacios más inclusivos sin caer en lo ridículo.

La lucha contra el sexismo no es solo responsabilidad de quienes lo padecen, sino de toda la sociedad. Al final del día, un mundo libre de sexismo es un mundo en el que todos pueden desarrollarse plenamente, sin restricciones impuestas por su género. La verdadera igualdad no solo beneficia a las mujeres, sino que enriquece y fortalece a toda la humanidad, es lo que creo y lo que practico con los ojos cerrados, pero también abiertos cuando es necesario.

Amigas, Amigos, Amigues, que Dios los bendiga enormemente en este fin de semana y gracias por la visita.

Saludines, camaradas blurtinenses!!

 @hilaricita.gif

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