Las Aventuras de Corcho Marcano [9]

El capitulo anterior:
Acá

El Águila y la celopata

El Águila reduce la velocidad para apearse a la acera y terminar de aproximarse hasta el costado del hombre de la maleta, cuando escucha un claxonazo!!! en su oreja izquierda que lo deja sordo, acto seguido tuvo que clavar los frenos y hacer uso del freno de mano con rapidez para evitar un colisión!!!, en una maniobra digna de los pits de la formula 1, pasa colándose por el costado izquierdo de su auto casi que besando la carrocería de su pequeño rojo y negro un taxi amarillo que se detiene frente a el y robándole a su posible pasajero!!!, el Águila indignado saca la mitad de su cuerpo por la ventanilla, ejecutando una contorsión solo reservada para una diminuta gimnasta olímpica pero imposible para un hombre de su tamaño y peso, entonces a todo lo que le daba su voz le recuerda al chofer rival del taxi amarillo toda su parentela hasta la décimo cuarta generación!!!.

El taxi amarillo parte un minuto después con el hombre de la maleta abordo sin ofrecer pelea, entonces la mitad del cuerpo del Águila vuelve adentro de su auto, el Águila furioso le da un violento manotazo al volante de su vehículo!!!, pero pronto recuerda que su pequeño y fiel rojo y negro no tuvo la culpa, buscando a quien achacarle la mala suerte de aquel día de mierda!!!, todas las papeletas se las lleva la reputada camisa hawaiana!!!, si llevara puesta la gloriosa camiseta de los eternos campeones sus LEONES!!!, esto no estuviera pasando, estaba a punto de arrancársela y quedar en guarda camisa, cuando una despampanante morena llevando unas gafas oscuras mas coquetas que las suyas abre la puerta de atrás y sin preguntar o pedir permiso se monta en su auto y le grita las palabras que todo taxista que se precie de serlo sueña con escuchar al menos alguna vez en su vida.

-Arranque y sigue a esa taxi amarillo!!!.

El Águila vuelve al juego, arranca violentamente e inicia la persecución del maldito taxi amarillo por las calles atiborradas de vehículos de la caótica ciudad Caótica!!!, no era la primera vez que en sus 16 años y medio de carrera como taxista en aquella mega ciudad escuchaba aquella frase, pero todas las veces que la había oído siempre era como si escuchara una dulce melodía por primera vez, en las películas y series de televisión donde solían invocar aquel mas que un grito un clamor de angustia y necesidad extrema, siempre se trataban de unos espías o agentes camuflados de la ley persiguiendo al malo de turno de la ficción, pero un taxista como el Águila sabia muy bien que el 99% de las veces que dichas palabras eran proferidas imperiosamente desde el asiento trasero de un taxi solo podían ser por una cosa, por celos!!!.

Celos malditos celos, porque te matan si no hay razón!!!, dice un extracto de la letra de un famoso bolero que en la voz del inigualable Felipe Pírela es un poema hecho canción, el Águila analiza a su pasajera y la situación, la morena había salido por la puerta del mismo edificio en donde se encontraba en frente parado el hombre de la maleta, era por tanto la esposa, novia o tal vez la amante del sujeto, entonces escucha que la mujer murmulla -ese muérgano de Arturo!!!-, el taxista no se había equivocado, la morena venía en el asiento de atrás inclinada hacia al frente justo a su espalda, su cabeza sobresalía por el lado derecho de su rostro, casi que cachete con cachete iba la bella mujer con la mirada al frente para no perder detalle de la persecución, a cada cambio de rumbo, frenazo o semáforo en rojo, la mujer maldecía y gritaba -no lo pierda, no pierda a ese muérgano!!!-, el Águila no sabía nada de psiquiatría pero un comportamiento tan errático no podía provenir de una persona cuerda, la morena estaba loca de celos, trato entonces de entablar una conversación con la morena para apaciguar sus ánimos, la mujer sujetaba tan fuerte el espaldar de su asiento que podría desprender un pedazo del mismo en cualquier momento.

-¿Mi señora que pasa aquí, a quien perseguimos?.

-A mi marido, ¿a quien mas?, siga a ese muérgano!!!.

-Entendido mi señora, pero quizás seria una mejor opción que contratara los servicios de un buen detective privado para seguirle la pista a su esposo, estas persecuciones suelen ser muy riesgosas!!!-, aprovechaba el Águila tratando de conseguirle un nuevo caso a su álter ego el detective Corcho Marcano!!!.

-¿Detective privado?, no sea pendejo chofer, ¿ de donde Carajos vamos a sacar a un detective a estas horas de la noche?.

La mujer tenía razón, el Águila parecía pendejo, no podía dejar que la morena supiera que era un detective en sus ratos libres o viceversa, su intentona falló, pero el interloquio sirvió para que la mujer se relajara un poco y abriera su corazón herido soltando todo el veneno que tenía en contra de su marido, según le explicaba la morena, el muérgano de su esposo, llamado Arturo y apodado el Turro, le había informado esa tarde cuando llego al apartamento que habia salido un viaje imprevisto de su empresa a una convención para esa noche, ella por supuesto que no era ninguna tonta, sabía muy bien que dichos viajes se preveen en la agenda y los informan con días de antelación no eran cosas de última hora, ademas ese noche el equipo deportivo favorito de su marido disputaba una final, allí fue que le pillo la mentira, porque actúo toda una escena en el apartamento por lo molesto que estaba por tener que armar maleta y salir esa misma noche de viaje para el aeropuerto internacional en La Guaira!!!, el Águila cerro los ojos un segundo agradeciéndole al cielo que el sujeto iba para el aeropuerto, no se habia equivocado en su análisis anterior, la mujer termina su exposición, asegurando que el muérgano de Arturo no iba para ningún aeropuerto si no para casa de alguna novia!!!, el Águila cruzaba los dedos para que estuviera equivocada, entonces recordó un detalle y no pudo evitar preguntar.

-¿Y entonces para que se llevo una maleta señora?-, la morena duda por unos segundos y contesta

-Aja!!!, entonces el muérgano del Turro se va de viaje con la novia y yo la pendeja me tengo que quedar en la casa a limpiar y planchar!!!, dele chola, no lo pierda!!!.

-Entendido señora, pero no se preocupe ese maldito taxi amarillo me la debe.

-Vamos debe ir para casa de la novia a recogerla, ¿ usted tiene un bate en la maleta ?.

-Ay Dios!!!, mi señora no.

-Entonces me presta la llave de cruz, esa pega mas duro!!!.

-No traigo repuesto mi señora!!!.

-Me lleva la que me trajo!!!.

El Águila tuvo que mentirle para calmar un poco los ánimos de la fiera que llevaba en el asiento trasero de su auto, lo cierto era que el rojo y negro iba en el aire, no tenía caucho de repuesto en su maleta desde hace meses, los pesos apenas alcanzaban para comer, aunque si tenía una llave de cruz y hasta un buen bate de madera!!!, cuando el Águila tomaba posesión del rojo y negro, el Querubín se quedaba en la oficina del detective privado, pero aun el Águila necesitaba como protegerse, en este caso hacerse el desentendido era la mejor opción, un experto taxista como el en estas lides de una persecución por celos sabía que su labor detrás del volante se debía limitar a llevar y traer, tal vez ayudar el alma en pena de su pasajero celopata escuchando su historia, o aliviar su pesada carga dándoles algún buen consejo, pero involucrarse mas allá de esto era cosa muy seria para los de su gremio, eso sí, a menos que fuera cosa de vida o muerte y en este caso, no prestarle el bate, la llave de cruz o algún otro objeto contundente a la morena seguro le salvaría la vida al muérgano de su marido el Turro!!!.

Pero el taxi amarillo seguía zigzagueando por entre el trafico de la ciudad, doblando aquí y allá hasta que llego a una salida a la autopista, unos minutos después tomaba la carretera de la costa rumbo al aeropuerto, la morena se habia equivocado, Arturo no se había detenido en el camino a recoger a ninguna novia, todo parecía indicar que el esposo de la morena se iba solo de viaje a una convención por trabajo, en este punto el Águila sacaba las cuentas, la bella morena estaba errada, pero su celopatía le harían ganar 200$, seria un tranquilo viaje de ida y vuelta hasta el aeropuerto, trayendo de regreso a la celosa, pero el diablito de los celos no dejaba de atormentar a la preciosa esposa del Turro o ¿quizás el experto taxista era el errado?.

-Mi señora esta vía es la que conduce al aeropuerto, creo que su esposo si se va de viaje a la convención!!!.

-¿Pero que paso aquí, porque no paso recogiendo a la novia?, ese muérgano seguro se dio cuenta que lo estamos siguiendo y se fue directo para el aeropuerto para despistarnos!!!, ya puso la torta chofer.

-Un momento!!!, mas respeto mi señora, eso es imposible, si algo se hacer yo es perseguir a un auto sin ser visto!!!-, dijo tajante el Águila.

Pero en aquel momento no hablaba solo el taxista si no también su álter ego el detective privado Corcho Marcano, durante toda la persecución, ambos detrás del volante habían guardado una distancia mucho mas que prudente detrás del taxi amarillo, la experiencia de 16 años 1/2 como taxista combinada con los 17 años del detective privado siguiendo la pista de los maridos y esposas infieles de sus clientes eran la yunta perfecta para que el pequeño chevette de color rojo y negro que ambos conducían pasara desapercibido cuando iban detrás de cualquier auto.

Continuara...

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