Cartas de Amor: La Odisea de Valentín

La odisea de Valentín

El profesor Juan Amarillo le ataba fuertemente en la pata de su palomo Valentín la primera carta de amor que le había escrito a su amada y antes de liberarlo le susurro al oído su nombre, -Luz Morales la dueña de mi corazón!!!-, -cucucú!!!-, respondió Valentín aceptando la encomienda de Juan Amarillo, Valentín aleteo fuerte y salió disparado de las manos del profesor alzando el vuelo, bañado por la luz de una hermosa luna llena que en lo alto parecía alumbrar su camino guiándolo hasta su destino!!!, Valentín desplegaba sus alas con fuerza para ganar altura y encontrar rápido la casa de la dueña de la carta y el corazón de Juan Amarillo, a pesar de ser ya de noche el palomo logro divisar desde lo alto la casa de la familia Morales, cambio de dirección para bajar hasta su destino, Valentín no lo vio llegar, no era tan tarde y aunque una preciosa luna iluminaba el cielo como un faro su enemigo cayo raudo y veloz por sus espaldas, un pequeño halcón!!!, para suerte de Valentín, pudo esquivarlo en el ultimo momento, aun así el ave de rapiña logro hacerle un pequeño corte en su pata, Valentín cambio de rumbo bajando lo mas rápido posible para poner a cubierto, arriba en el aire no tendría oportunidad contra el halcón, logro llegar hasta el techo de una casa y se escondió en una hendidura, el halcón pasaba de tanto en tanto aguardando, Valentín era valiente, pero no tonto, la herida no era muy profunda, sus alas estaban bien, podría volar sin problemas, aguardaría el amanecer allí escondido esperando que su enemigo se cansase.

Cuando el rey sol despunto en el horizonte los gallos comenzaron a cantar anunciando un nuevo día, Valentín que se habia quedado dormido despertaba también con los gallos, observo muy bien en todas direcciones y no vio al halcón por ninguna parte, salió saltando de su escondite aleteo fuertemente despegando y comenzó a ganar altura rápidamente, estaba un poco desorientado, pero era solo cuestión de volver ubicar la casa de la familia Morales para llevar la carta de amor que llevaba atada en su pata, Valentín trataba de ganar mas altura cuando reapareció su enemigo en lo alto, como si de una pesadilla se tratase el halcón lo volvió a atacar!!!, lanzo un zarpazo con sus garras, que Valentín esta vez logro esquivar. El palomo trata de huir cambiando de dirección nuevamente para bajar y ponerse a resguardo, pero estaba vez habia ganado mucha mayor altura que en la noche, totalmente al descubierto, el halcón también giro y fue a por el, su rival era mas ágil, rápido, sus mortales garras lo harían añicos, cuando estuvo cerca el halcón se precipito nuevamente sobre Valentín lanzando otro ataque mortal, esta vez el valiente palomo no pudo evitar sus garras, resultando herido, recibió un corte en una de sus alas, pero por suerte suerte para nuestro valiente Palomo, el halcón no pudo capturarle aprisionándolo con sus garras eso hubiera sido todo.

Ahora con un par de heridas, en su pata y en su ala, Valentín estaba en serios problemas, el palomo perdía altura y ya no podía controlar muy bien la dirección de su vuelo, un tercer ataque lanzo el furioso halcón, Valentín imitando la posición de ataque de su enemigo, cerro sus alas estiro sus patas hacia atrás, para bajar lo mas rápido posible, evito las garras mortales del halcón en su tercer ataque que pudo ser el definitivo, pero cuando trato de abrir sus alas para recobrar el control sobre su vuelo fue demasiado tarde, Valentín finalmente se estrello contra la copa de un árbol, golpeándose fuertemente contra las ramas que aminoraron su velocidad salvándole la vida, el camuflaje provisto por el follaje del árbol impidió que el halcón terminase con el, seguía sobrevolando la copa del árbol buscando a Valentín, pero este inteligentemente se agazapo para no ser visto!!!, alí arriba en la copa del árbol Valentín espero pacientemente, luego de un par de horas el halcón se canso y se alejo volando, cuando no lo vio mas ni oyó sus graznidos, era el momento de alzar el vuelo, pero esta vez el ala lastimada le impidió despegar, con el golpe, tanto el corte en su pata como en el ala se habia agravado, Valentín se dio cuenta que difícilmente podría volar, pero aun llevaba en su pata la carta de amor de Juan Amarillo para Luz Morales, no se podía rendir, esa carta debía llegar al costo de su propia vida.

Antes de bajar del árbol echo un buen vistazo desde lo alto en dirección a el pueblo de El Olvido, por suerte estaba no muy lejos pensó, desde donde estaba podía ver el campanario de la iglesia y las casas mas grandes, la casa de los Morales estaba un poco mas allá de esa iglesia, era hora de moverse!!!, dando saltos de rama en rama, usando a medias el poder de sus alas, Valentín fue bajando poco a poco de aquel árbol que le salvo la vida, de haber caído en terreno descubierto no solo el golpe lo hubiera dejado peor si no que el halcón lo hubiera atrapado sin duda alguna, ya en el suelo comenzó a andar rumbo al pueblo a pata, el trayecto que le hubiera tomado tan solo unos minutos volando a pie fue toda una odisea, cansado, mal herido y hambriento, el regreso a pata al pueblo duro un par de días, habia despegado del cuarto del profesor Juan Amarillo el viernes por la noche y regresaba a las calles del pueblo de El Olvido el lunes por la mañana, el pobre Valentín solo seguía andando por la determinación de entregar su carta de amor, no le podía fallar al profesor Juan Amarillo, cuando al fin Valentín entro al pueblo se presento otro problemas desde lo alto en el cielo fue fácil identificar la casa de la familia Morales, y desde la copa del árbol pudo divisar el campanario de la iglesia no muy lejos de a donde se dirigía, pero desde abajo en el suelo encontrar el camino a seguir resultaba mucho mas difícil, pero Valentín era un palomo muy inteligente así que fue ubicando las casas por su color usando su memoria para recordar su posición cuando las vio desde lo alto.

Una vez mas su aplomo y determinación pusieron a Valentín en la dirección correcta, guiándolo a través de las intrincadas casas del pueblo, avanzaba lento pero seguro, cuando llego a la plaza del pueblo las otras palomas le echaron una mano, le trajeron un poco de pan y se refresco bebiendo agua de la fuente, un poco mas repuesto y con nuevas energías siguió su camino a pata por las calles del pueblo, ya habiendo pasado la iglesia la casa de Luz Morales no estaba ya muy lejos, pero a medida que caía la tarde y la gente se iba recogiendo de las calles se le presento otro problema a Valentín, agazapadas escondidas durante el día por el trajinar de la gente y los caballos, de tarde cayendo la noche las ratas aparecieron para reclamar los desperdicios en las calles, las demás palomas solo alzaban el vuelo y se ponían a buen resguardo en los techos y ramas de los arboles, pero Valentín ya no podía volar, le toco improvisar, dando tumbos de calle en calle buscando ahora un escondite donde pudiera saltar sin que lo vieran alguna rata, esta encomienda era cada vez mas difícil y peligrosa, pero Valentín sabia que la joven dueña de la carta de amor que le habían encomendado entregar necesitaba recibirla, solo la muerte impediría que lograra su cometido, poco a poco saltando y escondiéndose por fin ya muy tarde esa noche Valentín logro reconocer la casa de los Morales, estaba allí mismo a dos palmos, se apresuro a cruzar la calle para llegar a la acera de la casa, pero le salieron un par de ratas de frente, Valentín estaba en problemas, las ratas se abalanzaron sobre el, Valentón con el resto de sus fuerzas aleteo todo lo que puedo para elevarse y salvar la vida!!!, consiguió despegar del suelo escapando de la muerte y los colmillos de las ratas que se quedaron en el suelo viendo como se les volaba el palomo, la pequeña hazaña de Valentín no duro mucho, perdió estabilidad, altura y cayo en picada rumbo a un barril trato de esquivarlo pero no pudo, entro directo por la boca abierta del mismo, se dio otro buen golpe cuando se estrello dentro perdiendo el sentido, un rato des pues cuando se recobro Valentín trato inútilmente de elevarse para salir volando pero no pudo, estaba atrapado en aquel barril, no podía hacer nada le habia fallado a Juan Amarillo, el cansancio lo venció y se quedo dormido aguardando que en la mañana lo encontrase allí adentro una de las ratas o peor aun algún gato, la odisea de Valentín llegaba a su fin.

En la mañana temprano la preciosa Luz Morales comenzó con sus tareas, salir al patio a alimentar y revisar a los palomos de su casa, vio que Gorrión habia regresado en la noche y reposaba en su cubículo, de corazón esperaba que su palomo hubiera llevado con bien la carta de amor de su amiga Altagracia a su enamorado sin saber ella de quien se trataba, antes de regresar adentro a recibir a los clientes y escribir las cartas de amor de algunos que no sabían expresar con letras sus sentimientos y que ella ayudaba con todo el amor y el cariño, pudo divisar en lo alto de su casa en el cielo a un grupo de palomas, eran 7, una era muy blanca, habia una completamente negra, otra era una pecho azul, para una joven que habia crecido con palomas prácticamente desde su cuna no le fue difícil reconocer que eran palomas mensajeras pero ninguna de ellas pertenecían a su casa, las palomas se limitaban a sobrevolar su casa pero no descendía, Luz Morales supo que solo podía significar una cosa, una carta previa había sido enviada y mientras esta no fuese entregada las otras tampoco podrían arribar, solo la entrega de la carta o la muerte de la paloma mensajera liberaba el paso de la siguiente, una de las tantas y extrañas reglas que solo aplicaban en el misterioso pueblo llamado El Olvido.

Luz Morales hizo una pequeña revisión del posible destinatario de la misma, sus padres estaban felizmente casados, sus hermanos estaban pequeños, pero no era descabellado que a alguno se le enviara una carta de amor, pero era obvio que la mejor candidata era ella misma, la única en edad casadera y soltera de la casa Morales. No tenía forma de determinar cuando la primera paloma con su carta habia sido enviada, pero si habían enviado otras, debió pasar al menos un día o dos, quizás mas, si las 7 arriba estaban atoradas, significaba solo una cosa, que la primera paloma seguía con vida y traía su carta, Luz Morales tuvo un palpito, -quizás la paloma este herida y no pueda volar-, le aviso a sus padres que saldría un momento, primero dio una vuelta a la casa y no vio nada raro, luego se aventuro por las calles aledañas, quizás fue la suerte, o la magia que envuelve a los enamorados en el pueblo de El Olvido, Luz Morales caminaba por la acerca cuando oyó a un gato enorme maullar asomando la cabeza en u barril, otra vez sintió el palpito en su corazón que la guiaba, corrió hasta el barril y ahuyento al gato, cuando Luz se asomo adentro, vio al palomo Valentín que aun con vida hacia un nuevo intento por salir volando, la bella Luz rescato al palomo que estaba mal herido, lo llevo a su casa, aunque vio la carta atada en su pata, primero se ocupo de curar sus heridas y vendarlo, le puso agua y comida, Valentín era un palomo fuerte por suerte, fue entonces que Luz Morales libero al palomo de su carga, desatando para leer la mas bella carta de amor que hubiera esperado recibir nunca, el remitente para alegría de su corazón era el mismo joven que le robaba el sueño desde que lo vio entrar a su casa y luego marcharse corriendo hace unas semanas atrás, apenas termino de leer la carta escribió una respuesta, para liberar a las que sobrevolaban su casa debía enviarla pero Valentín difícilmente podría volar en algunos días.

Así que Luz Morales conocedora de todas las reglas que regían en el pueblo de El Olvido respecto a las cartas de amor, le pregunto al palomo si quería terminar su tarea, Valentín le curucuteo en respuesta, estaba no solo vivo si no que dispuesto a terminar el trabajo!!!, como no podía volar, Luz Morales tendría que torcer un poco las reglas que tan bien conocía, aunque fuera solo un poco, le ato su carta de amor a la pata buena de Valentín, le aviso a sus padres que saldría de nuevo y camino rumbo a la escuela llevando al palomo escondido en un bolso, el profesor Juan Amarillo no estaba en la escuela dando clases, le pregunto a sus alumnos donde vivía y le dijeron que en casa del viejo cochero llamado Campitos, hasta allá se dirigió caminando, cruzo por la plaza en todo el frente de la iglesia y todas las palomas se alinearon en formación para que pasara, Valentín asomo su cabeza y sus amigas le saludaron, unos minutos después cuando llego a la calle de la casa de su enamorado, espero a que no estuviera nadie cerca para actuar, camino hasta la puerta de la casa, saco a Valentín de su bolso y le susurro al oído «Juan Amarillo, el dueño de mi corazón!!!» y lo coloco delicadamente en el suelo, luego echo a correr de regreso a su casa, sabía que cuando retornara encontraría a 7 palomas mas con 7 cartas de amor que debían ser contestadas!!!, -tock,tock,tock- picoteaba la puerta Valentín, curucuteaba anunciando su llegada, unos minutos después el profesor Juan Amarillo acompañado por el cochero Campitos abrían la puerta y encontraban al palomo con su anhelada respuesta atada a su pata.

Esta fue la historia de como el pequeño y valiente palomo Valentín jamas se rindió ni se dio por vencido hasta cumplir con su tarea, gracias a su coraje y esfuerzo, Juan Amarillo y Luz Morales pudieron concretar su amor y ser muy felices, se casaron, Campitos no solo fue el padrino de bodas del profesor Juan Amarillo, si no que les ofreció su casa para que vivieran, a falta de hijos y nietos que le alegraran la vida, que mejor que compartir sus úlitmos años con un par de locos enamorados y sus palomas para sonreír cada día con sus aventuras y locuras, Valentín se recupero rápidamente y mientras tuvo vida les sirvió como el líder del escuadrón de la nueva casa de palomas mensajeras que abrieron Juan Amarillo y Luz Morales, ademas era el palomo mensajero oficial del matrimonio, encargado de llevar sus cartas de amor, notas, a veces tan solo era un mensaje, un «te amo», un «te extraño», desde el patio a la cocina, desde el establo al cuarto, desde la oficina de la casa, al palomar!!!. Pero cuando llegaba algún enamorado con una carta muy difícil que entregar, Juan Amarillo no tenía que pensar mucho a cual de sus palomas debía encomendar la tarea, el valiente Valentín siempre cumplía con el trabajo y por mas difícil que fuera el destino de la misiva, durante todos sus años de servicio Valentín siempre logro entregar con bien todas sus cartas de amor!!!.

fin.

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