Estimados lectores, en el presente artículo se continua desarrollando y abordando aspectos morfológicos de especies forrajeras, en este caso se describirán los órganos vegetativos de la familia de las fabáceas, plantas que al igual que las poáceas son de gran importancia para la alimentación HUMANA y ANIMAL, ya que entre los cultivos que integran esta familia se encuentran las caraotas (Phaseolus vulgaris), las lentejas (Lens culinaris) entre otras especies que son excelente fuente de proteína vegetal para los seres humanos, en cuanto a las especies destinadas a la alimentación animal se encuentran la leucaena (Leucaena leucocephala), Centrosema (Centrosema pusbencens), mata ratón (Gliricidia sepium) entre otras especies, que aportan porcentajes de proteínas adecuados a los rumiantes para el buen funcionamiento de las actividades metabólicas.
Además se debe agregar, que estas especies forrajeras presentan una amplia diversidad en lo que respecta a su morfología, con relación a ello se pueden encontrar especies de porte arbustivo como la Leucaena leucocephala muy prominente en la Zona Sur del Lago de Maracaibo Venezuela por su amplia adaptación a climas tropicales, dichas especies arbustivas son utilizadas en el establecimiento de sistemas silvopastoriles, donde se asocian los arbustos con poaceas creando un micro clima en el ecosistema pastizal, estos sistemas brindan amplios beneficios como: reciclaje de nutrimentos con la descomposición de la hojarasca, además de la descomposición del estiércol del bovino en el potrero. Se han realizado estudios que indican que el estiércol bovino se descompone de manera eficiente bajo la sombra de los árboles (Figura 1), permitiendo esto también un reciclaje nutrimentos.
También existen especies de fabáceas forrajeras herbáceas unas completamente rastreras como el Maní forrajero (Arachis pintoi) que tienen varios puntos de enraizamiento ya que, emiten raíces en sus nudos haciéndolas resistente al pastoreo; y otras rastreras y trepadoras como el Kudzu tropical (Pueraria phaseoloides), estas plantas logran mantener la humedad del suelo entre otros beneficios, además se pueden establecer en los potreros en pedestales (Figura 2) que son estructuras parecidas a las utilizadas en el establecimiento de parchita, en las cuales las fabáceas rastreras trepan quedando de fácil disponibilidad para los rumiantes.
Luego de conocer algunos de los beneficios y manejos de las fabáceas arbustivas y herbáceas, a continuación, se describirán algunos aspectos relacionados con la morfología de las fabáceas forrajeras sustentada con material fotográfico que permitirá describir cada una de las partes que componen los distintos órganos vegetativos de las mismas.
Características Morfológicas |
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- Órganos Vegetativos
Sistema Radical: el sistema radical de las fabáceas según Machado y colaboradores (1997), consisten en una raíz primaria de la cual se desarrollan ramificaciones consideradas raíces secundarias, tomando en consideración lo anterior se puede señalar que existen fabáceas arbustivas cuyas raíces pueden alcanzar grandes profundidades entre 6- 8 metros, lo cual permite un bombeado de nutrimientos de las capas más profundo de los suelos (Figura 3); también existen fabáceas con raíces más superficiales como es el caso de algunas plantas herbáceas de porte rastrero.
Los tallos: se diferencia por el porte de crecimiento que presenta la planta, si presentan un porte arbustivo se puede observar un tallo principal con ramas secundarias, por otra parte si son herbáceas de porte rastrero se observaran tallos generalmente cilíndricos formado por nudos y entrenudos, por otro lado es necesario mencionar lo señalado por Machado y colaboradores (1997), quienes indican que algunas fabáceas rastreras presentan órganos trepadores conocidos como zarcillos o tallos volubles los cuales crecen enrollándose de otras plantas o cualquier elemento que sirva de tutor (Figura 4).
Las Hojas: son compuesta, formada por pecíolo y folíolos; de acuerdo como estén dispuestos los folíolos o las pinnas en los peciolos pueden se pinnadas (paripinnadas, imparipinndas, biparipinnadas, bimparipinnadas) o digitadas , para Mazparrote y Delascio (1998), pueden clasificarse de la siguiente forma (Figura 5)
Pinnada: los folíolos se disponen paralelamente a ambos lados y a lo largo del raquis.
Paripinnadas: si la hoja termina con un par de folíolos
Imparipinnada: Si la hoja termina en un sólo folíolo.
Biparipinnada: En este tipo de hoja presenta raquis principal y raquis secundario y la hoja termina con dos pinnas.
Digitadas: los foliolos se disponen en el extremo del pecíolo.
- Estructura Reproductiva
La inflorescencia: existen diferentes tipos de inflorescencias, en la Zona Sur del Lago de Maracaibo generalmente se pueden observar las de forma de cabezuelas globulares y las amariposadas; de acuerdo a lo planteado por Machado y colaboradores (1997), por medio de la inflorescencia podemos identificar a cual subfamilia pertenecen, a continuación se muestran las inflorescencias más comunes de las fabáceas forrajeras en la Zona Sur del Lago de Maracaibo:
Cabezuelas globulares, subfamilia Mimosoideae: entre ellas se encuentra la Leucaena, el Saman la Albizia ,entre otras.
Flor amariposada subfamilia papilionoideae: entre ellas se encuentra el Centrosema, Arachis, entre otras.
El fruto: el fruto de las fabáceas es en forma de legumbre dehiscente, es decir que se abre de forma natural cuando está maduro, dicho fruto es conocido como vaina( Figura 6).
Consideraciones finales |
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Como se pudo observar en la familia de las fabáceas existen diversas especies con distintos hábitos de crecimiento, razón por la cual algunas de las características morfológicas son distintas, de allí surge la necesidad de realizar un documento que describiera las diferencias de los órganos vegetativos de estas plantas.
En la Zona Sur del Lago de Maracaibo Venezuela, es común observar especies de fabáceas arbóreas y rastreras, ya que, se encuentran favorecidas por las precipitaciones y los tipos de suelos, situación que ha motivado a la realización de diversos estudios de estas especies por ser un recurso local de suma importancia en los sistemas ganaderos, por sus altos contenidos de proteína y los diversos benéficos agroecológicos en el ecosistemas pastizal.
Referencias bibliográficas |
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Mazparrote, Z. Y Delascio, F. (1998). Botánica. Caracas: Biosfera.
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