Imagen de Nono cesprive en Pixabay
Esta es mi participación para el concurso de Abril de @blurtlatam, invito a @mariela53 y @giocondina a que se unan a esta iniciativa
El vuelo 642 de KLM ha salido, como de costumbre, de Amsterdan a Londres, puntual a las 5:00pm, con 168 pasajeros y 9 tripulantes. Tras 30 minutos de un vuelo tranquilo, el capitan Harrison decide activar el piloto automatico y notifica a Henry, un copiloto novato con 6 meses de haber terminado su curso y aun en etapa de entremamiento, que solo se ausentará por unos minutos para ir al baño.
De regreso, antes de llegar a la cabina de mandos, el capitán siente un fuerte mareo y un dolor en el pecho, ante la situación logra sostenerse de la puerta. Rosmy, la jefa de las azafatas, se da cuenta de lo sucedido y llega a tiempo para ayudar a Harrison antes de comience a convulsionar y pierda el conocimiento.
Henrieta y Anna, han presenciado todo y prestan ayuda a Rosmy lo más pronto posible. Anna cierra las cortinas que conducen a la cabina, para no llamar la atención mientras que Henrietta ayuda sentar y colocar al capitán de lado para que no se ahogue con la espuma que sale de su boca.
Rosmy le comunica la situación a Henry y lo mantendrá al tanto, no sin antes confortarlo anunciandole que hará lo posible en ayudarlo en lo que sea necesario.
La noticia cae como agua fría que corre por su espalda. Su mente se acelera ante los hechos, sin embargo, responde de inmediato indicando que mantenga la calma y evite en lo posible llamar la atención de los pasajeros.
“Lo peor en estos casos es hacer que cunda el pánico”, agrega
“No hay de qué preocuparse, estaremos bien”
Su tono frío no revela ningún dejo de preocupación, dándole a entender que es una azafata con amplia experiencia, con más de 10 años sirviendo en la aerolínea y que está preparada para infortunios de esa índole.
Rosmy cuelga el auricular del comunicador y en su mente resalta un nombre. Hace un esfuerzo por recordar el apellido mientras toma la lista de pasajeros. Su dedo recorre con rapidez los nombres apilados los unos sobre los otros, después de pasar la tercera página, su respiración se detiene por un segundo tras encontrar lo que buscaba: Dr. James Stewart, asiento 22A.
Sus labios dejan escapar un suspiro de alivio. Dándole esperanza a sus dos compañeras.
El pasajero es un hombre de barba, que no llega a los 40 años, suele vestir chaqueta de jean y zapatillas de goma; se encuentra con los ojos cerrados, pero no duerme, en su mente está revisando los detalles de una operación de columna que debe realizar al llegar a Amsterdam.
Rosmy disminuye su paso al ver que varios ojos se posan sobre ella de manera inesperada. Sonríe placenteramente hacia los pasajeros quienes vuelven a sus quehaceres sin prestar atención. Una pasajera le reclama que aún no han apagado la señal de abrocharse los cinturones.
Cortésmente le responde
”Hay probabilidad de turbulencia, por lo pronto deben mantenerse en sus asientos”
Sin detenerse, continúa con paso más calmado hacia la fila 22. Dejando a la pasajera con su inconformismo sin atender.
Rosmy coloca suavemente su mano sobre el hombro de James y en susurros resume lo acontecido. El rostro del doctor se endurece por unos segundos, luego disimuladamente se relaja y tras unos segundos, se levanta y sigue a Rosmery.
“Has visto, John. ¿!Qué descaro¡? Y para colmo, a ese le ha dejado levantarse”
“Si, querida”, John, su acompañante aún con sus ojos cerrados, responde sin prestar atención.
Los comentarios llegan a los oídos de otros pasajeros. Dos ancianas, que no han perdido de vista los movimientos de la azafata, cuchichean entre sí
“Agnes. No es ese el doctor Stewart?”
“Si no la conociera tan bien, diría que Rosmery ha tratado de ocultar su preocupación”, respondió Agnes intrigada.
El doctor examinó al capitán Harrison. Ardía en fiebre y aun no volvía en sí.
Solicitó compresas frías mientras aflojaba la corbata del capitán y revisaba bajo sus párpados. Los ojos inyectados en sangre le indicaron que el problema era más grave de lo que pensaba.
James le indicó a Henrieta que mantuviera sus ojos en el capitán e hizo señas a Rosmy para que conversaran en otro lugar. Rosmy cerró sus ojos por un instante y tomó un respiro antes de indicarle a James que fueran hacia la despensa. El ceño fruncido del doctor indicaba malas noticias que no deseaba oír.
“El capitán presenta síntomas de envenenamiento, en su estado actual, posiblemente no lo logre”
Rosmery no supo qué responder. La última frase no solo hizo disparar muchas preguntas en su cabeza, fue también un golpe fuerte para su corazón. Ella vivía una relación amorosa secreta con Harrison, una aventura, quizás no estaba enamorada del todo pero si guardaban un sentimiento mutuo que aún no habían definido.
Trato de mantener la compostura delante de James, sin embargo, no pudo evitar el pequeño temblor de su labio inferior.
Ante el estado catatonico de Rosmy, James decidió tomar otro enfoque
“¿Quien en su sano juicio envenenaría al capitán? ¿Acaso estamos en presencia de un ataque terrorista?“
Las últimas frases de James, hicieron temblar las rodillas de Rosmy. Jamás había presenciado un ataque terrorista, afortunadamente había alguien en el avión que sabría qué hacer en estos casos.
De pronto, decenas de luces comenzaron a parpadear en el panel de las azafatas. Las cosas no pintaban bien.
Jackson, el marshal de la aerolínea, llegó de improvisto informando que varios pasajeros presentaban síntomas de convulsiones y habían perdido el sentido; junto a él, llegó el resto del staff de azafatas presas de pánico.
El rostro de Jackson se descompuso al ver que el capitán también era víctima de lo que acontecía.
“¿Qué demonios está sucediendo?”, escupió Jackson
“No quiero ser portadora de malas noticias, pero creo que estamos en presencia de un ataque terrorista”, respondió Rosemary mirando directamente a los ojos de Jackson.
Jadeos contenidos llenaron las gargantas de las chicas presentes.
Rosemary se levantó de su asiento y aclaró su garganta
“En poco tiempo llegaremos al aeropuerto de Heathrow, debemos informar a las autoridades lo más pronto posible. Él es el doctor Stewart, les ayudará con los pasajeros que presenten síntomas y convulsiones”
Repentinamente, el capitán se incorporó silencioso del regazo de Henrieta, un sentimiento de júbilo y esperanza fugaz huyó de su ser convirtiéndose en un aterrador grito de pavor cuando la mirada perdida Harrison y una hilera de dientes ensangrentados arremetieron contra ella.
Ante la alerta, Jackson y James se lanzaron en ayuda de Henrieta logrando quitarle de encima al capitán, sin embargo, un río carmesí brotaba con furia de su cuello manchando su uniforme azul y blanco.
James hizo lo posible por salvar a la chica, pese a todos sus esfuerzos por contener la sangre, la vida de la chica se escurrió irremediablemente entre sus dedos frente a todos los presentes.
Jackson había logrado someter al capitán esposándolo a una barra de metal. Aún así, Harrison babeaba desesperado, tratando de alcanzar con sus fauces la carne de Jackson. Fuera de sí, el capitán no prestaba atención a las amenazas y advertencias del marshal.
Todas miraban con horror el charco de sangre que se había formado junto al cuerpo de Henrietta.
Sin más que hacer, James cubrió el rostro de Henrietta bajo una manta.
Fue imposible guardar un minuto de silencio frente a la irremediable pérdida de una de las compañeras de trabajo. Los constantes gruñidos y jadeos del capitán fueron incrementándose aun cuando Jackson había sacado su arma para amedrentarlo.
Exasperado por saciar su hambre con la carne morena de Jackson, sus continuos arrebatos y sacudidas describieron un repugnante crujido de articulaciones y hombros dislocados ante el apremio por escaparse de sus ataduras, en un súbito intento por verse libre de sus ataduras, los huesos de una de sus manos cedieron aplastados por el esfuerzo saltando sobre el aún escéptico marshal.
Afortunadamente el dedo en el gatillo se contrajo y la detonación inminente disparó un proyectil directo al cráneo de Harrison. Las chicas cubrieron sus ojos ante la barbaridad de lo ocurrido y Rosmy cayó de rodillas, lamentando su pérdida.
“Le advertí varias veces que se quedara quieto. Fue un accidente”, defendía Jackson apenado.
Las alarmas de descompresión se activaron en la cabina y las máscaras de oxígeno descendieron del techo automáticamente, incrementando el pánico entre los pasajeros. La aeronave, en un intento por estabilizar la presión, realizó un descenso brusco de altitud para evitar un colapso en el fuselaje.
Rosmy agitaba su cabeza de un lado al otro apretando sus ojos, tratando de despertar de la pesadilla que habían acabado de vivir, renegando una y otra vez lo ocurrido. Sus manos apretaban la alfombra bajo sus rodillas.
“No, no, no, no...”
James llegó hasta Rosmy y se arrodilló frente a ella, abrazándola.
“Esto no puede estar sucediendo. Ese no era el Harrison que yo conocía. Él era un hombre muy gentil, incapaz de hacer daño a una mosca.”
James trató de limpiar con sus manos ensangrentadas las lágrimas que corrían el maquillaje de Rosmy. Ante su predicamento, decidió usar el dorso de su mano.
Un Henry enojado gritaba desde el intercomunicador
“¿Qué demonios está sucediendo? ¿Acaban de detonar un arma dentro de una aeronave?”
En las afueras, una turba iracunda de pasajeros reclamaba la presencia de las azafatas y las autoridades ante los acontecimientos y los numerosos casos de personas sufriendo síntomas de convulsiones y pérdidas de conocimiento.
Una de las chicas cedió una toalla a James para que se limpiara las manos. A quien agradeció gentilmente.
“Debemos aislar a los que presenten síntomas”, advirtió James a todos los presentes.
“Tan pronto aterricemos, las autoridades sabrán qué hacer”, agregó.
Erika, una chica pelirroja, quien apenas llevaba un mes como asistente, entre gimoteos y lágrimas mostró una noticia que dejó fríos a todos los presentes.
El aeropuerto Heathrow ardía en llamas, noticias de personas enloquecidas en un frenesí de canibalismo inundaban las redes sociales.
Si deseas conocer mas acerca del concurso, visita el siguiente link
Hasta la próxima ^_^
This is my entry for @blurtlatam's April contest, I invite @mariela53 and @giocondina to join this initiative.
KLM flight 642 has departed, as usual, from Amsterdam to London, on time at 5:00pm, with 168 passengers and 9 crew members. After 30 minutes of a quiet flight, Captain Harrison decides to activate the autopilot and notifies Henry, a rookie co-pilot, 6 months out of training, that he will only be absent for a few minutes to go to the bathroom.
On the way back, before reaching the cockpit, the captain feels strong dizziness and pain in his chest and manages to hold on to the door. Rosmy, the chief stewardess, realizes what has happened and arrives in time to help Harrison before he begins to convulse and loses consciousness.
Henrieta and Anna have witnessed everything and help Rosemary as soon as possible. Anna closes the curtains leading to the cabin, so as not to attract attention, while Henrietta helps the captain sit up and place him on his side so that he doesn't choke on the foam coming out of his mouth.
Rosemary communicates the situation to Henry and will keep him in the loop, not without first comforting him by announcing that she will do her best to help him in any way necessary.
The news hits him like cold water running down his back. His mind raced at the facts, however, he immediately responds by telling him to remain calm and avoid attracting the attention of the passengers as much as possible.
"The worst thing in these cases is to panic," he adds.
"There's nothing to worry about, we'll be fine."
Her cool tone does not reveal any hint of concern, giving him to understand that she is an experienced flight attendant, with more than 10 years serving the airline and that she is prepared for such misfortunes.
Rosmy hangs up the handset and a name stands out in her mind. She makes an effort to remember the last name as she picks up the passenger list. Her finger quickly scrolls through the names stacked one on top of the other, after turning to the third page, her breathing stops for a second after finding what she was looking for: Dr. James Stewart, seat 22A.
Her lips let out a sigh of relief. Giving hope to her two companions.
The passenger is a bearded man, not quite 40 years old, usually wearing a jean jacket and rubber sneakers; his eyes are closed, but he is not sleeping, in his mind, he is reviewing the details of a spinal operation he must perform upon arrival in Amsterdam.
Rosmy slows her pace as she sees several eyes on her unexpectedly. She smiles pleasantly at the passengers who go back to their chores without paying attention. A passenger complains to her that they have not yet turned off the seat belt sign.
She politely replies.
"There is the likelihood of turbulence, for the time being, you should stay in your seats."
Not stopping, she continues with a calmer pace towards row 22. Leaving the passenger with her nonconformity unattended.
Rosemary gently places her hand on James' shoulder and in whispers summarizes what has transpired. The doctor's face hardens for a few seconds, then slyly relaxes and after a few seconds, he stands up and follows Rosmery.
"Have you seen, John, what a nerve! And to top it off, she let that one stand up!"
"Yes, dear," John, his companion still with his eyes closed, replies without paying attention.
The comments reach the ears of other passengers. Two elderly women, who have not lost sight of the flight attendant's movements, whisper to one another
"Agnes. Isn't that Dr. Stewart?"
"If I didn't know her so well, I'd say Rosmery has been trying to hide her concern," Agnes replied intrigued.
The doctor examined Captain Harrison. He was burning with fever and still not coming to.
He requested cold compresses while he loosened the captain's tie and checked under his eyelids. The bloodshot eyes told him the problem was more serious than he thought.
James instructed Henrieta to keep her eyes on the captain and motioned for Rosmy to have a conversation elsewhere. Rosemary closed her eyes for a moment and took a breath before signaling James to head for the pantry. The doctor's frown indicated bad news that she did not wish to hear.
"The captain is exhibiting symptoms of poisoning, in his current state, he may not make it."
Rosemary didn't know what to reply. The last sentence not only triggered many questions in her head, but it was also a heavy blow to her heart. She was living a secret love relationship with Harrison, an affair, maybe she wasn't in love at all but they had a feeling for each other that they had not yet defined.
She tried to keep her composure in front of James, however, she couldn't help the small tremor of her lower lip.
Faced with Rosmy's catatonic state, James decided to take another approach.
"Who in their right mind would poison the captain? Are we in the presence of a terrorist attack?"
James' last sentences made Rosmy's knees tremble. She had never witnessed a terrorist attack, fortunately, there was someone on the plane who would know what to do in these cases.
Suddenly, dozens of lights began flashing on the flight attendant panel. Things were not looking good.
Jackson, the airline's marshal, arrived suddenly, reporting that several passengers were having seizures and had lost consciousness, and the rest of the flight attendants arrived with him in a panic.
Jackson's face grew uncomfortable as he saw that the captain was also a victim of what was happening.
"What the hell is going on?" spat Jackson.
"I don't want to be the bearer of bad news, but I believe we are in the presence of a terrorist attack," Rosemary replied looking directly into Jackson's eyes.
Contained gasps filled the throats of the girls present.
Rosemary rose from her seat and cleared her throat.
"In a short time we will be arriving at Heathrow airport, we must inform the authorities as soon as possible. This is Dr. Stewart, he will help you with any passengers presenting with symptoms and seizures."
Suddenly, the captain silently sat up from Henrieta's lap, a feeling of joy and fleeting hope fled her being turned into a terrifying scream of dread as Harrison's blank stare and a row of bloody teeth lashed out at her.
At the alert, Jackson and James rushed to Henrieta's aid managing to shake the captain off of her, however, a crimson river gushed furiously from her neck staining her blue and white uniform.
James did his best to save the girl, despite all his efforts to contain the blood, the girl's life slipped through his fingers in front of everyone present.
Jackson had managed to subdue the captain by handcuffing him to a metal bar. Still, Harrison was drooling desperately, trying to reach Jackson's flesh with his jaws. Out of his mind, the captain paid no attention to the marshal's threats and warnings.
They all stared in horror at the pool of blood that had formed next to Henrietta's body.
With nothing else to do, James covered Henrietta's face under a blanket.
It was impossible to keep a minute's silence in the face of the irreparable loss of one of the coworkers. The captain's constant grunts and gasps were increasing even as Jackson had drawn his gun to frighten him.
Exasperated to satiate his hunger with Jackson's brown flesh, his continued snatching and jerking described a sickening crunch of dislocated joints and shoulders in the rush to escape from his bonds, in a sudden attempt to see himself free of his restraints, the bones of one of his hands gave way crushed by the effort leaping at the still skeptical marshal.
Opportunely, the finger on the trigger contracted and the impending detonation fired a projectile straight into Harrison's skull. The girls covered their eyes at the barbarity of what had happened and Rosemary fell to her knees, mourning her loss.
"I warned him several times to stay still. It was an accident," Jackson apologetically defended.
Decompression alarms went off in the cabin and oxygen masks descended from the ceiling automatically, increasing panic among the passengers. The aircraft, in an attempt to stabilize pressure, made a sharp descent in altitude to avoid a collapse of the fuselage.
Rosmy was shaking his head from side to side, squeezing his eyes shut, trying to wake up from the nightmare they had just lived, denying over and over again what had happened. Her hands squeezed the carpet under her knees.
"No, no, no, no, no..."
James reached Rosmy and knelt down in front of her, hugging her.
"This can't be happening. That wasn't the Harrison I knew. He was a very gentle being, incapable of hurting a fly."
James tried to wipe away the tears running down Rosmy's makeup with his bloody hands. Faced with his predicament, he decided to use the back of his hand.
An angry Henry shouted from the intercom.
"What the hell is going on, did they just detonate a weapon inside an aircraft?"
Outside, an angry mob of passengers demanded the presence of flight attendants and authorities in light of the events and the numerous cases of people suffering from seizure symptoms and loss of consciousness.
One of the girls handed a towel to James to wipe his hands. To whom he graciously thanked.
"We must isolate those with symptoms," James warned everyone present.
"As soon as we land, the authorities will know what to do," he added.
Erika, a red-haired girl, who had barely been an attendant for a month, amid whimpers and tears displayed news that left everyone present cold.
Heathrow Airport was ablaze, news of people going berserk in a frenzy of cannibalism flooded the social networks.
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